VALENCIA. Como sucedió con el discurso de Steve Jobs en Stanford, paradigma de texto inspirador, el parlamento que Neil Gaiman (1960) dio en mayo de 2012 a los estudiantes de Arte de la universidad de Philadelphia lleva años circulando por las redes sociales. Se titulaba Haced buen arte y duró sólo 19 minutos. Ahora la editorial Malpaso lo publica bajo el título Errores infalibles para (y por) el arte con un vigoroso y original diseño de Pablo Martín, premio Nacional de Diseño de 2013, que refuerza las ideas principales del mismo con soluciones imaginativas y atractivas que hacen del libro una delicatessen para los amantes del diseño y un volumen imprescindible para los seguidores del escritor británico.
Gaiman, que en la redacción del mismo sólo contó con los consejos de su pareja la artista conceptual y cantante Amanda Palmer ("no permitió que diera ningún gato por liebre"), dio en este discurso muestras de su acerada inteligencia, su perspicacia y su sensibilidad. Creador de comics como Sandman y autor de novelas como American Gods, planteó a los estudiantes su experiencia vital desde fuera de la Universidad, tal y como hiciera Jobs, e hizo un breve repaso a su carrera. Aunque, como él mismo señalaba, esta palabra, carrera, no se ajusta precisamente a su vida. "No me atrevo a llamarlo carrera porque toda carrera implica un plan previo y nunca hubo tal cosa. Lo más próximo fue una lista confeccionada a los quince años donde anoté todo lo que quería hacer", bromeó.
Invitado por los alumnos y apadrinado por el decano Christopher Sharrock ("el hombre más elegante en aquel paraje", según la descripción que hace de él Gaiman), la directora de Comunicación Carise Mitch y el rector Sean T. Buffington, el escritor y guionista británico ofreció una síntesis de su experiencia que se puede resumir a su vez en siete lecciones y tres consejos.
1. NADIE NACE ENSEÑADO (Y ESO ES BUENO)
La primera gran idea que lanzó fue una invocación al aprendizaje, a no tener miedo a no saber, a no arredrarse ante el desconocimiento. "Cuando entras en el mundo del arte no tienes ni idea de lo que estás haciendo. Esto es excelente. Quienes saben lo que hacen conocen las reglas y pueden distinguir entre lo posible y lo imposible. Vosotros no podéis. Y no debéis. Las normas sobre lo posible y lo imposible en el arte fueron dictadas por individuos que no intentaron rebasar los límites de lo posible. Vosotros podéis intentarlo. Si no sabéis que es imposible será más fácil lograrlo".
2. ACEPTAR EL FRACASO
La segunda gran idea que aportó es la necesidad de afrontar el trabajo artístico con paciencia, aceptando los vaivenes y la derrota como parte de la batalla cotidiana. "Cuando comienzas tienes que lidiar con los problemas del fracaso. Necesitas entereza, presencia de ánimo, para aprender que no todos los proyectos sobreviven. La vida freelance, la vida en el arte, es a veces la del náufrago que arroja al mar mensajes embotellados con la esperanza de que alguien encuentre uno, lo lea y meta en la botella algo que navegue hasta la orilla de su isla desierta: comprensión, un encargo, dinero o amor. Y deberás resignarte a la molestia de que quizá mandes cien mensajes antes de que te llegue una respuesta".
3. NO HACER LAS COSAS POR DINERO
En tercer lugar, y aludiendo a su experiencia personal, Gaiman invitó a los jóvenes a hacer aquello en lo que creían, independientemente de la opinión mayoritaria de la gente, sin otro fin que sentirse a gusto con su trabajo. "Mi primer libro tenía que ser un bestseller. Debía proporcionarme un montón de pasta. Si la editorial no hubiese padecido una liquidación forzosa entre la primera edición y la segunda (es decir, antes de que yo cobrase mis derechos de autor), así hubiera sido. Me encogí de hombros. Aún tenía la máquina de escribir y suficiente dinero para pagar dos meses de alquiler. Decidí que, a partir de entonces, haría cuanto estuviese en mi mano para no escribir sólo por dinero. Si el trabajo es una chapuza y el dinero nunca llega, te quedas sin nada; si el trabajo es satisfactorio, al menos te queda esa obra aunque no llegue el dinero".
4. APRENDER A DECIR ‘NO'
Igualmente, invocó a los estudiantes a que no perdieran nunca la perspectiva y tuvieran claro cuáles eran sus objetivos. "Los problemas del fracaso son muy desagradables, pero los del éxito pueden ser aún peores porque nadie nos avisa de ellos. El primer problema de cualquier éxito, incluso el más discreto, es la inamovible sensación de que uno está dando gato por liebre y que en cualquier momento te descubrirán. Es el síndrome del impostor, algo que mi esposa Amanda llama la brigada antifarsa. (...). Los problemas del éxito son reales y, con suerte, os tocará vivirlos. Es el momento en que dejas de decir sí a todo porque las botellas arrojadas al mar están regresando y tienes que aprender a decir no".
5. CAER, CAER DE NUEVO, CAER MEJOR
Parafraseando a Samuel Beckett y su mítico "cae, cae de nuevo, cae mejor", Gaiman también apeló a los errores como forma de aprendizaje. "Si cometéis errores significa que al menos estáis haciendo algo. Y los errores mismos pueden ser útiles". "La vida puede ser complicada", añadía. " Las cosas se tuercen en el amor, el trabajo, la amistad o la salud, en todo aquello que puede torcerse. Y cuando la vida se ponga cuesta arriba os recomiendo esto: Haced buen arte. ¿Tu marido se escapa con un político? Haz buen arte. ¿Una boa mutante se ha zampado tu pierna después de espachurrarla? Haz buen arte. ¿El fisco te pisa los talones? Haz buen arte. ¿Tu gato ha estallado? Haz buen arte. ¿Alguien en Internet piensa que tu obra es una majadería, una canallada o un plagio? Haz buen arte. Lo más probable es que los infortunios se arreglen de algún modo; el tiempo todo lo cura. Pero da igual. Haced lo que sabéis. Haced buen arte. También si la vida os sonríe".
6. BUSCAR LA VOZ PROPIA
Constante en todos los artistas, Gaiman también recordó a los estudiantes que como creadores su objetivo final era encontrar su propia identidad y apostar por ella, creer en sí mismos. "Cuando os metáis en faena, haced vuestro propio arte, aquello que nadie más sabe hacer. El primer impulso es copiar, y no está mal que así sea. La mayoría de nosotros halla su propia voz sólo después de haber empleado las ajenas, pero todos poseéis algo que nadie más posee: os tenéis a vosotros mismos; tenéis voces, cerebros e historias; tenéis visiones. De modo que escribid, dibujad, construid, jugad, bailad y vivid como sólo vosotros sabéis hacerlo. Cuando sintáis (no es imposible) que camináis desnudos por la calle; que mostráis demasiado de vuestro corazón, de vuestra mente, de vuestro interior; que exponéis demasiado, ése es el momento en que seguramente habéis dado en el clavo".
7. LAS TRES VIRTUDES: EXCELENCIA, SIMPATÍA Y PUNTUALIDAD
Por último, Gaiman planteó un "secreto". "Siempre son útiles los saberes ocultos", bromeó. "Sigue habiendo muchos freelancers en este mundo, y cada vez hay más porque su trabajo es magnífico, son muy simpáticos y entregan el trabajo a tiempo". Para añadir: "No son necesarias las tres virtudes. Bastan dos. Se perdonará tu antipatía si el trabajo es magnífico y lo entregas a tiempo. Se tolerarán tus demoras si el trabajo es magnífico y eres muy simpático. Tu trabajo no ha de ser tan bueno como el de otros si entregas a tiempo y todo el mundo está encantado contigo".
Junto a estas siete lecciones de su vida personal, Gaiman aportó también tres consejos a los jóvenes creadores.
1. LO MÁS IMPORTANTE: DISFRUTAR EL MOMENTO
En su discurso, Gaiman aseguró que había pensado en dar "el mejor consejo" que había recibido durante sus más de treinta año de carrera. "Me lo dio Stephen King hace veinte años cuando Sandman se hallaba en la cresta de la ola (...): ‘Es genial. Deberías disfrutarlo'. Pero no lo hice. Un gran consejo ignorado. En vez de disfrutar, me preocupé del siguiente plazo, de la siguiente idea, la siguiente historia. Durante los catorce o quince años posteriores no hubo ni un segundo en que no estuviera dándole vueltas a algo dentro de mi cabeza (...). Ahora quisiera haberlo disfrutado más", se lamentó.
2. CREAR REGLAS PROPIAS
Gaiman también invitó a los estudiantes a crear sus propias reglas ante la nueva coyuntura de medios y de comunicación. "Youtube o La Red (y lo que venga después de Youtube y La Red) os pueden dar más audiencia de la que nunca ha tenido la televisión. Las viejas reglas se agrietan y nadie sabe cuáles son las nuevas. Así que estableced vuestras propias reglas".
3. "SED SABIOS O FINGIDLO"
Por último, con su habitual ironía, Gaiman aconsejó a los jóvenes estudiantes ser sabios "porque el mundo necesita más sabiduría. Y si no podéis alcanzar la sabiduría, fingid que sois sabios y actuad como los sabios". Todo ello antes de lanzar una última invocación a modo de resumen: "Cometed errores interesantes, asombrosos, estupendos, infalibles. Infringid las reglas. Dejad un mundo más interesante gracias a vuestra presencia. Haced buen arte".
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