VALENCIA. En el capítulo 168 de Bob Esponja, el titulado ‘Fiasco' que escribieron Casey Alexander, Zeus Cervas y Mr. Lawrence, un artista misántropo, una suerte de mezcla entre Bansky y Pollock de Fondo de Bikini, crea una de sus obras de arte con mostaza, ketchup y desperdicios, en un plato del Crustáceo Crujiente, el bar donde trabaja el protagonista de la serie. Sólo el antipático Calamardo es consciente del valor de esa obra.
Cuando el Señor Cangrejo escucha valor, dinero, intenta sacarle partido económico. Hasta que llega un señor encorbatado, un conservador de museo investido de autoridad, una merluza o merluzo, según se vea, que es el único que puede determinar si es o no un fiasco. Acto seguido, y tras certificar la autoría de la obra, "¡es un fiasco!" exclama el merluzo, impone unas estrictas normas para la conservación de la misma.
Leyendo el argumento es evidente que ‘Fiasco', como la inmensa mayoría de los capítulos de Bob Esponja, está lleno de matices, recovecos, juegos de palabras, mensajes y subtramas que van mucho más allá de lo habitual en el conservador entretenimiento infantil. Creada por Stephen Hillenburg en 1999, Bob Esponja sigue hoy en antena bajo el mandato de Paul Tibbit, guionista desde la primera temporada y productor ejecutivo una vez Hillenburg decidió retirarse en 2004.
Un retiro que ha sido provisional. Hillenburg ha decidido regresar a Fondo de Bikini tras una década en segunda fila y ha vuelto para tomar parte en la próxima temporada. Durante todo este tiempo que él ha estado apartado del día a día de Bob Esponja, en la serie se han combinado capítulos excelsos con otros más reiterativos, y se han recrudecido las críticas por su carácter cada vez más irreverente y mordaz que no todos entienden. Al margen del ruido, "ladran Sancho, luego cabalgamos", Bob Esponja ha seguido acumulando fans, los que vienen por los que se han ido, y cosechando premios como el BAFTA al mejor programa infantil que recibió en 2012.
En España no ha sido distinto y las protestas planteadas ante el Defensor del Espectador, Ángel Nodal, han provocado que TVE estudie hacer que la serie que emite su canal infantil Clan TV tenga una calificación 'no recomendada a menores de 7 años'. Según explicó este lunes el responsable de Programas Infantiles de Televisión Española, Yago Fandiño, Clan TV está revisando "todos los baremos" de esta serie y de otras del canal y, "si al final cuadra, probablemente" se establezca esta edad recomendada, aseguró Nodal en declaraciones recogidas por Europa Press.
Si bien es cierto que en Estados Unidos ésta es ya la calificación fijada para Bob Esponja, en España hasta la fecha se había respetado que era una serie para niños sin edad. Con sus declaraciones, Fandiño escenificó este lunes la claudicación de la dirección de TVE ante las presiones de los lobbys conservadores que, como sucede en otros países, quieren censurar o restringir la presencia de Bob Esponja.
No es nuevo. La serie creada por Hillenburg han recibido tantos parabienes como críticas en Estados Unidos. Incluso la Universidad de Virginia llegó a presentar un estudio que aseguraba que ver la serie afecta a la atención y al aprendizaje de los pequeños. Una idea ante la que Hillenburg se reía y respondía hace unos años en una entrevista a El País: "De todos modos, siempre es mejor apagar la televisión cuando se hacen los deberes".
Ahora, en España, Bob Esponja está a punto de ser restringida por la dirección del canal público estatal. "La calificación es algo dinámico, no estático y ahora estamos todas las televisiones reunidas para repensarnos la calificación de edad y viendo esos pequeños matices", se justificó el responsable de TVE, si bien admitió que Bob Esponja es una serie infantil que "juega mucho con la parodia".
Así, puso como ejemplo el caso de un episodio criticado por varios espectadores en que los protagonistas intentaban enterrar a un inspector de sanidad muerto accidentalmente en su restaurante. "Es un homenaje a las comedias de situación de los años 50 y al final nada es lo que parece", reconocía. "No hay nada negro ni oscuro, aunque sí es verdad que esas tramas para los más pequeñines (sic) pueden resultar un poco confusas. Cuando recibimos quejas de este estilo, procuramos retirar temporalmente el episodio de la parrilla de programación, volverlo a visionar con calma y reflexionar sobre los matices que nos traslada la audiencia", señaló.
La campaña contra Bob Esponja está contando con el respaldo de los medios más conservadores. Con su más de medio millón de espectadores diarios, la serie producida por Nickleodeon es una de las más populares de la programación de la TDT, con unos resultados de audiencia similares a los de telecomedias emitidas por Neox como Como conocí a vuestra madre o Big Bang Theory. Sus argumentos surrealistas y absurdos, en ocasiones hilarantemente delirantes, con un delicioso personaje protagonista que ha sido descrito como gay ("no me importa que piensen que mis personajes son homosexuales", ha dicho Hillenburg), han provocado que Bob Esponja sea un programa incómodo para los sectores ultraconservadores.
Entre las críticas recibidas en TVE, la de una espectadora que acusaba a la serie de enaltecer el terrorismo y la violencia porque el antagonista Plancton dice en un episodio que lo que más le gustaría es volar una ciudad entera y que no sobreviviera nada. Pese a que la crítica omitía que Plancton es un personaje risible con un solo ojo que representa el hilarante absurdo del mal, sus lamentos y otros similares han convencido a la cadena pública que se apresta a imponer la coletilla de 'no recomendada a menores de 7 años', una decisión que no tendrá incidencia real pero que sí que servirá para poner en evidencia los criterios de la actual dirección de RTVE.
Pues yo tengo un niño de 4 años y no le he dejado nunca verlo. Me alegro que por fin se vayan dando cuenta de las cosas. No es precisamente un ejemplo en valores. Hoy en día los niños se crían con los simpson, sinchan, bob esponja... Los padres pasan totalmente de preocuparse por lo que ven porque simplemente "son dibujos" y luego echamos la culpa de los problemas de la juventud al sistema. Es más fácil ponerlos como tontos delante de la tele y que no molesten.
Chorrada elevada al cubo. Al cubo de cebo. Un poquito más de imaginación y más ver los dibujos acompañando a tus hijos, en vez de tanto WhatsApp.
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