VALENCIA. El 20% de las 125 empresas que cotizan actualmente en el Mercado Continuo cerraron ayer lunes por debajo del euro. O lo que es lo mismo: 25 eran 'penny stocks', valores cuyo precio es inferior al euro convirtiéndose en un blanco perfecto para los especuladores de turno. Auténticos chicharros para unos y compañías con sólidos fundamentales que no se ajustan a su valoración para otros, pero que nunca dejan indiferentes a nadie.
De hecho ayer metieron a once dentro de los doce que peor comportamiento mostraron en el principal mercado de valores español. A saber: Realia (-7,89%), Puleva Biotech (-5,75%), Amper (-5,00%), Solaria (-4,58%), Natraceutical (-4,42%), Quabit (-4,41%), Fersa (-3,80%), General de Alquiler de Maquinaria (-4,17%), Grupo San José (-4,17%), Natra (-3,79%) e Inypsa (-3,70%).
Cierto es que alguno que otro no se dejó llevar por la corriente bajista provocada por el adelanto electoral en Grecia -lo que da a las a Syriza- como Liberbank (+1,17%) y Prisa (+1,14%) e incluso hubo quien repitió cambio como Urbas.
BAJA CAPITALIZACIÓN
Pero la mayoría acabó la sesión al dictado de los números rojos siguiendo la estela del Ibex 35, que por lo menos redujo su caída hasta el 0,84% final.
La baja capitalización de estos valores los convierte en idóneos para la 'fauna especulativa', que aprovechan unos pocos céntimos para entrar y salir rápidamente de ellos aun con el riesgo que ello conlleva de quedarse atrapado.
Alguno ha tenido el honor de estar dentro del Ibex 35 -e incluso de ser miembro fundador como Ercros-, pero anécdotas al margen no suelen verse en las carteras de los grandes inversores y muy especialmente los extranjeros porque no figuran en índices bursátiles de referencia.
VALORES ESTRECHOS
Problemas contables, periódicas ampliaciones de capital, echar mano de los bonos convertibles y reformulación de cuentas suelen ser compañeros de viaje de este tipo de valores, que cada cierto tiempo suelen dispararse sin motivo aparente.
Por no hablar que a la hora de comprar y vender no siempre se hace por el mismo precio, puesto que las posiciones de oferta y demanda suelen presentar volúmenes insuficientes salvo casos aislados.
PRECIO Y VALOR
Y todo ello conlleva pagar más por los gastos de corretaje, liquidación y los que la propia bolsa aplica.
Sin embargo, conviene tener en cuenta una cosa: no es lo mismo precio que valor. No son pocas las cotizadas españolas cuyo valor real -capital social, neto contable, patrimonio y dividendos- es inferior al de su capitalización bursátil.
"Que una acción tenga un precio inferior a un euro no significa que valga eso, ya que hay que tener en cuenta sus fundamentales, es decir, la situación de la empresa por dentro", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil contactada por este diario.
EL EJEMPLO DE BUFFET
De ahí que antes de invertir en este tipo de valores sea recomendable conocer la situación en la que se encuentran cada uno de ellos porque no se puede generalizar. Y para ello nada mejor que visitar la web del organismo regulador donde, entre otras informaciones, figuran los resultados trimestrales.
Warren Buffet, el 'oráculo de Omaha’ y uno de los gurús más respetados, decía que "precio es lo que pagas y valor es lo que recibes". No le falta razón.
'CENTIMEO'
Todas ellas tienen el común denominador de ser valores estrechos y contar con una reducida capitalización bursátil.
El carácter especulativo de estos valores ha traído consigo una nueva modalidad de operativa bursátil: el 'centimeo'. Para entendernos, se trata de comprar grandes paquetes de acciones y venderlos con unos pocos céntimos de diferencia. "Algunos con cubrir los gastos y sacarse unos eurillos les basta", apuntan las mismas fuentes.
'CONTRASPLIT'
Una de las posibilidades que tienen estas compañías para que aumente su cotización es realizar un 'contrasplit', agrupamiento de acciones que consiste en reducir el número de acciones aumentando su valor nominal en la misma proporción, sin que por ello varíe el capital social.
Esta operación hace que aumente la cotización del valor, de manera proporcional a la agrupación realizada.
EL CASO DE EZENTIS
El fin de esta operación es intentar eliminar la volatilidad que se produce cuando la variación de una única unidad en el precio implica variaciones porcentuales muy elevadas sobre el precio de la acción.
Sin embargo, el éxito no está asegurado ni mucho menos y ahí está el caso de Ezentis, que justo hace un año acometió un 'contrasplit' a razón de 4 títulos nuevos por cada uno antiguo y que desde entonces sigue cayendo en bolsa.
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