VALENCIA. Es evidente que cada vez que Porsche innova da en la diana. Quizás sólo tenga en su lista negra el "no Porsche" 924 y su secuela, el 944. Todos los demás modelos se han visto agraciados con el éxito comercial, lo que ha engrandecido a la marca más allá del legendario 911. Los puristas han venido poniendo en entredicho modelos como el Boxster, Cayenne, Cayman y Panamera, pero todos ellos han venido a incrementar la competitividad de la marca de Stuttgart frente a firmas con las que antes no rivalizaba: Audi, BMW y Mercedes-Benz, fundamentalmente, y Jaguar Land Rover más recientemente.
Si de competir en todos los segmentos premium se trata, el nuevo Macan ha nacido para batirse el cobre con determinadas versiones de Audi Q5 -con el que comparte un tercio de componentes de chasis-, BMW X3 y Mercedes-Benz GLK. Sin embargo, la primera versión que hemos podido probar no tiene rivales en su clase, dado que el Macan Turbo no encuentra oponentes con un motor que se acerque a sus 400 CV.
Es una de las piezas claves de este brutal modelo, pues nada tiene que ver en cuanto a prestaciones con la versión Macan S y sus "modestos" 340 caballos, los mismos que rinde el Cayman GTS que aparece en esta edición de Top Auto. Esa cifra se logra gracias al bloque V6 que la marca viene empleando en Cayenne y Panamera, con el determinante apoyo de dos turbocompresores, al igual que el Macan S.
Dispone de distribución variable VarioCam Plus, que modifica la posición de los árboles de levas de admisión y de escape para adelantar o retrasar el momento de apertura de las válvulas e incluso cambiar la alzada de las de admisión.
Y lo que vemos en la carretera es que empuja con una contundencia absoluta, y aunque el coche roza las dos toneladas en orden de marcha da la impresión de correr tanto como un Carrera 4S. El fabricante anuncia una velocidad máxima de 266 km/h, que no nos atrevimos a alcanzar por si un Pegasus nos echaba el guante desde el aire. Sí pudimos parar el crono en 5,1 segundos en aceleración 0-100 km/h, lo que es de sobresaliente para un todocamino.
Claro que el escudo Porsche en el capó se encarga de marcar las distancias frente a la competencia, incluso tratándose de deportivos o berlinas de raza, tipo Audi RS o Mercedes AMG. Corre como un demonio y aunque para ahorrar gasolina cuenta con start&stop y la función de conducción "a vela", que desembraga el propulsor del cambio para eliminar el freno motor y dejar que el Macan avance con su propia inercia, los consumos son elevados, mucho. En ciudad o en carretera a ritmo "vivo" no es difícil superar la barrera de los 16 litros. En esas condiciones casi gasta menos un 911. Sólo a velocidades legales podremos conseguir estar cerca de los 10-11 litros de media.
Afortunadamente, el Macan Turbo cuenta con un depósito 5 litros más grande que el del Macan S y 10 más que el Diesel. No es mucha diferencia, pero prolonga algo su nada generosa autonomía.
El sistema de tracción integral es herencia del Carrera 4. Tiene un embrague multidisco que se encarga de repartir la fuerza entre los ejes delantero y trasero en función de las condiciones de adherencia y grado de aceleración. Además, para el Macan Turbo puede contar con un diferencial trasero activo PTV Plus (1.697 €). Este diferencial gradúa la entrega de potencia entre ruedas posteriores y puede aumentar la frenada o la fuerza que da a la rueda interior de la curva, mejorando al máximo la trazada en curva cuando estamos en fase de aceleración para afrontar la recta o el siguiente viraje. Ni qué decir tiene que el cambio es el magnífico automático de doble embrague PDK de siete marchas, de desarrollos algo largos para ayudar a contener los consumos a velocidades de crucero.
¡QUÉ BASTIDOR!
El Macan Turbo cuenta con una suspensión de muelles y amortiguadores cuya dureza se puede ajustar según tres modos: Comfort, Sport y Sport Plus. Pero está disponible de manera opcional (1.683 €) una suspensión con muelles neumáticos, incorporada a la unidad de pruebas, que permite ajustar la altura de la carrocería.
En condiciones normales de circulación, la neumática deja al Macan Turbo 15 milímetros más cerca del suelo que si llevara la suspensión del Diesel. Además, tiene dos modos de altura: "Highlevel", sobreelevada 40 mm respecto a la posición normal de marcha hasta 80 km/h (230 mm respecto al suelo) y pensada para un uso off road; y "Loadlevel", que la reduce en 50 mm para facilitar el acceso a los asientos. Añade otra posición que se activa cuando ajustamos el chasis a los programas deportivos y que baja la altura en 10 milímetros respecto a la posición estándar. Es con ésta con la que podremos sembrar la envidia entre quienes se piquen con nosotros a los mandos de muchos coupés deportivos con pedigrí. Y lo más importante, además de correr como Porsche que es, frena también como tal. Sobresaliente en dinámica de conducción.
A pesar de su generoso tamaño, no es el Macan tan espacioso como cabría esperar. Las plazas traseras son idóneas para dos adultos, eso sí, de buena talla, pero no para tres. Mejor es la capacidad de carga, con unos espléndidos 500 litros de volumen. ¿Y del equipamiento qué? Correcto y cautivo de muchas opciones, como era de esperar.
Pero no cabe duda que quien puede gastar casi 100.000 euros en un Macan Turbo no va a quebrarse la cabeza sacrificando caprichos de equipamiento por un "puñado" de euros. Sobre todo si a cambio nos va a permitir echar pulsos a nada menos que un Carrera o un Cayman GTS.
No va a ser la versión más vendida de los 700 que este año van a matricularse en España, pero si el dinero no es obstáculo creo que es la variante que me compraría, para tener un Porsche mayúsculo.
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