VALENCIA. Ensayos, biografías, recuentos de trayectos vitales ligados a la praxis musical, censos pormenorizados de escenas creativas...los libros sobre música pop y rock ofrecen una extraordinaria panorámica complementaria para todo aquel melómano que pretenda destripar las claves de la obra no solo de sus artistas favoritos, sino también zambullirse en creadores y escenas aparentemente lejanos a sus inclinaciones.
Así, algunos de esos libros son muchas veces un pórtico más fascinante que la mejor de las recopilaciones. Con lo que el señuelo editorial funciona tanto para el ya iniciado como para el neófito. Las más de las veces, su lectura obliga a revolver de nuevo la estantería de discos (en el caso de los primeros) o a activar la pestaña de una nueva playlist en nuestra plataforma de streaming predilecta o visitar nuestra tienda habitual (en el caso de los segundos), señal inequívoca del interés que despiertan estos volúmenes como estoques para incentivar de forma repetida el apetito musical.
Por suerte, el panorama editor en nuestro país lleva ya unas cuentas temporadas incrementado su registro cromático. Tanto en el plano de las traducciones de obras aún pendientes de ser trasladadas al castellano como en la generación de volúmenes autóctonos. Y dentro de estos últimos, con particular propensión a trascender el socorrido ámbito biográfico para abordar sin complejos eso que tan bien saben hacer los referentes anglosajones: el ensayo concienzudo y ameno.
El año que recién termina no ha sido una excepción. 2014 ha sido generoso en suculentas novedades editoriales. Abordamos aquí algunas de las más sonadas, con el ferviente deseo de que 2015 no le andará a la zaga.
NUEVAS (Y NO TAN NUEVAS) BIBLIAS DEL GÉNERO
Si hay un libro que resulta imprescindible para cualquiera que pretenda conocer al dedillo la evolución de la música electrónica, desde la irrupción del house de Chicago y el techno de Detroit a mediados de los 80 hasta nuestros días, ese es Energy Flash. Un viaje a través de la música rave y la cultura de baile (Contra), de Simon Reynolds. Originalmente fue editado en 1998, pero ha sido este año cuando ha sido traducido (excelentemente) al castellano y ampliado con el recuento de todo lo que ha pasado en esas escenas en los últimos tres lustros. También incluyó la novedad de una jugosa entrevista con su autor, quien vivió de primera mano (esto es, prácticamente bailando libreta en ristre) la irrupción del acid house, el hardcore electrónico, el jungle, el gabba, el trip hop, el drum' n' bass o el dubstep, conformando un osado corpus teórico que trata de poner en solfa con argumentos sólidos algunos de los prejuicios rockistas más arraigados. Indispensable.
Otro libro más reciente en su génesis (editado en su país en 2012), pero también recientemente traducido y prácticamente igual de determinante que el de Reynolds para censar una escena tan amplia como influyente, fue Big Day Coming. Yo La Tengo y el auge del indie rock (Libros de Ruido), del norteamericano Jesse Jarnow. No solo por trazar el recorrido de una de las mejores bandas de la independencia yanqui de los últimos treinta años, sino por detallar el entramado de radios universitarias, medios, locales y bandas que hicieron posible el desarrollo del underground norteamericano de los 80 y 90. Perfilándose como el complemento ideal a aquella referencia ineludible que fue Nuestra banda podría ser tu vida, escrito por Michael Azerrad en 2001 y traducido por Contra Editorial en 2013.
Al margen del recorrido casi de epopeya de escenas seminales, si hay algo que consigue enganchar al lector, desde una óptica seguramente más transversal, son las historias personales narradas en primera persona, siempre con la música como hilo conductor. Ese fue sin duda el reclamo, con la sombra de Nick Hornby siempre presente, de Giles Smith y su extraordinario Lost in Music (Contra). Un delicioso y divertido recorrido por la vida y obra del músico y periodista británico, y por los sinsabores de su fracaso comercial (embarcado en The Cleaners from Venus), que fue escrito en 1995 y traducido a nuestro mercado también en 2014.
Más teóricos, aunque igual de jugosos y seguramente más prácticos (bueno, según se mire), son otros dos volúmenes que desentrañan las claves de la industria musical desde la perspectiva de dos músicos muy distintos pero coincidentes en su permanente compromiso con sus principios: David Byrne e Ian Svenious. El primero, ex líder de Talking Heads, trazó su propio vademécum ético y estético en el brillante Cómo funciona la música (Reservoir Books), traducido dos años después de su edición original. El segundo, alma mater de The Make-Up o Chain and the Gang, hizo lo propio en Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock (Blackie Books), con su habitual estilo, descarnado y provocador.
Ya dentro de nuestro país, si hay un ensayo (aunque más bien sea un conjunto de ellos) que ha destacado por encima del resto, ese ha sido La nostalgia ya no es lo que era (Alternia), el nuevo recuento de textos (la mayoría de ellos, publicados ya en prensa) de Ignacio Julià. En el él, el veterano periodista barcelonés (Rock Espezial, Ruta 66) vuelve a sentar cátedra con la excusa de rememorar la obra de Tom Waits, David Lynch, Robyn Hitchcock, Prefab Sprout, Ry Cooder o los Rolling Stones, entre muchos otros. Un libro que es lo más parecido que ha habido este año al Jinetes en la Tormenta (Espasa) de Diego A. Manrique un año antes, tanto por estructura como por tratamiento. Y que juega en la misma liga que El futuro ya está aquí (Huerga y Fierro), el libro en el que el también histórico Jesús Ordovás repasa, con un estilo más directo y menos ornamentado, sus recuerdos de la década de los 70, en un volumen que tendrá continuación cronológica. Todos ellos forman parte de lo mejor de nuestro patrimonio periodístico. También sobresalió, en el terreno del ensayo y en el plano foráneo, el ejemplar La Historia del Rock and Roll en diez canciones (Contra), de Greil Marcus.
BIOGRAFÍAS Y REIVINDICACIONES
Si hay un género que ha destacado este año por el incremento de libros que han venido a glosar sus virtudes dentro de nuestras fronteras, ese es sin duda el reggae. Así, dos libros referenciales han venido a sumarse a su historia en castellano: el de Lloyd Bradley en Bass Culture. La historia del reggae (Acuarela Libros), traducido por Tomás Cobos, y el de Beth Lesser, La leyenda de Sugar Minott y Youth Promotion (Black Star), editado y traducido por el periodista valenciano Daniel Tomás.
El hip hop también ha hecho lo propio con la edición en nuestro idioma de Generación hip-hop. De la guerra de pandillas y el grafiti al gangsta rap, del periodista norteamericano Jeff Chang, originalmente puesto en circulación en 2004 y despachado por fin en castellano por la argentina Caja Negra. Otra de esas asignaturas pendientes que van solventándose.
En el terreno de la autobiografía, dos han sido los relatos que han suscitado mayor interés. En primer lugar, el Memorias. El sueño de un hippie, de Neil Young (Malpaso), recientemente editado, y en el que el gigante canadiense hace el particular e intransferible repaso a su trayectoria (y que se puede ver complementado con la también reciente traducción de Shakey. La biografía Neil Young (Contra), el controvertido libro de Jimmy McDonough). Y en segunda instancia, la esperadísima y largamente aplazada traducción de La verdadera historia de Frank Zappa, Memorias (Malpaso), escrita por el propio Frank Zappa, y trasladada al castellano por los valencianos Manuel De La Fuente y Vicente Forés, en la que el iconoclasta músico norteamericano expuso sus vivencias con su habitual acidez.
De entre las biografías redactadas en nuestro país y desde un punto de vista externo y (obviamente) más analítico, nos quedamos con el completísimo Fela Kuti. Espíritu indómito (Milenio), de Sagrario Luna, y el no menos completo En tierra de nadie. 25 años de Doctor Divago, de Mariano López Torregrosa (Carena). Este último, todo un hito en nuestra deshuesada y casi siempre deficitaria escena valenciana. Sin olvidarnos de títulos importantes editados en el último tramo del año, y que aún tenemos pendientes de catar, como Nick Cave y The Bad Seeds de Jorge Alonso Menéndez y Bob Dylan. La trilogía del tiempo y el amor, de Eduardo Izquierdo, ambos editados por la siempre interesante editorial barcelonesa 66 RPM.
ÚLTIMOS, PERO NO MENOS IMPORTANTES
Dentro de nuestro panorama editor, cada vez son más los ensayos y las biografías que perfilan las trayectorias de músicos del panorama estatal.
La editorial Lengua de Trapo es, en esas lides, una de las más activas. Este año ha editado los valiosos Honestidad Brutal o la huida hacia delante de Andrés Calamaro (Darío Manrique), El estado de las cosas de Kortatu: Lucha, fiesta y guerra sucia (Roberto Herreros e Isidro López) y Pequeño: el disco que salvó a Bunbury (Josu Lapresa).
En el terreno del ensayo no circunscrito a una escena o una banda concreta, el libro que lógicamente levantó mayor polvareda mediática fue Indies, Hipsters y Gafapastas. Crónica de una dominación cultural (Capitán Swing), del periodista Víctor Lenore. Una reflexión necesaria, que venía a corroborar una saludable corriente de opinión autocrítica ya latente en parte de la prensa especializada, pero lo hizo combinando algunos argumentos sólidos con otros manifiestamente endebles.
Rayó a gran altura otro ensayo, el libro colectivo The Smiths. Música, política y deseo (Errata Naturae), en el que periodistas como Jon Savage o Wendy Fonarow y músicos como Nacho Vegas o Antonio Luque abordaban diferentes aspectos de la obra de la legendaria banda capitaneada por Morrissey y Marr, bajo la coordinación de Fruela Fernández.
Y siguiendo con la temática en torno a los músicos patrios, muy loable sigue siendo la iniciativa de Ediciones Chelsea, que da voz a muchos de ellos a través de ágiles puzzles narrativos de carácter autobiográfico. Los últimos en estrenarse fueron Redonda como una pelota, de Pat Escoín (Los Romeos, Lula) y Amor y Ciencia Ficción, de Adolfo Díaz (Airbag), que vinieron a sumarse a los volúmenes anteriormente escritos por Jorge Martí (La Habitación Roja), Fran Nixon (Nixon, Australian Blonde) o Xoel López.
Incluso en nuestro entorno más inmediato, sellos discográficos como Malatesta se están aventurando en iniciativas que frisan con la literatura pop: La conquista del oeste o la muerte de Uli Zuma (Néstor Mir) inaugura un catálogo al que en breve se sumará Mr. Perfumme, y que viene a engrosar un apartado literario en el que otros músicos valencianos como Cisco Fran (La Gran Esperanza Blanca) o Xavi Sarrià (Obrint Pas), entre otros, ya tienen un interesante trayecto en otros proyectos editoriales.
Proyectos a las que conviene sumar el renovado impulso editor de la revista Efe Eme, que vuelve a poner en circulación libros como el reciente Estricnina. Fanzine de ruidos y danzas (1982-1984), que agrupa los tres números de la publicación editada por el periodista valenciano Rafa Cervera. Desde luego, por variedad y por calidad no será. Estos últimos doce meses han dado mucho (y muy bueno) donde elegir.
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