MADRID (EP) Investigadores de la Universidad de Indiana, la Escuela de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women's Hospital han constatado a través de un estudio que podrían evitarse tres cuartas partes de los ataques cardiacos en mujeres adoptando algunos hábitos saludables. La investigación, publicada en el 'Journal of the American College of Cardiology', se basó en el seguimiento de casi 70.000 mujeres durante dos décadas.
Los resultados han revelado que el riesgo de infarto es menor en aquellas mujeres que no fuman, mantienen un índice de masa corporal normal, practican alguna actividad física al menos 2,5 horas a la semana, toman como máximo una bebida alcohólica al día, ven menos de siete horas de televisión a la semana y llevan una dieta equilibrada y de calidad.
Según Andrea K. Chomistek, autora principal del artículo, que ha sido recogido por la plataforma Sinc, aunque la mortalidad por enfermedades del corazón en Estados Unidos ha estado en constante disminución durante las últimas cuatro décadas, "las mujeres de 35 a 44 años no han experimentado la misma reducción". A su juicio, esta disparidad puede explicarse por estilos de vida poco saludables, por lo que querían saber qué proporción de casios podrían atribuirse a estos hábitos.
Tal y como explican los investigadores, durante el seguimiento 456 mujeres tuvieron ataques cardiacos y 31.691 mujeres fueron diagnosticadas con uno o más factores de riesgo cardiovascular, como diabetes tipo 2, presión arterial alta o colesterol alto en la sangre.
La edad media de las mujeres al comienzo del estudio fue 37,1 años; 50,3 años para el diagnóstico de enfermedad cardiaca y 46,8 para el diagnóstico con un factor de riesgo. Las mujeres que cumplieron con los seis hábitos saludables descritos tenían un riesgo un 92 por ciento menor de ataque al corazón y un 66 por ciento menor de desarrollar un factor de riesgo para enfermedades cardiacas.
Para los autores, este menor riesgo supondría que "se podrían haber evitado tres cuartas partes de los ataques al corazón y casi la mitad de todos los factores de riesgo en las mujeres más jóvenes si todas ellas hubieran seguido estilos de vida saludables". Asimismo, sostienen que no fumar, practicar ejercicio físico, comer bien y mantener un peso adecuado se asociaron de forma independiente con un menor riesgo de enfermedad cardiaca.
Sin embargo, las mujeres que consumían cantidades moderadas de alcohol (una bebida al día de media) "eran las que corrían menor riesgo en comparación con las abstemias y las más bebedoras". Por último, Chomistek señala que "las mujeres deben adoptar estas prácticas, sobre todo si ya están tomando medicamentos para un determinado factor de riesgo como la hipertensión o el colesterol alto, ya que es una manera fácil de prevenir futuros problemas de corazón".
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