VALENCIA. La historia de DanceCenter, una de las principales escuelas de danza urbana de España, surge de un ‘problema' en los pies de una niña. Bendito ‘problema'. La recomendación médica corrigió la disfunción de Verónica Mejía a cambio de inyectarle el veneno del baile, una trama que bien podría servir para hilvanar alguno de los musicales que ahora dirige y en los que emplea a 40 personas.
Para acabar haciendo lo que más quería, Verónica tuvo que cumplir con el pacto familiar de pasar por la Universidad: estudió Psicología y Relaciones Laborales. Sin embargo, desde los 15 años empezó a ser ella la que marcaba el ritmo de los alumnos. Sin darse cuenta, a los 18 ya era su trabajo habitual, pero aun así la actividad no le aparto nunca de la inquietud de seguir tomando clases. Y hasta hoy.
Es alumna en clases privadas de clásico, contemporáneo y flamenco, rama de la que hace carrera y finaliza en 1998. Viaja constantemente: Roma, Madrid, Barcelona Mallorca... ¿la razón? Encontrar escuelas de baile del más alto nivel en estilos urbanos, los que han acabado por ocupar la suya propia, abierta en 2010 en la calle Totana número 12.
Contemporáneo, ballet, lyrical jazz y, sobre todo, mucho hip hop: New Style, L.A. Style, Sexy Stile, Funky House y así hasta 10 variantes de esta escuela cuyo principal valor es el de haberse convertido en una aceleradora de profesionales. El más próximo y reciente, destaca Verónica a ValenciaPlaza.com, el de uno de sus también asistentes que tras años de dedicación pasó de alumno a profesional y próximamente se marcha a bailar durante un trimestre a Los Angeles.
"El máximo logro para mí es que alguien que pasa a bailar de forma profesional en otra ciudad o fuera de España sea considerado, tenga una formación por la cual destaca y sepan que si ha pasado por DanceCenter es que va a estar a ese nivel", apunta Verónica. En la escuela se suceden las Master Class de profesores de todo el mundo, "pero antes de que vengan aquí soy yo la que recibe las clases primero", apunta.
Más allá de este test, lo cierto es que al origen de la escuela le gusta mezclarse habitualmente con el alumnado. "Para poder formar al máximo nivel tienes que estar recibiendo clases constantemente. Por eso yo siempre les digo a mis alumnos que el baile es una cuestión de actitudes, no de aptitudes", añade. Ella asegura que de joven parecía "la más torpe" entre sus amigas. Tampoco esconde que su formación universitaria le ha servido como profesora y como empresaria "más de lo que pueda parecer".
Antes de DanceCenter hubo una etapa de docencia itinerante: de Ontinyent a Peñíscola pasando por Castellón o bajando a Alicante. Lo cierto es que durante este tiempo lo que se granjeó fue una nómina de alumnos que, desde hace casi cinco años, han encontrado una sede estable. Este centro cerca de las avenidas del Cid y Tres Forques ha sido también la base de operaciones de Verónica para coreografiar musicales, shows de cantantes y actuaciones de todo tipo. Una actividad que sigue simultaneando con los habituales viajes a Nueva York y Londres, los dos principales mercados de musicales y por extensión de escuelas 'de Primera División'.
A partir del mismo se coordina el Urban Beat Valencia, una de las concentraciones y competición de baile urbano más relevantes de España. Con 3.000 asistentes y 1.200 participantes, este evento dinamiza también el curso cuya actividad ocupa de lunes a sábado (y a veces domingo) el centro deportivo. Entre semana hasta las 11 de la noche, en un ritmo incansable pese a los constantes viajes al extranjero de su directora.
El valor diferencial de generar profesionales no excluye el hecho de mantener una compañía que, básicamente, se nutre de sus alumnos. Con diferentes espectáculos, la actividad de ésta se suele concentrar en el verano. Eso sí, con ciertos riesgos en la fusión de estilos, pero "desde la precaución. Siempre me asesoro para mezclar diferentes técnicas con las danzas urbanas, pese a que haya hecho producciones similares". Sus alumnos, no obstante, toman clases de técnica clásica para estilos como el lyrical jazz o el baile contemporáneo.
Verónica asegura que una de las cosas que más le sigue motivando en su escuela es ver cómo la gente viene vestida de la calle y ya puede bailar: "ya no hay que llevar este pantalón o aquellas zapatillas. No es como el ballet, en el que te enfundas una ropa para interpretar un papel. El baile para nosotros es una extensión de cómo vivimos y cómo nos expresamos en la calle".
Uno de los últimos hitos para la escuela ha sido ir captando a las madres de los más jóvenes y crear una competición con ellas. "Ahora sé de donde viene el espíritu bailarín de algunos de sus hijos", apunta Verónica entre risas, aunque remata: "hay que quitarse ya la idea de que las personas mayores solo pueden hacer bailes de salón. También pueden hacerlo, pero el baile contemporáneo no tiene por qué estar reñido con la edad".
Me gustaría inscribir a mi hijo en la academia DANCE CENTER. Por favor enviarme información y donde me puedo dirigir, y algún teléfono. Gracias. Inma
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