VALENCIA. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a ganarle la partida a la secretaria general del Partido Popular y presidenta de la Junta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal. El puesto en juego era importante, el Ministerio de Sanidad que había dejado Ana Mato días atrás tras el avance del caso Gürtel. El elegido, la mano derecha de Santamaría en el Congreso de los Diputados, el portavoz del grupo 'popular, Alfonso Alonso.
Las especulaciones se habían disparado desde primeras horas de la mañana. El nombre de la valenciana Susana Camarero, actual secretaria de Estado Servicios Sociales e Igualdad, había ganado fuerza e incluso algunos medios la señalaban como virtual ministra. Camarero, con buena sintonía precisamente con Ana Mato y larga trayectoria en el Congreso de los Diputados, fue designada apenas ocho meses como alto cargo. En su día próxima a Eduardo Zaplana, mantenía buena relación con Serafín Castellano, Esteban González Pons y, en menor medida, con el propio Alberto Fabra, y podía considerarse una opción plausible si Mariano Rajoy quería un perfil de carácter más político para el puesto. Al mismo tiempo, también había entrado en las quinielas la secretaria general de Sanidad y Consumo, Pilar Farjas.
Quien quiso desmarcarse de la posibilidad de acceder al puesto fue José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad de Castilla La Mancha, y de la máxima confianza de María Dolores de Cospedal. En un entrevista en TVE en la mañana de este martes se autodescartaba como relevo de Mato. Fuentes 'populares' aseguran que la pugna iba por dentro: la secretaria general del PP sí estaba interesada en situar a Echániz en el ministerio pero se topó con las mismas intenciones por parte de Soraya Sáenz de Santamaría.
Como ya ocurriera en el conflicto del PP de Andalucía, la vicepresidenta se salió con la suya, consiguiendo que uno de sus principales colaboradores sea el próximo ministro. De hecho, según fuentes del PP, la intención de Santamaría será tratar de situar como relevo en el Congreso de los Diputados a algún diputado de su cuerda, como Rafael Hernando.
En clave valenciana, fuentes 'populares' opinan que las opciones de Camarero desaparecieron al entrar en juego las dos mujeres más fuertes del PP. "Con este escenario, solo si Rajoy hubiera decidido una tercera vía de corte salomónico podría haber sido la elegida", comenta un dirigente del partido en la Comunitat Valenciana.
Así pues, el PPCV sigue sin tener un ministro netamente valenciano en esta legislatura -aunque se haya 'adoptado' a José Manuel García Margallo como tal-. No obstante, algunas fuentes 'populares' opinan que esta cuestión, dada la situación actual, ya no era de máximo interés para el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, puesto que un ministro valenciano en Madrid podría haber acumulado demasiada influencia para los tiempos difíciles que vienen para el jefe del Consell.
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