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consecuencias del tabaco

Los argumentos de peso que dan los dentistas para dejar de fumar

VALENCIAPLAZA.COM. 24/03/2015

MADRID (EP). El tabaco entra por la boca al organismo y es el primer lugar en el que se advierten sus efectos, sean estos más o menos graves, antes de abrir la boca ya el dentista puede saber si se encuentra ante un fumador ya que las arrugas de su cara son también distintas a las de aquellas personas que no fuman.

Según explica el doctor Francisco Rodríguez Lozano, dentista y presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, el mensaje principal que hay que trasladar a la población fumadora es que es posible dejar de fumar y que deben reclamar a su dentista como profesional sanitario que les ayude a hacerlo. Alrededor de 30.000 dentistas repartidos por la geografía española podrían garantizar una red de ayuda clave para que quienes fuman pudieran al menos intentar dejarlo.

El tabaco afecta en primer lugar con consecuencias antiestéticas al producir halitosis y manchas en los dientes, aspectos que el dentista puede utilizar entre los más jóvenes para animarles a dejar este hábito, y en lo que se refiere a los tratamientos dentales como los implantes, ocasiona un peor pronóstico e incluso fracaso ya que el tabaco empeora procesos como la cicatrización y recuperación de las heridas.

Fumar puede ocasionar leucoplasias, parches blanquecinos en la boca que pueden ser lesiones con potencial para malignizarse y dar lugar al cáncer oral, la consecuencia más grave del tabaquismo. El cáncer oral, a pesar de que no es excesivamente frecuente, constituye el sexto de los cánceres en España. Muy agresivo, hasta la mitad de quienes padecen este tipo de cáncer pueden morir debido en gran medida a un retraso en el diagnóstico.

"Esto ocurre porque la persona descubre un pequeño bulto en la boca o un cambio de coloración y no acude al dentista. A diferencia de otros tipos de cáncer que avanzan sin que podamos detectarlos a tiempo a menos que se realice algún tipo de prueba de imagen, el cáncer oral puede detectarse a simple vista, sólo con la revisión por parte de un dentista", apunta Rodríguez Lozano.

Además, el dentista pone especial énfasis al destacar la dañina combinación de alcohol y tabaco, ya que si ambos son irritantes de la mucosa, el alcohol permeabiliza la mucosa y potencia los efectos perjudiciales del tabaco sobre ella. 

TABACO, PSICOLOGÍA Y FORMACIÓN

Rodríguez Lozano explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la salud pide a los dentistas expresamente que ofrezcan a sus pacientes fumadores ayuda para dejar de fumar, que a los no fumadores y menores de 25 años se les pregunte si fuman, adviertan de los riesgos del tabaco y generen una percepción de su riesgo real y se les felicite si no lo hacen.

Además, la OMS pide a los dentistas que adviertan a los no fumadores que deben evitar el tabaquismo pasivo, por sus efectos dañinos desde antes del nacimiento. El dentista señala que la prevención comienza con el sólo el hecho de preguntar en la consulta si se es fumador o no ya que genera en la persona la percepción de que si un profesional sanitario pregunta por ello es que es algo que no es bueno.

"A los dentistas no se nos formó para esto pero desde los organismos profesionales estamos presionando para que se integren unos mínimos conocimientos de deshabituación tabáquica durante la formación y desarrollamos cursos para dentistas allá donde hay una mínima demanda", explica Rodríguez Lozano.

Para el dentista, el problema está en que sólo con decir al paciente que debe dejar de fumar no es bastante ya que se necesitan unos conocimientos mínimos de psicología para analizar la dependencia tabáquica de cada persona en concreto antes de poner en marcha algún método para abandonar el tabaquismo.

"Hay que trabajar con el paciente para saber en qué situaciones fuma más, por qué cree que lo hace, cuáles son las ventajas y desventajas de dejar de fumar en cada caso concreto, por qué se falló en anteriores intentos y reforzar las causas que le llevaron a fallar y todo ello requiere de un tiempo para discutir todos estos aspectos", apunta Rodríguez Lozano.

Los dentistas pueden después proporcionar el tratamiento a través de sustitutos de la nicotina como parches, chicles o inhaladores que contrarrestan los efectos de la abstinencia y dejan de reforzar la conducta o bien mediante fármacos como el bupropión o la vareniclina.

"Debemos conocer los posibles efectos secundarios y la posopología de estos fármacos para proporcionárselos al paciente, ya que se ha demostrado que pueden duplicar y triplicar las posibilidades de éxito en la abstinencia a largo plazo", señala el especialista, que concluye que cada vez son más los dentistas que incorporan esta ayuda en sus consultas, lo que supone una mejora clave en la salud dental pero también global del paciente.

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