VALENCIA. La dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, tras el auto de procesamiento del caso Gürtel emitido por el juez Pablo Ruz este miércoles sacudió los cimientos de Génova, calle donde se ubica la sede central del Partido Popular en Madrid. Una crisis abierta para la formación 'popular' que lidera Mariano Rajoy, que ha ido perdonando los pecados de la ministra -como la gestión del Ébola- a lo largo de la legislatura. Ayer, sin embargo, el presidente del Gobierno se vio obligado a abrirle de par en par la puerta de salida.
No obstante, en el escenario político del PP no todos tienen por qué resultar perjudicados por esta situación. Así, fuentes del partido opinan que el presidente de la Generalitat y líder de los 'populares' valencianos, Alberto Fabra, puede salir reforzado en términos estratégicos de la caída de la ministra por su implicación en el caso Gürtel. Las razones que esgrimen para este análisis son varias:
-Gürtel viene de Madrid. Este razonamiento fue proclamado en su día a los cuatro vientos por los partidarios más fieles del expresidente de la Generalitat Francisco Camps. Un argumento que no ha sido especialmente agitado en público a posteriori por Fabra y su entorno, pero cuya esencia sigue latiendo en el seno del PP de la Comunitat Valenciana. A juicio de buena parte de dirigentes del PPCV, pese a que los casos relacionados con el Consell son importantes y llamativos, el grueso de la cuestión tiene su origen en la capital. El auto de procesamiento de Ruz aprieta la etiqueta de Gürtel en la puerta de Génova y retira cierta presión a Valencia.
-La 'línea roja' de Fabra, su mejor baza. Desde que alcanzara el poder en 2011 por la dimisión de Camps, inmerso en ese momento precisamente en el juicio de los trajes, el jefe del Consell ha tratado de imponer una doctrina férrea sobre los casos de corrupción. Así, ha prescindido de los cargos de su Ejecutivo que han sido imputados, no renovó en el PPCV a los dirigentes que se encontraban en esa situación y, de cara a las elecciones autonómicas y locales de 2015, se ha comprometido a que no concurran en las candidaturas dirigentes imputados por casos de presunta corrupción. Esta tesis, conocida como la 'línea roja' de Fabra, le ha costado tensiones internas dentro del partido e incluso algún desaire desde Madrid. No obstante, la preocupación de la ciudadanía por la corrupción justifica los intentos del presidente en este ámbito y el tiempo, junto a los últimos acontecimientos, parece estar dándole al menos cierta parte de razón.
-Cada vez más preocupación en Madrid. El estallido de otros casos como la 'Operación Púnica' ha sembrado el nerviosismo en Génova. Esta circunstancia ha descomprimido en cierta medida la tensión que se venía poniendo sobre las próximas candidaturas autonómicas. El hecho de que, precisamente, uno de los argumentos más destacados de Fabra sea su posición dura ante los posibles casos de corrupción, refuerza sus opciones de ser candidato frente a una dirección nacional del partido que vive momentos de apuro por esa misma causa.
Así, a juicio de las fuentes 'populares' consultadas, estos son tres factores de peso que sirven para descargar de presión al PP de la Comunitat, donde el foco de los medios nacionales se ha posado a menudo en los últimos meses por los casos relacionados con la corrupción. Ahora, en un momento clave de cara a la designación de candidatos para las elecciones, que la mirada se dirija a Madrid es beneficioso para las aspiraciones del presidente de la Generalitat.
"La línea roja de Fabra su mejor baza", digamos que es la única que tiene. Está amortizado.....
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