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VALENCIA. Es el gran gurú del arte contemporáneo español. Vicente Todolí (Palmera, 1958)  fue el padre del primer IVAM junto a Carmen Alborch. "Teníamos pánico cuando empezamos, no sabíamos cómo era un museo, pero nos dijimos: vamos a hacerlo", recordaba este martes. Han pasado ya 25 años. Salió del IVAM hace más de quince. Su carrera adquirió dimensión internacional. La del IVAM ha sido más tortuosa. Ahora él es asesor de la Fundación Botín y responsable de programación del HangarBicocca de Milán. Y él mira atrás siempre sin ira.

Este martes noche estuvo en Valencia en una visita relámpago. "Me voy esta misma noche a Barcelona", confesaba. Su presencia en la ciudad para un acto público fue efímera pero intensa. "Estás muy diplomático", le comentó un viejo conocido. "Tengo que estarlo", convenía él. Y es que Todolí estaba de gala, como aquel que dice, y su comportamiento fue como corresponde a una situación así. El crítico, historiador del arte, comisario y director de museos como la Tate Modern, estrenaba en Valencia un premio, el Alumni Plus. Dicho galardón se le concedió durante la entrega de los XIX Premios Universidad-Sociedad y tiene como objetivo reconocer la excelencia de un antiguo alumno de la Universitat de València.

Investido de una discreta prudencia, el historiador valenciano no quiso comentar muy detenidamente los recientes episodios vividos en la que fue su casa, y en especial el conflicto por la sala dedicada a Miquel Navarro. Haciendo de la prudencia virtud, Todolí optó por hablar con metáforas. "A nivel personal", dijo, "uno en algunas ocasiones se siente como si estuviera en una espiral y es que, por mucho que recorra, está siempre enfrente del punto del que partió".

Para el director del HagarBicocca, uno de los problemas con los que se encuentran los gestores culturales "en los países del Sur", Italia, España, Portugal... es con la injerencia de los políticos, algo "impensable" en otros lugares como por ejemplo Gran Bretaña. "Los políticos se sienten que son los propietarios y no administradores de algo que es de todos", comentó.

¿LE DIGO CÓMO DEBE DIRIGIR SU MINISTERIO?

Él mismo admitió que en una ocasión había sentido la intromisión política en Portugal, cuando estaba al frente del Museo Serralves, y la bloqueó de inmediato. En concreto fue cuando un ministro de Cultura, al que no quiso identificar, le intentó plantear unas sugerencias. "¿Le digo yo cómo tiene que dirigir su ministerio?", fue su pregunta. Y el ministro comprendió el mensaje.

Y es que para él "la Cultura es libertad, y la libertad no puede ser a medias". De ahí su encendida defensa de la independencia de la que deben gozar los directores de los museos de arte. "El contenido artístico de un museo depende de un director o directora. Si después de unos años se considera que no está bien, se cambia y ya está; pero no puede haber injerencias en la programación de un museo", apuntó. Más claro, agua.

Todolí también constató que en la actualidad se vive un progresivo "abandono del Estado de sus obligaciones hacia la diversidad cultural". Desde su punto de vista, este espacio está siendo ocupado por fundaciones privadas, como es el caso de la institución que ahora dirige, que se encuentra impulsada por Pirelli. "El Estado tiene que entrar donde no entra el comercio. Ahora depende de la buena voluntad de algunos empresarios. No voy a decir quién pero a mí un gran empresario me dijo: ‘A mí el arte no me interesa, pero creo que es fundamental para el desarrollo humano y de las empresas'. Como decía Cildo Meireles: El arte es una inutilidad imprescindible", rió.

Empresario agrícola él mismo en sus ratos libres, tiene una marca de aceite ecológico de calidad que se llama Tot Oli, Todolí se encuentra implicado en la programación de proyectos culturales como el de Bombas Gens en Valencia, que impulsa la fundación Per Amor a l'Art y que pretende recuperar la antigua fábrica como espacio cultural. Su trabajo, dice, se conocerá "en unos meses".

OTROS PREMIADOS POR LA FUNDACIÓN

El galardón que recibió Todolí se le concedió durante una velada que organiza la Fundación Universitat Empresa-ADEIT. Son unos premios que concede el Consell Social de la Universitat. Dentro de la nueva categoría Alumni Plus, que también reconoce aportaciones de los estudiantes, se premió a Raquel Baixauli Romero, en el Área de Humanidades, y a Carlos Gómez García, en el Área de Ciencias Sociales.

En la modalidad Empresas e Instituciones, el Premio a la Trayectoria de Colaboración se otorgó a la cooperativa valenciana CONSUM. En la categoría de Investigación y Desarrollo, que busca reconocer proyectos entre equipos de la Universitat y empresas o instituciones, el galardón recayó en la colaboración que mantienen el IVO con el equipo de investigación ‘Personalidad y Salud' de la Universitat de València.

Finalmente, dentro de la modalidad Excelencia Docente, unos premios dirigidos a profesores universitarios y reconocidos por la Conselleria, los premiados fueron María Amparo Blázquez Ferrer, del departamento de Farmacología; Francisco José Climent Diranzo, del departamento de Economía Financiera y Actuarial, y Rosa María García Lopera, del departamento de Química Física.