VALENCIA. En 1954 el alpinista francés Lionel Terray durante una visita que realizaba a una fábrica de material de montaña situada en Grenoble, queda impresionado por el plumífero que llevaban los obreros para protegerse del frío. Asombrado por la calidad técnica y la protección que proporcionaba las prendas, realiza un pedido pensando en sus futuras ascensiones. Se puede decir que este fue el punto de partida de lo que ahora es una de las firmas con más crecimiento dentro de la moda deportiva de invierno.
Entre toda su trayectoria, Moncler, vivió uno de sus peores episodios en las década de los 90 encontrándose al borde de la quiebra por no haber sabido aportar ninguna prestación de su prenda clave frente a la competencia. Entonces su actual director artístico y presidente Remo Ruffini, aparece para dar la vuelta a lo que había sido una de las marcas pioneras en ropa de montaña pero sin renunciar al plumífero como vértebra de la casa.
Desde 2002, con la dirección de éste, Moncler se centra el uso de materiales de menor densidad. Mantener los mismos niveles de calor con menos cantidad, es una de las prestaciones más valoradas así que se trabaja con una selección de plumas más compactas y con las cantidades por centímetro cuadrado matemáticamente precisadas. "Siempre estamos buscando el modo de hacer chaquetas de invierno más calientes pero más finas. Los que se llevaban en los años 50, eran enormes porque se necesitaban muchas plumas para rellenarlos."
La firma producía en China lo cual no era suficiente para la solución al proyecto Moncler. Para el director las prendas merecían ser elaboradas en Italia decisión que favorecía a la dirección de la firma hacia los productos de lujo. En los últimos diez años, esa obsesión por la calidad y exclusividad se ha completado con la inmersión completa y sin pudor en el sistema internacional de la moda. Remo ha decidido reorientarla hacia el lujo con la incorporación de colecciones de alta costura.
Sin abandonar su plumífero, Moncler se diversifica con colecciones de verano, marroquinería, accesorios, calzado y, desde hace poco, gafas de sol. Campañas con Bruce Weber, desfiles, colaboraciones con Giambattista Valli, Mykita, Pharrel Williams o Tom Browne, y ejércitos de celebrities con Liv Tyler, Victoria Beckham, Madonna y Sarah Jessica Parker a la cabeza y precedidas por Brigitte Bardot, luciendo sus colecciones. Nunca nadie pudo pensar que una firma de ropa deportiva crearía eventos de la talla de las firmas del grupo Lvmh.
En el ámbito del esquí, por la naturaleza de las clases que comenzaron a practicarlo, siempre se han dado las marcas de lujo, pero hasta ahora ninguna podía presumir de codearse con las mejores firmas del mundo de la moda y que las novedades crearan la misma expectación que la las colecciones de firmas como Dior o Chanel.
Al contrario que la firma Italiana, la compañía número dos de la distribución mundial H&M, ha aprovechado su situación de pionera trabajando junto con grandes nombres de la moda para ir un poco más allá y diversificar su oferta hasta llegar a la ropa de esquí. Este año, al igual que hizo el anterior, ha presentado una colección de prendas técnicas para practicar deportes como el ski o snowboard a un precio nunca antes visto, se pueden conseguir prendas por menos de diez euros.
Como en cualquier otro ámbito de la moda, siempre se han dado diferentes gamas y categorías pero es novedad que en la industria de la moda específica de los deportes comience a verse tal diversidad de precios.
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