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DIARIOS DE COCINA

Radiografía
malévola de los concursos gastronómicos

SERGIO ADELANTADO. 28/02/2015 Pues no, señores y señoras, en los concursos gastronómicos no es oro todo lo que reluce

VALENCIA. La sociedad mediática en la que vivimos está ansiosa de listas y clasificaciones, de saber dónde sirven la mejor paella o la mejor croqueta de jamón. Todo lo que tiene que ver con la gastronomía crece rápidamente y los concursos de cocina no son una excepción, sobre todo cuando en ellos se cocinan platos tradicionales como fabadas, fideuás y paellas o ensalzan alguna materia prima destacada como la gamba de Denia o la Trufa negra. El prestigio y la repercusión de los ganadores también sube como la espuma y esto hace que incluso lleguen concursantes de países lejanos como Japón o Australia.

¿Qué son?

El invento es muy sencillo. Juntamos a cocineros/as con ganas de promocionarse, un plato o receta (si es tradicional mucho mejor), alguna empresa del sector para poner materia prima y algo de pasta a cambio de un cartel, un buen comunity manager, algún nombre famoso en el jurado (no importa que entienda de cocina) y ¡ya está! todo listo para que la Administración local ponga la pasta que falta y ceda alguna plaza pública para realizar el evento. Luego llegan las televisiones, los foodies, los jubilados y hasta algún guiri despistado.

¿Dónde se hacen?

Los pueden encontrar en lugares muy variados. En la playa, en una plaza, en el ayuntamiento, en un congreso de gastronomía y por supuesto en casi casi todas las fiestas populares exaltando todo tipo de productos y platos locales.

Recuerdo mi participación como jurado en el Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca. Me sorprendió ver las dimensiones de la El autor, en acci-on como juez de un concurso de paellaspaella que la organización entregaba a los concursantes, que les obligaba a cocinar paellas de tres centímetros de espesor, para así poder cubrir las raciones de arroz que les pedían. Pero ya se sabe, si se junta en una mesa a varios valencianos en torno a una paella, ¡discusión asegurada!

Por otro lado, cada vez ganan más relevancia los que se organizan dentro del congreso Madrid Fusión (más feria que congreso), como los del bocadillo de autor o el del bocado con queso. ¿Se imaginan para el próximo año el concurso de empanadillas presentado por Martes y Trece vía telefónica? Éxito seguro, y titular de La 1 a las 21.00.

¿Para quién se hacen?

Junto con el jurado, los concursantes definen la calidad de un concurso gastronómico. Pero no sean ilusos, Arzak o Dacosta no estarán entre los concursantes. La mayoría están destinados a cocineros profesionales, es decir que trabajen en un restaurante, lo que por desgracia no es garantía de calidad. Los segundos chef de grandes restaurantes suelen estar en estos concursos junto a jóvenes cocineros que regentan sus propios locales y que aspiran a jugar las grandes ligas.

Los hay también profesionales de los concursos que recorren el país de concurso en concurso, con suerte dispar. Luego se halla el público siempre entusiasta y adicto al photofood, las comidas gratis (los que organizan las cerveceras suelen tener más cosas gratis) y los selfies con algún cocinero famoso que participa de jurado. La verdad es que hecho en falta algo más de didáctica hacia el público por parte de la organización de estos concursos. Serían un magnífica oportunidad para impartir megaclases magistrales para enseñar a cocinar una buena fideuá o a hervir una gamba de Denia, como dios manda.

Los jurados

Aunque no se lo crean, los miembros del jurado son los sufridores de estos concursos. ¿Qué se piensan, que probar 10 platos elaborados con gamba roja a las 11.00 de la mañana es un chollo? ¿Qué se creen, que están todos cojonudos? Ser jurado de un concurso requiere estómagos fuertes y mucha dosis de ironía. He realizado una pequeña consulta y ninguno de los habituales en estos concursos recuerda haber disfrutado gastronómicamente en su papel de juez por un día.

El ganador del ultimo concurso de la Gamba de Denia, con miembros del jurado y Quique Dacosta

Personalmente, en alguno cuyo nombre me reservo por respeto a los organizadores, he llegado a pensar que nada me libraba de una gastroenteritis esa misma tarde. Cuánto daño hacen los congresos y las publicaciones de gastronomía y las páginas web que venden artilugios para cocinar. Por desgracia muchos jóvenes cocineros confunden la cocina con un laboratorio de quimicefa y se creen que esto de la cocina creativa es únicamente cuestión del técnica. Por favor, señores y señoras concursantes, prueben sus platos antes de entregarlos al jurado, seguro que les va mucho mejor en los concursos y en sus restaurantes.

Gamba de Denia

Es uno de los concursos con más glamour que conozco. Ya sea por la extraordinaria calidad de la gamba roja o por su magnífica organización, este concurso se ha posicionado en sus cuatro años de vida como uno de los más prestigiosos de España. No todo en la Administración pública es malo y hay políticos que hacen bien su trabajo.

Denia es un ejemplo de cómo hacer una buena difusión y promoción de la gastronomía y el Concurso de la Gamba que se inventó el cocinero Rafa Soler -no le pierdan de vista, ahora en su nuevo restaurante en el hotel AR Diamante de Calpe, dará mucho de que hablar- es su mejor exponente. !Cópienles!

El pasado día 24 de marzo se celebró la cuarta edición y el ganador fue el tinerfeño Rubén Cabrera, del restaurante La Cúpula, con su plato Tierra de Mar. Desde luego es un reto difícil superar a una gamba hervida pero cocineros de todo el país lo intentan cada año, lógicamente con suerte dispar. Este año se presentaron 74 y llegaron a la final ocho, lo que me hace pensar en que sería muy acertado realizar una semifinal previa pues estoy seguro de que muchos buenos platos se quedaron por el camino sin ser probados por el jurado. ¿Qué hubiera sucedido si un concursante hubiera presentado una gamba hervida?

Ya están aquí las Fallas

Para que podamos superar el caloret típico de las Fallas me ha gustado la iniciativa que ha tenido una conocida marca de champagne para este año. Una manera de recorrer la ciudad bebiendo y comiendo mientras se disfruta de la Fallas. Se ofrecerá champagne por copas y menús especiales maridados con esta bebida, todo a un precio especial. También se editará un mapa de esta ruta gourmet, que se complementará perfectamente con otras rutas y guías digamos más low cost, que ya existen.

A esta iniciativa se han sumado 40 restaurantes de la ciudad. Les dejo la lista de los que yo elegiría para compartir las Fallas 2015 con amigos entre el espolín y las mascletás: Central Bar, Saiti, Rausell, Casa Carmela y Q' Tomas.

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1 comentario

José Ombuena escribió
28/02/2015 08:36

Es curioso, citas el nombre de los restaurantes de Soler y Cabrera, pero no dices el nombre de la "conocida marca de champagne". ¿Que no te han regalado una botella? Ahí te has delatado, Adelantado. Además, no aportas fuentes ni declaraciones de nadie. Así que lo dejamos en un articulillo de opinión y propaganda. Otro más.

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