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'EL CABECICUBO'

Por fin un españoles fracasados por el mundo

ÁLVARO GONZÁLEZ. 24/01/2015 Icíar Bollaín estrena un documental que pone rostro a los emigrantes españoles.

VALENCIA. De cine que opinen los que saben, que saben mucho y todo lo saben enseñar, que cantaba el Gato Pérez. Pero para este humilde espectador de televisión, Icíar Bollaín es posiblemente el mejor talento cinematográfico con el que contamos en nuestra vasta y brillante cantera de cineastas. Hubo dos películas clave en su trayectoria, sin desmerecer otros de sus títulos, para hacer esta aseveración. Te doy mis ojos, sobre el maltrato a una mujer. Un hecho que sucede en España, como sabemos, trágicamente con demasiada frecuencia. Aunque no menos que en otros países que no se toman la molestia de cuantificarlo. Y También la lluvia, sobre los problemas de la privatización del agua en Bolivia y con una crítica corrosiva a la progresía occidental, concretamente, a la del gremio al que ella pertenece.

En esos dos casos hundió sus pies hasta los tobillos en el barro de la realidad. De los problemas actuales. Quiso ser de su tiempo, ser crítica, aportar una mirada inteligente fuera de clichés. Los expertos luego tendrán otras valoraciones, pero que su trayectoria es la descrita es innegable. Y ese camino le ha llevado a rodar un documental. A dejar la ficción. Lo cual no se sabe si es bueno o malo, pero ha aterrizado en la pequeña pantalla y por lo tanto en esta columna.

Su documental, con la participación de la productora valenciana Turanga Films, se llama En tierra extraña y sirve de contrapunto a los reportajes de españoles por el mundo, con franquicia en cada comunidad autónoma y la particularidad castellanoleonesa que también consideraba relevante su diáspora por el territorio nacional. La emigración en España se ha tratado en estos formatos como un exilio dorado. Es popular denominarlos "triunfadores por el mundo", una concepción de los programas que ignoraba a todos aquellos que se veían forzados a salir por problemas económicos y a los que, de entre estos, se enfrentaban a dificultades legales y laborales y a esa fina lluvia que se llama racismo y que no la ejercen solo los skin heads con esvásticas tatuadas, sino todo hijo de vecino en todas partes.

Los españoles que aparecen en este documental, estrenado en Canal + (fue preestrenada en noviembre en el Espai Rambleta), transmiten una sensación de fracaso en la medida en que no están trabajando en lo que han estudiado y para lo que están trabajando no les habría hecho falta estudiar. En otros casos la situación es peor, no encuentran trabajo en España para el que no hace falta cualificación.

En el inicio varios de estos españoles en Edimburgo tratan de hacer una acción artística colectiva. Reúnen guantes a los que le falta la otra mitad, algo simbólico, y quieren que todos cuenten su historia, pero hay gente reticente. No se sienten cómodos porque piensan que se les va a "victimizar", otros no están nada orgullosos de su trayectoria y tampoco les apetece hacerla pública.

Pero los que hablan reflejan la cruda realidad que todos conocemos ya a estas alturas. Aparece un arquitecto técnico que está limpiando cocinas y sacando la basura. Dice que ha hecho masters, ha leído libros, ha estado estudiando toda su vida "para nada". Aunque destaca que en Escocia "si haces algo bien, te lo valoran y te lo pagan, puedes ir poco a poco, step by step". Han dado su país por imposible. No hay meritocracia, denuncian, ni en los niveles más bajos del trabajo.

Otra parte destacable es que todos se identifican con los inmigrantes que llegaron a nuestro país y que ahora, en grandes cantidades, lo están abandonando. "Me veo reflejado en todos los inmigrantes que venían de Sudamérica", dice uno. "Sí siento racismo, estamos viniendo en masa", explica otra. Y a diferencia de las generaciones anteriores que emigraron a Alemania, Francia o Suiza, esta nueva diáspora española no puede enviar remesas a casa.

Psicológicamente también se quejan de que tenían esperanza en su país, crecieron con expectativas de independizarse, ganarse la vida, prosperar, pero que ahora lo han perdido. Se quejan de que se lo han "robado".  Eso, al menos, no lo tenían los antiguos emigrantes que crecieron en un país devastado.

La parte más discutible es un monólogo de Alberto San Juan que sirve de diagnóstico de la situación española que se alterna con las entrevistas a los emigrantes. Parte de una premisa falsa. Repite el mantra de que España ingresó en la Unión Europea con la condición de desmantelar su industria y quedar relegada a potencia turística. A fuerza de repetirlo se va a convertir en verdad y no es la finalidad de esta columna el debate económico, pero hay que tener en cuenta la amplia literatura que hay al respecto donde se pone de manifiesto que buena parte de la industria española se desmanteló ella solita porque estaba obsoleta, pues había crecido al abrigo de la autarquía y el cierre de fronteras.

San Juan dice que con el Plan de Estabilización España se abrió al capital extranjero. Sí, pero para abrir una empresa en nuestro país los inversores foráneos estaban obligados por ley franquista a buscar un socio español que tuviera el 51% de la empresa. Se ha criticado que muchos de ellos ejercían de meros chupópteros. Cuando España dejó de estar aislada, las empresas que eran tinglados se hundieron, pero otras pudieron comprar tecnología más barata, modernizarse y competir. El problema de hacer tabla rasa con el ingreso español en la CEE, como si todo respondiera a un plan chapucero de nuestras elites, es muy tentador, lo explica muy bien todo, pero al que mejor parado deja es al franquismo. El saldo de nuestra criminal dictadura también fue económico. No se debería confundir a los chavales con estas cosas.

Por supuesto, la entrada en la CEE perjudicó a muchos sectores -al margen de pesca y agricultura-. Es lo que ocurre cuando otros países pueden colocarte sus productos más baratos. Pero esto le ocurre también a Croacia y a todos los nuevos socios. Y es recíproco, también compañías españolas pueden beneficiarse en sentido contrario. Si nuestra economía no se orientó hacia esos sectores para fortalecerlos en la medida de lo posible y poder competir, si se hipertrofió el sector inmobiliario, ya fuese por la presión del paro endémico, por especulación o pura corrupción, es otra historia diferente.

Todo este enfoque, por supuesto, es muy matizable, pero la reducción al absurdo de que tiramos a la basura nuestra industria a cambio de entrar en la CEE es un chiste tabernario. Yo en ese caso prefiero pensar que la perdimos jugando a las cartas en una partida a cara de perro. Los líderes políticos juegan mucho a las cartas ¿no lo saben? ¡ésta sí que es una conspiración! Todo el orden mundial se decide en timbas de póquer, pero nos lo ocultan sobornando a los medios ¡menos a esta columna de televisión! Se acabó la impunidad de los ludópatas mundiales. Dicho todo esto, es de agradecer que en la pequeña pantalla proliferen los espacios que niegan que nuestro país sea Disneylandia. Especialmente si reflejan los problemas de la emigración, aunque haya sido porque ahora la vivimos en carne propia.

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28 comentarios

carolina escribió
28/01/2015 12:56

Yo tengo 33 años y mi pareja 32 y tenemos 3 niños 2 nacidos en españa y un bebe de 2 meses nacido aqui en unglaterra hace 2 años decidimos emigrar porque en españa no teniamos nada y aqui estamos en blackpool estamos lejos de la familia pero teniamos que buscar un futuro para nuestros niños ya que en españa no hay gracias a dios aqui nos nos falta de nada tenemos un techo donde dormir y un plato de comida todo los dias,pero bueno aqui estamos con dos coj...... y esperemos que la cosa cambie en eapaña aunque nosotros tenemos la idea de que aky nos keda para largo.animos a todos y saludos desde blackpool

galaico67 escribió
28/01/2015 00:18

Bienaventurados los puros de espiritu, que san¡ben donde están, no dicen a donde quieren llegar y se dedican a predicar sin decir nada. Eso si, lo tiene todo muy claro, salvo todo el camino para llegar de el conocido A hasta no sabemos que B

mari carmen brusau escribió
27/01/2015 21:37

Me gustaría participar en el programa, yo soy una española fracasada e indigente en República. Dominicana

Santi escribió
27/01/2015 18:14

Llama la atención que hasta los miserables y los inconformistas tengan que echar mano de meritocracias, modelos de producción, a ver si usamos el dinero bien, hay que crear empleo... El caso es que, sin ánimo de ofender, o con el ánimo de ofender a lo que cada uno de nosotros alberga de alma sumisa, vendida, venía yo aquí a decir que se vaya a la mierda la meritocracia y la creación de empleo. Y ya de paso, también el ideal democrático (¿cuánto tiempo hará falta para que lo dejemos en las manos del enemigo, como la propaganda que es?) de que el pueblo, que es lo que por definición está debajo, lo que sufre al poder, puede hacerse con él, influir en su curso, hacerlo bondadoso, blando. En fin, es duro pero ¿y la supuesta oposición entre Estado y Capital? A ver cuando nos enteramos de que no hay uno sin otro. Decir alto funcionario o alto ejecutivo de empresa es lo mismo, pues no hay nada que quede fuera del principio de rentabilidad.

any escribió
27/01/2015 11:46

Me recuerda bastante, bastante, a una webserie valenciana que se llama 'fracasados por el mundo'...

delta escribió
26/01/2015 17:37

Haciendo un poco de auto crítica. ....básicamente como sociedad carecemos de la formación, interes y voluntad de gestionar nuestros asuntos mejor. Estos dramones vienen ahora, después de un ciego brutal de ladrillos y economía fantasma. Y nos quejamos de que tenemos que salir fuera, en vez de asumirlo (garbanzos obligan) y por otro lado hacer un buen diagnóstico colectivo de las causas de la cagada y pasar a cuchillo (metaforico) a los responsables. Bueno, afortunadamente parte de la sociedad ya esta en estas cosas, pero el grueso sigue sin enterarse. Salir es cojonudo, pero no porque arrasen tu casa

galaico67 escribió
26/01/2015 17:14

Tienes razón, no es una desgracia, es un delito, del que somos complices muchos. Hemos creado, entre todos, una estructura donde el mérito y capacidad era lo último en la lista, donde lo importante era entrar, en cualquier sitio y como fuera y esperar a tu placita, callando como un afogado y siguiendo la omertá de lo público. Ahora debemos ¿Debemos? purgar este pecado, saliendo a donde se pueda, minetras los trabajos decentes que van quedando son cosa de "famiglia"...pues fale. Por lo demás , me alegro que estés disfrutando de la vida que libremente elegiste. Yo soy más sentimental y más de poder acompañar a la familia según el tiempo nos va cosechando, así que, si hay que ir , se va, pero dejanos no ser tan duros y bien llevados como tu y soltar alguna lagrimita que otra...

Ines escribió
26/01/2015 15:45

El documental no es que no me gustó, no me gustaron quizás sus protagonistas. A parte de algunos sensatos estaba lleno de niñitos mimados y llorones que piensan que tener que irse a otro país es una desgracia. Lloran por no ver a sus primitos y sus familiares (en caso de hijos lo entiendo..) Hoy en día hay medios de sobra para "sobrevivir "(como lo ven algunos). Entiendo que para muchos no es lo que les gustaría hacer pero en vez de ver el lado bueno hay algunos que lo pintan como si se han tenido que huir de un pais en guerra y que estan en un campo de refugiados. Y no hablo no sabiendo, llevo mas de 20 años recorriendo el mundo por motivos laborales y personales y no me considero una persona desgraciada.

yo escribió
26/01/2015 13:48

La realidad es que no todos los que se van triunfan ni todos los que se van fracasan. Aunque sí es cierto que de los que se van a la mayoría les va mejor que en casa.

Gekokujo escribió
26/01/2015 01:14

Yo tuve dos opciones, irme a Oslo con un amigo valenciano o volverme a mi país. Afortunadamente aposté conservadoramente. No quiero minuslvalorar a los que se quedan, porque muchos simplemente no tienen otra opción, o han decidido presentar batalla en su terreno. Pero algo hay de cierto en que no cualquiera hace las maletas y deja todo atrás. Y por supuesto pueden todos agradecer a esta maravillosa globalización el hecho de que el ritmo de destrucción de puestos de trabajo es mucho mayor de los que el sistema puede absorber. Y lo que nos queda por ver. En el caso de España que el pastel se lo repartan familiares y allegados no augura nada bueno, y lo digo en respuesta a Scar211. Que un echufadillo en el ayuntamiento se pavonee por cobrar el doble que yo, en su momento, trabajando no más de tres horas al dia, por supuesto que incita odio social. Un saludo a todos los que han hecho las maletas, les deseo lo mejor.

gabi escribió
26/01/2015 00:54

Valenciaplaza, a pesar de ser un diario de calidad, profesional, destila liberalismo por todos sus poros (normal teniendo el dueño que tiene), pero no sé si la sección de cine es la más indicada para propagar el ideario neoliberal

hola escribió
26/01/2015 00:12

Creo que el sentido de "fracasado" no es tanto literal en el artículo como más en contraposición con los winners o triunfadores de "españoles por el mundo", no seáis tan susceptibles. Para mí quedarse o irse no es una cuestión de valentía, éxito o fracaso. Uno lo que quiere es ganarse la vida dignamente y estar bien, para unos eso será fuera (es indudable que vivir fuera es algo muy enriquecedor en todos los sentidos) y para otros dentro (también me parece indudable que eso no tiene que ser válido para todo el mundo). Para mí el principal problema es que eso debería ser una opción personal, que aquí deberían darse las condiciones para poderte ganar la vida, y si quieres y te apetece, también podrías hacerlo fuera. Pero eso no es lo que está ocurriendo. Y eso creo que es más que nada por razones políticas, las decisiones que se toman y se dejan de tomar. Por otra parte, las opciones de volver son más bien escasas. La mayoría de la gente que conozco viviendo fuera quisiera volver por un millón de razones: el clima, la gente, familia, la cultura, etc; pero para pasar de nuevo al precario o directo al paro, pasan. Para los que encuentran un curro tan digno fregar platos (yo también he currado de eso), sí es muy digno, pero lo es el primer año sólo, especialmente si tienes estudios superiores. Me parece un poco frívolo, mucha gente se puede sentir mejor consigo misma y darse palmaditas en la espalda pensando que son tipos curtidos por la vida, cuando en realidad ellos mismos saben que son unas vacaciones, un reality de "voy a vivir medio año como un currante de perfil bajo". El problema es si pasa el tiempo y no tienes ninguna otra espectativa que seguir haciendo eso, como creo que de momento pasa en España. Y también denota un poco de la persona que se tenga que ir a Londres o Alemania a toparse con trabajos devaluados y de limpiar platos, aquí de eso, por si no lo sabían, hay la tira, no hace falta irte fuera.

galaico67 escribió
25/01/2015 13:47

No le echeis la culpa a Europa. Eso pudo colar en los 90, pero ahora hay que estar muy ciego para no ver que es un juego a tres bandas entre Banca,Constructoras y Electricas, todas con participaciones cruzadas y el PPsoE cubriendolas a todas... Y tampoco estoy de acuerdo con lo de "españoles fracasados", "españoles pasandolas putas" sería más adecuado. Fracasa el que sale a triunfar, no el que sale a sobrevivir, fracasa el que sale con todos los medios, no el que va pelado. Los que luchan no fracasan, pierden, y la mayoría de las veces perder no depende de tus méritos, sino de la oportunidad

Paisano escribió
25/01/2015 13:04

Saludos: Leyendo los comentarios creo que es fácil deducir un hecho de todo esto. Hablando vulgarmente: "Cada uno cuenta la película tal como le fue". Jamás lo seguí. Pero los fragmentos de "Españoles por el mundo" que llegué a ver me daban una incómoda sensación. Básicamente salía únicamente gente bien acomodada, que hacía tours turísticos y mostraba a cónyuges /amigos/ligues guapos. Y así era sin duda. De modo que era necesario mostrar la otra cara. Por lo demás, no he visto el documental y no puedo opinar. Algo sé de vivir en el extranjero, pero no de buscarme la vida, ya que me fui de estudiante, sólo por cuatro meses. Para nada pretendo dar lecciones. Pero creo poder aportar algo, ya que llamar beca a lo que me dieron (no era Erasmus) sería un insulto. Llegué a pasar hambre, porque me negué a pedir ayuda a mis padres por amor propio. Pero la experiencia vivida no la cambio por nada. Me moví en un ambiente más elevado que un currela, desde luego, Universidad, bibliotecas, archivos. Allí fueron amabilísimos conmigo. Cosa que necesitaba, cosa que me facilitaban. Pero quedó clarísimo que para mí no había nada a regalar. Me lo tenía que conquistar yo. Y si no lo lograba allá mi suerte. Regresé a casa y lo pasado me ha sido útil. Un grato recuerdo. Nada que ver con quien marcha a buscarse la vida. Pero opino que habría que comenzar por definir qué se entiende por fracasado. Yo empezaría por cuestionar nuestro actual sistema universitario. ¡NO HAY TRABAJO PARA CASI NADIE! Y vale más que así lo tengamos todos claro. ¿Qué hacer? ni idea. En ello estamos ya escribiendo estas líneas. Espero. P.D. El dichoso artículo de Salvador Sostres me pareció propio de un gañán resentido.

Jose escribió
25/01/2015 11:22

Bueno voy a desmantelar toda la pseudofilosofía progresista de esta sociedad. No soy franquista y cuando Franco murió yo era un chaval que no tenía colegio ese día. En fin parte de mi familia emigró a Alemania, mi padre era un mero currante, pero que ocurrió ¿ un milagro ? no, sencillamente crió a una familia de 7 hijos y tuvo para comprar 2 viviendas en el centro de la ciudad y un pequeño terreno en el campo. No se si será políticamente correcto decir esto : hoy día con mi sueldo no tengo para mantener a 2 hijos, pagar alquiler, luz etc..y soy farmaceútico ( node la casta boticaria) sino currante. A mi me da igual las controversias económicas y el juego de póker que hacen , lo que a mí me interesa es tener la calidad de vida que tuvieron mis padres y siendo una dictadura ¿por qué no se arruinó el país ? ¿ por qué no había tantos corruptos como el 90 % de los políticos, sindicatos etc..? ¿Por qué se dice que los medios estaban a favor del régimen o es que hoy no están a favor de la casta?. Si podemos me puede dar una calidad media de vida lo votaré o al que ofrezca algo parecido aunque al final está todo tan podrido que no veo solución a largo plazo. Si esto es la democracia yo no quiero esto, claro ni tampoco lo de Venezuela etc..Un saludo a todos.

juan escribió
25/01/2015 10:59

Tú mismo lo has dicho "esto le ocurre también a Croacia y a todos los nuevos socios". ¿De que sirve la CEE si no es para chuparle la sangre a todos los paises, especialmente los mas pobres?. Como Alberto Sanjuan hay muchos que pensamos así. No te creas el centro del universo.

pais escribió
25/01/2015 10:49

a "yo me quedo": LLeva Ud. razón y le pido disculpas. Utilizar el termino "fracasado" tanto para los que se van como los que se quedan me parece absurdo, injusto y fuera de lugar.

pais escribió
25/01/2015 10:41

A Carlos Schmidt. Le felicito por haber sabido educar a su hija para sacarse las castañas por si sola y desde luego le deseo lo mejor. Los españoles que están saliendo a buscar trabajo en un mundo laboralmente globalizado no son comparables a los emigrantes de los años 50/60, que se fueron en unas dramáticas condiciones. No es grato ni cómodo salir,..............pero es lo que hay. Mi hermano, que también tuvo que irse , él a Austria a trabajar, encontró trabajo un año después en España.......gracias a la experiencia adquirida en aquel pais. Llamar "fracasados" a los jóvenes que se han ido, hayan o no encontrado trabajo, me parece una crueldad y que esto lo diga gente que viven de las subvenciones públicas me parece indignante.

Realidad escribió
25/01/2015 10:36

En España sobra gente. La economía española no estaba preparada para absorber tanta mano de obra. Y como los inmigrantes no se quieren marchar pues tendrán que irse los españoles. La próxima vez a ver si la gente aprende a pensar con la cabeza y no se deja llevar por el buenismo del papeles para todos.

yomequedo escribió
25/01/2015 09:40

Así que los que nos quedamos somos unos fracasados y unos cobardes... Así estamos ya? Tan bajo hemos caído?

unaqueemigró escribió
25/01/2015 00:03

País tiene toda la razón. Suscribo una a una sus palabras. Tener que trabajar en Londres limpiando mesas no es un fracaso, es una experiencia que te va a servir, al menos te formará el caracter. No por haber hecho un máster vas a tener un trabajo esperando por ti. La vida no te debe nada, hay que currarselo! Porque los inmigrantes suramericanos no se quejan? Porque saben que no van llegar à un país inmediatamente à triunfar. Victimismo total, además Londres está à 2 horas de avión de un vuelo lowcost...

Carlos Schmidt escribió
24/01/2015 18:10

Mi hija es una emigrante con historia contradictoria. Sabía algo de inglés, no encontraba más que timos en España para su cualifiación así que decidió emigrar a Londres (cercanías) donde encontró algo que se parecía a lo que había estudiado, sin embargo la cadena tenía mandos intermedios extranjeros que le hicieron el vacío hasta que se hartó de aguantar insidias. Es inquieta y no dudó en aceptar trabajo en una fábrica. Esta vez los encargados son Indios y tuvo que aprender lo esencial en penjabi, nunca dieron el brazo a torcer y hablar inglés, para más inri, la mayoría de sus compañeras eran polacas que tampoco decidieron salir del gueto y así debió aprender saludos y comentarios en polaco, y ambos ejemplos le hicieron la vida imposible porque les quitaba un trabajo a alguien de sus nacionalidades. Aguantó lo indecible hasta que consiguió trabajo de cocinera (su profesión) en el mismo pueblo, Stevenage, una bolera donde son prácticamente británicos y su trato hacia ella es magnífico. Está contenta y ellos también, ya que le basto un mes para demostrar sus cualidades y promocionar. Esto del racismo es complejo, debe tratarse con mucho tiento.

fran escribió
24/01/2015 15:49

Qué triste que tengan que emigar tanto gente joven!. Deberia favorecerse el trabajo en este país y no tener que abandonar todo en busca de lo desconocido.

fran escribió
24/01/2015 15:47

Grandioso artículo. Felicidades!

24/01/2015 15:29

Sobre el comentario anterior. Los que se quedan son además de fracasados, unos cobardes. Los que se van al menos, tienen la conciencia tranquila por que han hecho lo que tenían que hacer. Pero no lloran de ello, sino protestar y señalar los fallos del sistema.

24/01/2015 15:22

@País: culpabilizar al parado tampoco es una gran idea. La criris ha traido algo hasta ahora semi desconocido en España: el odio social. Por ejemplo, el inmigrante que se vá, y se vé a si mismo como un luchador, mientras mira por encima del hombro al que se queda. Muy triste que hallamos acabado así. El odio del trabajador al empresario, del empresario al trabajador, del asalariado al funcionario, del que se vá al que se queda, etc. Todo es lo mismo. No tengais ninguna duda de que es la incompetencia de nuestros politicos (y nuestra ineptitud a la hora de elegirlos) lo que nos ha metido en este agujero, y no el vecino treintañero ese de al lado que esta en paro y vive con los padres, o la que está en venetanilla en el ayuntamiento y sale a tomar un café con leche a las 11. Otra cosa es que esos "desajustes" deban ser subsanados, pero ese no es el Problema con p mayúscula.

MIKEL escribió
24/01/2015 15:19

Muchos de esos que salen en el documental han sido muy ingenuos pensando que con su nivel de inglés iba a encontrar un trabajo de lo suyo fuera.. Hay que estar muy preparado para triunfar fuera

Pais escribió
24/01/2015 12:02

Buen articulo,....salvo la mención a Alberto Sanjuan, porque ¿que narices sabe este actor del problema de la emigración y mucho menos de teoría económica?. Yo emigré a Edimburgo y encontré trabajo a las pocas semanas en IKEA no ví, ni sentí discriminación laboral alguna, no sé si con otras características raciales hubiera sido distinto. Fuí contratada naturalmente para trabajos básicos por una simple y limpia selección de personal junto a un chico indio que era fisico o ingeniero nuclear, no lo recuerdo bien, pero en definitiva era una persona brillante que no andaba quejándose por las esquinas maldiciendo su suerte de "fracasado", (se ha lucido la Bollaín). Participe en varias selecciones de personal, incluso una para el museo Judio de Londres y otra para el museo del Palacio de Buckingham, en todas te GARANTIZAN la LIMPIEZA de todo el proceso de selección (esa si que es la diferencia con ESPAÑA) Me volví cuando encontré algo mejor. He trabajado también en Bruselas y en EE. UU. y creo que en España sobra "victimismo ", sobran los comentarios tontos de pseudointelectuales tipo Sanjuan y el "nepotismo de la clase política que han hecho de nuestro pais un vergonzoso cortijo familiar. Te vuelves porque finalmente se llega a la conclusión que para vivir de pena en un cuarto cutre compartido,.........mejor España que al menos no suele hacer tanto frio, es mas barato y tenemos mejor carácter. Es buena experiencia irse............ y mejor volverse sino encuentras trabajo. Ridículo ir a cualquier parte si no hablas Ingles, ...salvo que vayas para aprenderlo.Los UNICOS FRACASADOS no son los que se van, sino los que se quedan en casa sin intentar nada esperando que "alguien" les arregle SU PROBLEMA

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