DOS ASIENTOS Y MALETERO
Entre un C4 Picasso y un Grand C4 Picasso no hay que buscar diferencias más allá de la tercera fila de asientos y la superior capacidad de maletero añadidas por este último, a cambio de lo cual exige un desembolso adicional de 1.500 euros.
Estas dos butacas adicionales que conforman su tercera fila son más indicadas para niños que para adultos. En mi caso, con 1,74 metros de altura, casi rozo con el techo, algo que no me ha ocurrido por ejemplo con el Toyota Prius+ que también pruebo en este número. A su favor, que disponen de sus propias salidas de ventilación, luces de lectura y toma de 12 V.
El maletero, por su parte, eleva su capacidad hasta los 645 litros con los asientos de la segunda fila en su posición más retrasada, lo que deja a esta Grand C4 Picasso entre los mejores de la categoría por capacidad de carga. Además, esta versión ofrece de serie el portón de apertura y cierre eléctricos.
En cuanto a la fila intermedia, el Grand C4 Picasso no aporta nada nuevo respecto a su hermano de cinco asientos. Y ni falta que le hace porque su propuesta deja pocas fisuras: un acceso amplio y cómodo, piso totalmente plano y tres butacas independientes, del mismo tamaño y con fijaciones Isofix en todas, además de regulación longitudinal e inclinación del respaldo. En ellas, sus ocupantes disfrutarán de un espacio desmedido para su rodillas y amplio para alojar a tres adultos con comodidad. Y súmele las cortinillas parasol, las mesitas tipo avión, la regulación de las salidas de aire o los cristales sobretintados e insonorizantes, que contribuyen a que en su interior se viaje muy bien aislado del ruido.
También la suspensión se preocupa del confort del pasaje, pero realmente no es una burbuja; en ocasiones puntuales se llega a mostrar hasta algo seca. Por comportamiento, se luce más en vías rápidas que en carreteras convencionales. En las primeras se muestra muy estable y en las segundas su carrocería acusa unos movimientos algo más amplios que los del C4 Picasso, así que no podemos decir que sea un coche especialmente ágil en curva.
¿DOSIS EXTRA DE POTENCIA?
El C4 Picasso que probamos el pasado año contaba con el motor e-HDI de 115 CV, del que dijimos entonces que nos parecía una opción suficiente para la mayoría de clientes. Para el más pesado y voluminoso Grand C4 Picasso también podría valer, pero teniendo en cuenta que podemos cargarlo mucho yo apostaría por considerar opciones más potentes.
En esta ocasión he tenido la oportunidad de probar las dos alternativas posibles, el 1.6 THP de 156 CV y el BlueHDI de 150, ambos con el cambio manual de 6 velocidades. La primera, de gasolina, otorga una buena respuesta desde bajo régimen, un consumo razonable y destaca por un funcionamiento muy suave acorde con el agradable tacto de volante, pedales y manejo del selector.
En el BlueHDI no nos ha parecido tan fino ni el cambio de marchas ni el pedal de embrague, de tacto más duro en ambos casos. Por lo demás, garantiza un notable agrado de funcionamiento -no tanto como el THP-, no tiene problemas para empujar con solvencia desde abajo y es muy eficiente, exigiendo un gasto de combustible poco mayor que el del e-HDI a pesar de la diferencia de caballos.
Con uno u otro motor, lo que está claro es que el Grand C4 Picasso va a colmar las expectativas de los que busquen un monovolumen de verdad, amplio y práctico pero regado con notas de distinción y con la posibilidad de disfrutar de un alto equipamiento de confort y seguridad.
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