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VALENCIA. La ópera prima de Víctor Iriarte, Invisible, es un cruce experimental de cine de vampiros, película de amor y musical. El director, escritor y artista bilbaíno emplea como punto de partida la grabación de un disco por parte de la multiinstrumentista guipuzcoana Maite Arroitajauregi, única componente de la formación Mursego. Pronto la propuesta adquiere un carácter poliédrico donde se asiste a la construcción de las canciones y al desarrollo de los ensayos, al tiempo que se van desgranando los diálogos de una película vampírica y los retazos de un amor roto. La propuesta será presentada y debatida por su autor el próximo 21 de febrero a las 18.30 h. en Las Naves en el contexto de las jornadas Cine por venir.

Víctor Iriarte ha sido director de fotografía del filipino Raya Martin y segundo ayudante de dirección de Isaki Lacuesta, quien describe Invisible como "una película sonámbula y funámbula, translúcida y sensible, como la piel de un vampiro acercándose a la ventana. Invisible muestra a la genial música de Mursego grabando con su chelo la banda sonora de una película de vampiros, que no es otra que este mismo film: la crónica de una despedida amorosa en primera persona del plural".

Iriarte reconoce como influencias en su inclasificable película Vampir Cuadecuc, de Pere Portabella, un filme sobre las pausas en el rodaje de una versión de Drácula de Jess Franco protagonizada por Christopher Lee, y Ne Change Rien, donde Pedro Costa recoge las pruebas de voz de la cantante francesa Jeanne Balibar.

TALLER DE JAVIER REBOLLO

La semana se completa con el arranque del segundo taller de las jornadas Cine por venir, titulado Imágenes y textos. La formación es eminentemente práctica y abarca del 16 de febrero al 27 de marzo. Los primeros encuentros, el 16 y 17 de febrero, son impartidos por Javier Rebollo, considerado uno de los cineastas españoles más interesantes de cine de ficción. 

Su cinematografía consta de los largometrajes Lo que sé de Lola (2006), nominado al Premio Goya al Mejor director Nobel y Gran Premio del Jurado en Seúl; La mujer sin piano (2009), Concha de Plata al Mejor Director en San Sebastián y premio a Mejor película en el AFI de Los Ángeles; y El muerto y ser feliz (2013), por el que José Sacristán se hizo con la Concha de Plata, el Goya y el Gaudí a mejor actor. 

Entre 1997 y 2002 dirigió los cortometrajes En medio de ninguna parte (1997), ¡Hola, desconocido! (1998), El equipaje abierto (1999), El preciso orden de las cosas (2001) y En camas separadas (2002), un ciclo de piezas protagonizadas por Lola Dueñas por los que fue nominado dos veces al Goya al Mejor Cortometraje y que se han visto y premiado en festivales y televisiones de todas partes. Su trabajo ha sido objeto de retrospectivas en Francia, Alemania, Bélgica y Colombia.

Junto a su guionista de siempre, Lola Mayo, ha realizado una serie de documentales de gran formato para el programa Documentos TV en La 2 de TVE por los que ha recibido, entre otros, el Premio Reina Sofía de Periodismo 2006. Actualmente, desde su productora Lolita Films trabaja en el largometraje La isla del rinoceronte, de Luis Bértolo, que se rodará el próximo otoño en Marsella; mientras, prepara su cuarto largometraje como director.

Cine por venir es un proyecto coordinado, comisariado y dirigido por Miguel Ángel Baixauli y Sonia Martínez, y patrocinado por Las Naves. Durante la jornadas, programadas entre el 7 de febrero y el 27 de marzo se convoca a una selección de directores y profesionales de diferentes facetas del audiovisual que participan en cinefórums y charlas e imparten talleres y clases magistrales.