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MADRID (EP/CP). La banda madrileña de rock instrumental Toundra publicará su cuarto trabajo, IV, este próximo 27 de enero. Ocho nuevas canciones densas, aplastantes, con largos desarrollos instrumentales, evocadores paisajes sonoros y amplitud de horizontes musicales pero, por supuesto, sin voz. "No queremos ser esclavos del estribillo", recalca a Europa Press el guitarrista Esteban J. Girón.

"Una vez hicimos un tema con voz pero como si fuera un instrumento más. La esencia de Toundra es que es instrumental. A todo el mundo le gustan grupos como Pearl Jam y quizás podría haber sido el camino fácil para conseguir tener cierta relevancia. Pero para nosotros lo fácil ha sido no tener cantante porque buscábamos esa libertad de no ser esclavos del estribillo. Nosotros no queremos caer en eso", explica.

Y así, con el aparente handicap de no tener canciones para corear, Toundra ha marcado su propio camino creciendo no sólo en España, sino también con largas giras por toda Europa hasta llegar a Rusia. "Allí fuimos en avión, no en furgoneta", bromea Esteban, para después añadir que sí viajaron en "trenes nocturnos de doce horas".

"Tenemos el grupo para sentir y experimentar, es la válvula de escape de nuestro día a día y de nuestras inquietudes artísticas. Nos gustan los retos y queremos avanzar", dice el guitarrista, quien con una mezcla de naturalidad y orgullo indisimulable recuerda que ya han puesto a la venta una segunda fecha en la sala madrileña Joy Eslava (28 de enero), después de agotar las entradas para la primera (29 de enero).

Y lo cierto es que el crecimiento del grupo desde su fundación en 2007 ha sido, efectivamente, constante, seguramente gracias a que sus miembros escuchan "mucha música" y nunca ha ido "en una única dirección". "Hemos explorado un montón de cosas gracias a la libertad creativa de no tener voz", reitera Esteban, para después añadir que a sus conciertos asiste gente con camisetas de Motörhead y de Vetusta Morla, algo significativo.

PÚBLICO VARIOPINTO

Gente que, a pesar de su variopinta procedencia, encuentra en los paisajes sonoros de Toundra el cobijo común en el que por unas horas fundar su hogar. "Es importante como músico no limitarte a tocar lo que ya sabes, o limitarte a un solo instrumento. Te gusta improvisar y aprender con diferentes guitarras, afinaciones y estilos", apunta Esteban (fan de Bad Religion, Nirvana o Led Zeppelin) como posible clave de este amplio espectro de seguidores.

Sea como fuere, lo cierto es que es evidente la expectación por el regreso de Toundra con nuevo álbum después de dos años y cuatro meses -el mayor tiempo de sequía discográfica del grupo-. Se trata, además, del primer trabajo sin el guitarrista fundador Víctor García-Tapia, reemplazado por David Macón (ex Adrift).

"David había hecho una gira europea con nosotros en lugar de Víctor en el pasado. Cuando se fue no sabíamos si íbamos a seguir, pero a la mañana siguiente ya estaba David en el grupo. La salida de Víctor nos ha dado esa fuerza de enfrentarnos a nosotros mismos y querer demostrarnos cosas a nosotros mismos. Después de todo, ha sido positivo porque fue un reto", sentencia Esteban.