VALENCIA. El contrato sólo se firmará cuando se celebren las elecciones y las gane Camps». Cuando Bernie Ecclestone vinculó la victoria de Francisco Camps a la celebración de la Fórmula 1 se desvelaba algo que se sabría años después: el president se había comprometido a pagar todo con dinero público. Era su juguete personal. Un gran scalextric que acabó costando casi 300 millones pese a que iba a salir gratis.
El problema es que era ilegal. Así lo afirma la Fiscalía Anticorrupción en la querella que ha presentado contra el expresidente por prevaricación, malversación de fondos públicos y un puñado de delitos más.
«Actuó con un consciente desprecio a la legalidad vigente», afirma la denuncia, que también se dirige contra la que fue consellera Lola Johnson y contra Jorge Martínez ‘Aspar', el expiloto de motociclismo.
Camps y ‘Aspar'. Es la pareja sobre la que gira toda la polémica historia. Y es que dentro de ese «consciente desprecio a la legalidad» al que se refiere la Fiscalía Anticorrupción en su querella, Camps sabía perfectamente que el acuerdo que había cerrado con Ecclestone tenía aristas administrativas que decidió limar escudándose tras un tercero, «su amigo» -en declaraciones propias- Jorge Martínez ‘Aspar', quien acompañado de Fernando Roig y de Bancaja, constituyeron Valmor Sports. Esta empresa pantalla debía organizar las carreras y asumir el riesgo económico. Pero no hizo ni una cosa ni otra.
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