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Valencianas de hoy:
Diagnóstico de las doctoras

GRETA BORRÁS. 17/03/2015

VALENCIA. Acudimos a ellas en nuestros peores momentos, se preocupan por nuestra salud y salvan alguna que otra vida. Sin embargo para la mayoría, las médicas son unas grandes desconocidas. Éste es un diagnóstico de las doctoras valencianas más allá del blanco impoluto y el verde aséptico de sus batas y pijamas.

Pasaron parte de sus mejores años encerradas en la biblioteca estudiando gruesos libros llenos de nombres casi impronunciables y fotografías capaces de provocar náuseas al resto de los mortales. Renunciaron voluntariamente a muchas fiestas a cambio de fines de semana enteros con la única compañía de los apuntes y de la amenaza de un terrible examen MIR.

Son mujeres de ciencia, serias y responsables que poco se preocupan de temas banales o, al menos, esa es la imagen que muchos tienen.

El éxito alcanzado en los últimos años por las series de temática médica, ha potenciado esa imagen añadiéndole, en ocasiones, un matiz de antipatía y soberbia. La torpeza del popular Doctor House para relacionarse con los demás y su falta de tacto, son tan llamativas como su inteligencia. Por no hablar de lo competitivas y malas compañeras que resultaban las doctoras de la serie española Hospital Central, o lo harpías que pueden llegar a ser las colegas de la Doctora Grey, expertas en Anatomía pero negadas en demostrar empatía.

Pero, ¿tendrá algo que ver la ficción con la realidad? ¿Serán las doctoras valencianas tan distantes como las que vemos en las series? ¿Qué hacen cuando salen de la consulta? ¿Dónde las podemos encontrar sin pisar un hospital? ¿Qué llevan bajo la bata? ...

Isabel Montejo, Blanca Orobitg, Cristina Lorenzo y Victoria Toledo son cuatro jóvenes médicas que velan a diario por nuestra salud y se han prestado a contestar a mis preguntas (se daba por hecho que son valientes). Sus respuestas son la clave para llegar a un diagnóstico acertado y descubrir, por fin, cómo son en realidad las doctoras valencianas.

INTELIGENTES COMO EL DR. HOUSE, CHICS COMO LA DRA. GREY

No sería de extrañar que algunos piensen que a las doctoras, ocupadas siempre en algo tan fundamental como la salud, la moda les resulte un tema demasiado banal para perder su tiempo. Pues se equivocan. Muchas de ellas, lo mismo revisan la última actualización sobre riesgo cardiovascular, por ejemplo, que las tendencias de la próxima temporada.

"Las médicas se preocupan mucho por su aspecto, por supuesto, estamos cara al público y es normal que te importe tu imagen, al menos a mi me importa. Aunque, en realidad, hay dos tipos de médicas: las que buscan la comodidad y se ponen el pijama encantadas, y las que nos gusta ir monas" afirma Isabel Montejo dejando claro que pertenece al segundo tipo de médicas.

Cristina Lorenzo que, como Isabel también disfruta eligiendo cuidadosamente lo que lleva puesto bajo la bata, cree que, sin embargo, la mayoría de sus colegas prefieren la comodidad del anodino uniforme antes que pensar cada mañana su estilismo. Quizás esa falta de, llamemoslo práctica a la hora de vestir, provoque en estas últimas más de un desacierto, tal y como nos cuenta Cristina. "Con algunas de mis compañeras es complicado mantener una conversación sobre moda y cuando tienen ocasión de lucir modelito son todo lo opuesto al menos es más".

LA BATA TODO LO TAPA

Seguro que esas doctoras de las que nos habla Cristina, amenudo piensan aliviadas que "la bata todo lo tapa", escondiendo bajo ella su escaso ojo clínico para vestirse. Al margen de esa función alternativa, la Cristina Lorenzo.bata blanca, prenda fundamental de su uniforme, se emplea como medida higiénica y para salvaguardar la ropa del médico de ocasionales y desagradables efluvios.

En cambio, la mayoría de médicas prefieren correr el riesgo y llevar sus batas abiertas, restándole así sobriedad y dejando entrever el modelito que hay debajo.

Bajo la bata se asoman, sobre todo, blusas, jeans y vestidos discretos. Para la doctora Victoria Toledo los complementos también son importantes "Suelo llevar vestido o jean con blusa, siempre acompañados de algún complemento tipo cinturón o un collar bonito". Lejos de estridencias y excesos, las médicas se atreven con todo.

La especialista en Medicina Interna, Blanca Orobitg tiene muy claro el efecto que provoca en los pacientes una imagen cuidada. "Le doy mucha importancia, ya que pienso que cuidar nuestra imagen es fundamental y los pacientes lo valoran. Una médica bien arreglada y con buena presencia da mucha más confianza". La doctora Cristina Lorenzo también está de acuerdo con sus compañeras: "Llevo ropa cómoda que ante todo me haga sentir femenina. Imprescindible cuidar los detalles de mi look para transmitir confianza a mis pacientes".

Incluso algunas se atreven con botas y zapatos de tacón, eso sí, no demasiado altos que los pasillos del hospital son muy largos y además nunca se sabe cuando será necesiario correr. "Para ir a trabajar, generalmente, llevo zapatos con algo de tacón", afirma Blanca.

UN LOOK QUE FUNCIONA 24 HORAS

Los días que las médicas tienen guardia la rutina cambia, también su forma de vestir. Harán frente a 17 o 24 horas de trabajo ininterrumpido, aunque quizás con un poco de suerte, puedan descansar un par de horas. La comodidad durante esos días es fundamental, por eso no dudan en renunciar a su ropa para vestir el uniforme completo: un pijama blanco -o verde en el caso de las especialidades quirúrgicas-, compuesto por chaquetilla de manga corta con tres bolsillos y ancho pantalón ajustable con cordel.

No es, como podrán imaginar, el paradigma de la feminidad. Y no es extraño, pues hasta no hace muchos años, la medicina hablaba en masculino. El uniforme, aunque unisex, resulta muy masculino en una profesión que es, hoy en día, principalmente femenina.

"¡¿A quién se le ocurriría eso de hacerlos unisex?! Sin duda, a pesar de su comodidad, son un gran castigo", se pregunta una nada convencida Cristina Lorenzo. En cambio, a Victoria Toledo llevar uniforme no le resulta tan molesto: "Considero que es una prenda más de mi vestimenta, y sin ella siento que algo me falta". El termino medio lo encuentra Isabel en un "Mix&Match" en toda regla. "Sólo en las guardias me pongo pijama verde, porque son muchas horas pero utilizo pantalones pitillos del mismo color."

La monotonía del blanco impoluto y el verde quirúrgico solamente se ve rota por las notas de color que aportan sus fonendoscopios esa especie de auriculares que sirven para auscultar, y los zuecos.

Los fonendoscopios, fonens o fonendos, para los amigos, cuelgan de sus cuellos a todo color, desde el granate como el de Isabel, azul claro el de Cristina, en un exótico azul caribe y verde en el caso de Victoria o en un femenino rosa chicle que, después de años, logró encontrar Blanca. El color del fonen se convierte en una de las pocas concesiones a la coquetería que se permiten durante los días de guardia.

La otra nota de color se encuentra justo en la otra punta, en los pies. Tema delicado este de los zuecos Crocs porque, les confesaré, les tengo una especial manía, acrecentada desde que dejaron de existir únicamente en el medio sanitario para campar a sus anchas durante el verano.

Muchas doctoras durante las guardias llevan Crocs, como por ejemplo, Victoria. "Para las guardias uso zapatillas o Crocs. Mis Crocs son de color azul, son cómodos durante todo el día y muy ligeros". Blanca añade una variación -el mundo croc es infinito- y los combina con su fonen, "uso crocs de tipo bailarinas porque los zuecos no son cómodos para mí. Son de color rosa".

Cristina se destapa como una auténtica reaccionaria ante la invasión de estos zuecos y no se deja convencer por su comodidad: "¿Crocs? Trabajo en un centro de salud, ¡no en la jungla como Frank!". Bien Cristina, bien...

ELLAS SALVAN VIDAS PERO, ¿QUIÉN SALVA SU ARMARIO?

Cuando las médicas cuelgan el uniforme y salen de compras por Valencia sus zonas preferidas son las más comerciales. La calle Colón, Jorge Juan y el barrio del Carmen, son sus lugares preferidos.

Allí pueden encontrar en una misma tarde todo lo que buscan, recordemos que entre guardias y consultas no suelen tener demasiado tiempo libre. Cuando pueden comprar sin prisas les gusta, como a Victoria, "descubrir nuevas tiendas algo más especiales como Bugalú o Copernia en el Casco Antiguo de la ciudad o rebuscar en alguna tienda vintage de Ruzafa".

Y aprovechando alguno de los congresos médicos que se celebran en Madrid, encuentran un momento, como Isabel, para escaparse de compras a Kling o Top Shop. La falta de tiempo para ir de compras es un problema común a todas ellas al que Blanca ya ha encontrado remedio en el shopping online. "Estoy dejando de ir a tiendas físicas porque últimamente no tengo tiempo y compro más por Internet"

LOS LUGARES EN VALENCIA DONDE ESTARÁS A SALVO.

Si usted, querido lector, es especialmente hipocondríaco o teme con demasiada frecuencia morir por atragantamiento en un restaurante, tome nota de los siguientes lugares. Si le ocurre una desgracia en Isabel Montejo.alguno de ellos, es posible que haya una doctora cerca para salvarle la vida.

Por ejemplo, si un delicioso sushi de Nozomi decide explorar la tráquea en lugar de continuar por su esófago, tranquilo, quizás en la mesa de al lado se encuentre Isabel Montejo para ayudarle.

Lo mismo ocurre en Tonyina, donde Blanca Orobitg es una de sus clientas habituales y no dudará en socorrerle si se excede comiendo tostas. Las blogueras de moda pueden pedir el cupcake más grande en La más bonita o en Dulce de Leche sin ningún temor porque allí suelen ir estas médicas a merendar. O, imagínese que una noche, le sientan mal los hielos de los gin tonics en el Ático Ateneo Lounge o en el Mercado de Colón, pues ningún problema porque puede que esté cerca Victoria Toledo y Cristina Lorenzo para salvarle.

Es verdad que la realidad supera a la ficción, las médicas valencianas son mejores que las de las series.

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3 comentarios

Andres escribió
18/03/2015 21:35

Yo soy fan del pijama. En los días "normales" hay mucho trajín, y en mi especialidad (pediatría) nos pueden reclamar del paritorio en cualquier momento así que es casi obligado ir ya con el pijama puesto (blanco en nuestro caso, verde sólo si vamos a los quirófanos a una cesárea). Si el día va a ser estar en la consulta, más tranquilo, prefiero ir en vaqueros, una camiseta lisa, un polo o una camisa y la bata, generalmente cerrada. Fonendo verde oscuro y zuecos blancos. Pero lo mejor son las múltiples chapas y muñecos que nos colgamos de la bata para distraer a los niños, le da mucha alegría al uniforme y lo hace menos aséptico, más personalizado.

Greta escribió
17/03/2015 12:29

Juan, tomo nota para un "Valencianos de hoy en día". La moda masculina también merece su espacio, sin duda.

juan escribió
17/03/2015 08:38

flipo con el machismo. Greta te has pasado. no te perdono hasta que no hagas uno con los modelitos de los medicos valencianos.

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