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Laura Chorro y Ricardo Costa, tras el 'sí, quiero'. FOTO: EVA MÁÑEZ.

VALENCIA. Hace tiempo que las bodas dejaron atrás la solemnidad para convertirse en celebraciones por todo lo alto donde las emociones cambian a un ritmo vertiginoso -de lágrimas a carcajadas-, los cantos celestiales se intercalan con el reggaeton y la novia acaba bailando... en zapatillas. El año 2014 nos ha dejado un buen número de casamientos valencianos de todos los estilos: clásicos, bohemios, bucólicos o carne de portada.

Uno de los bodorrios más importantes del año (y el más discreto de todos) fue el de Borja Martí Junco, hijo de los propietarios de la revista ¡Hola! y la valenciana Begoña Orozco. Se casaron en la iglesia de San Juan de la Cruz y celebraron un banquete por todo lo alto en el Palau de les Arts Reina Sofía.

Menos discreto y más morboso fue el enlace del diputado Ricardo Costa y su novia Laura Chorro, directora general de Familia y Mujer en la Generalitat Valenciana. Y es que el político que se sentó en el banquillo con Francisco Camps por el caso de los trajes atrajo, por una vez, más miradas que la propia novia. Se casaron el pasado 8 de noviembre en la iglesia castrense de Santo Domingo ante trescientos invitados, con abundancia de pamelas y tocados y muchos políticos como la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig; el ex conseller de Economía, Gerardo Camps; el ex alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi; el ex diputado David Serra, la diputada por Castellón, Andrea Fabra, y el exvicepresidente de la Generalitat Víctor Campos. Tras la ceremonia religiosa la comida se celebró en el edificio Veles e Vents con un menú exquisito compuesto por consomé con jamón ibérico y trufa, crepes de txangurro con salsa de marisco y pularda rellena de foie y setas. Un banquete regado con 100 botellas de champán.

También contrajo matrimonio en la iglesia castrense de Santo Domingo Cristina Caruana Rubio, nieta del general Luis Caruana, un destacado militar descendiente del Barón de Sampetrillo, gobernador de la plaza de Valencia durante el intento del golpe de Estado del 23-F. Cristina celebró su matrimonio con Daniel Schinke ante más de 300 invitados venidos desde 14 países. Escogió un vestido de seda y encaje antiguo diseñado por Valentín Herráiz, realizado con más de sesenta metros de tela y una cola de tres metros desmontable.

El velo era una mantilla española de encaje antiguo. Como complementos, unos pendientes de brillantes, el anillo de pedida de Tiffany's, además de una diadema y un anillo de sus abuelas materna y paterna. Tras la celebración religiosa, la fiesta se celebró en la cartuja del Ara Christi donde se sirvió un menú consistente en ensalada de bogavante y solomillo de ternera. De postre, una espectacular tarta nupcial de ocho pisos de La Rosa de Jericó que los novios cortaron al estilo tradicional con el sable del abuelo de la novia, el mismo que usó el general Luis Caruana cuando se casó.

El Palau de les Arts fue el lugar escogido para celebrar su matrimonio por Patricia Morera, una de las tres hijas del empresario Agustín Morera, propietario de Transportes Campillo, coleccionista de arte y ex presidente del Valencia CF. Patricia se casó con Pablo Roca con un vestido de chantilly suizo con detalle de ramas y flores cortadas a láser e incrustadas con hilo de plata, un diseño de Valentín Herráiz. La ceremonia religiosa fue en la iglesia de Santa Catalina y el menú lo sirvió el catering de Gourmet Paradise.

Otra boda que reunió a gran cantidad de invitados fue la de Raquel March Asunción y Edward Jack Burton en la iglesia de Santo Domingo. Raquel lució un vestido diseñado por La Boheme complementado con una corona de flores y joyas a medida de Borolobo. La celebración tuvo lugar en la cartuja de Ara Christi, en un entorno de lo más bucólico y con un toque británico, un homenaje al lugar de nacimiento del novio. Durante el cóctel el grupo The Blisters rindió tributo a The Beatles para que todos los invitados pudieran bailar las canciones del cuarteto de Liverpool.

Una boda con muchos detalles como el photocall donde se retrataron los invitados, el candy bar, la zona de juegos infantiles para los niños o el original libro de firmas. Nueva York, Las Vegas, Polinesia, Los Ángeles y Santa Fe fueron las ciudades elegidas por los novios para disfrutar de su luna de miel.

Más moderna fue la boda de la dj internacional Marien Baker y el modelo Saoro Nadal en la Masía de Aldamar. La novia lució un vestido de Yolan Cris por el característico estilo bohemio de la firma, un conjunto que complementó con unos botines de encaje y paillettes y un casquete en el pelo. La temática de la decoración  giró en torno al mundo de la música y se organizó un seating personalizado con discos de vinilo. Tras la cena servida por el grupo El Alto, la hermana de la novia sorprendió a los recién casados con una tarta. La propia novia se encargó de poner música a la celebración. Como luna de miel, Marién y Saoro eligieron Bangkok y las islas Maldivas.

Y aunque no se celebró en Valencia, otra de las bodas del año fue la de la valenciana Blanca Armengol que dio el ‘sí, quiero' a Adam Stempel en Palma de Mallorca por el rito judío. Blanca vive en Nueva York y allí celebró la fiesta de compromiso, la bridal shower y la despedida de soltera. También en Nueva York fue donde escogió su vestido de novia: un diseño del atelier de Monique Lhuillier con corte sirena y una sobrefalda de tul. La boda se celebró en el hotel Cap Rocat mallorquín y reunió a invitados de distintos países.