VALENCIA. Junto a un gran ventanal desde el que se ve el Palau de la Música de Valencia y los jardines del Turia, el despacho de Sandra Deltell en PwC es sencillo y funcional, sin prácticamente ningún elemento que no tenga que ver con el trabajo.
Nada más terminar la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales por la Universitat d'Alacant se incorporó a la firma como becaria y en estos 18 años ha ido ascendiendo hasta ser socia directora del área de Auditoría para la zona de Levante, trabajando con algunas de las principales compañías de actividades como la construcción, los productos industriales, la automoción, los seguros o la sanidad, tanto nacionales como extranjeras.
Su experiencia en Estados Unidos, gracias al programa de talento de PwC Genesis Park, y el mentorizaje que recibió de Rafael Sanmartín han sido claves para su desarrollo profesional y su compromiso con la afirma, como reconoce sin margen para la duda.
«He conseguido dar lo mejor de mí misma, convirtiendo mi trabajo en PwC en una prioridad en mi vida», apunta, mientras advierte que un puesto de alta dirección como el suyo no es sólo cuestión de capacidad técnica. «Hay que ser un muy buen gestor de personas, porque si la gente no está cómoda en el equipo, se desperdicia talento y todo acaba fallando».
Además, se debe contar con dotes comerciales. «El cliente da por sentada tu capacidad profesional, por eso también quiere a alguien a quien contarle sus problemas, que tenga la empatía de comprenderlo y de saber responder a lo que necesita». Reconoce que en todo este tiempo uno de su mayores retos ha sido ir evolucionando en función de sus nuevas responsabilidades. «Cuando no dejas el rol anterior, la situación te sobrepasa. Hay que aprender a delegar responsabilidades para poder ejercer la nueva condición».
También la conciliación de la vida personal y laboral debe plantearse de otra manera para que sea plenamente satisfactoria. «Lo peor que te puede pasar es que el tirón de la carrera profesional te lo vayan lastrando desde casa». Independientemente del sexo, recomienda establecer un acuerdo con la pareja, dejando claras desde el principio las aspiraciones profesionales para que la unidad familiar sirva de apoyo e impulso.
(Artículo publicado en el primer número de la revista Plaza de noviembre de 2014)
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