VALENCIA. Siendo ingenuos se podría pensar que las polémicas que rodean al IVAM demuestran que es un museo vivo, intenso, que la ciudadanía muestra un gran interés por el arte contemporáneo. Pero la realidad es más prosaica, como comenta Tomás Llorens, su fundador y promotor inicial. Lo único que demuestran todas estas tensiones es que el arte contemporáneo valenciano es demasiado dependiente de las instituciones, de que no existe mercado suficiente, "es muy pobre" el que hay, y de que se percibe al instituto como la tabla de salvación en muchos casos. "Y un museo no está para promocionar la actividad artística", comenta.
Desde su creación el IVAM se ha visto sometido a todo tipo de conflictos, que han evidenciado que existen muchas aristas, muchos matices, muchos detalles en torno a él que pueden provocar controversias de lo más variadas. La actual entre el nuevo director, José Miguel G. Cortés, y los artistas valencianos agraviados por la cancelación de exposiciones, no sería sino un nuevo episodio de una tormentosa historia.
1. LA VALENCIANÍA DEL PROYECTO (1985-1989)
La primera gran polémica en torno al IVAM surgió cuando el museo ni siquiera existía. Fue a mediados de los años ochenta cuando el entonces conseller de Cultura, Ciprià Císcar, hermano de Consuelo, presentó junto a Llorens el proyecto en el palacio del Marqués de Dos Aguas. La propuesta fue bien recibida por parte de la sociedad valenciana, pero no toda. Entre los que se manifestaron en contra se hallaban el historiador Vicente Aguilera Cerni, miembro del Consell Valencià de Cultura, y una asociación de artistas plásticos. Reclamaban que el IVAM tenía que ser para artistas valencianos.
La tesis de la Conselleria de Cultura de Císcar era clara. El IVAM era un museo valenciano de Arte Moderno, no un museo Arte Moderno valenciano. El debate fue "largo" según recordaba este miércoles el propio Llorens, y no se resolvió fácilmente. Sólo con el paso del tiempo fueron minimizándose las críticas. Asimismo la incorporación del legado de Ignacio Pinazo y la programación de las primeras exposiciones, que incluían al sempiterno Sorolla y al Equipo Crónica, calmaron los ímpetus valencianistas y se disminuyó la presión. Ya durante la inauguración el propio Aguilera Cerni dio su brazo a torcer y alabó el museo.
2. EL ABANDONO DE LA COLECCIÓN PINAZO (1999-2005)
Si bien tuvieron lugar una serie de polémicas menores, la segunda más importante tardó ya casi una década. Fue con el PP en el Palau de la Generalitat y tuvo como protagonista al entonces director Juan Manuel Bonet, quien sin anunciarlo, decidió cancelar las exposiciones de las obras de Pinazo que conformaban el legado del pintor de Godella.
La familia, según relata su descendiente José Ignacio Casar Pinazo, cuando tuvo conocimiento de este incumplimiento del acuerdo de donación, inició los trámites para reclamar el legado. El primero fue un acto administrativo al que siguió uno judicial. Si bien la demanda fue rechazada en primera instancia, la familia Pinazo reclamó a una instancia superior y ganó el juicio. El IVAM recurrió ante el Supremo.
Se produjo un cambio en el IVAM como consecuencia de la marcha de Bonet y su sustitución por Kosme de Barañano. Se llegó a un principio de acuerdo transaccional y, a cambio de la devolución de algunas obras y la creación de un fondo para la investigación de la obra de Pinazo, el legado permaneció en el museo. El acuerdo se terminó de cerrar cuando se "perfeccionó la exhibición de la obra de Pinazo", explica su heredero, ya con Consuelo Císcar como directora del centro.
3. ‘EL ESCLAVO'; LA ESCULTURA QUE NADIE QUERÍA (2000)
En marzo de 2000 se produjo uno de los episodios más rocambolescos de la de por sí azarosa vida del IVAM. Según relata el que fuera director de la Fundación de las Artes, Tomás Ruiz, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se puso en contacto con el entonces conseller Manuel Tarancón para transmitirle su preocupación por la escultura El esclavo, de José Sanleón. Se encontraba en una calle estrecha, Peu de la Creu, y había sido objeto de varios ataques vandálicos, desde micciones nocturnas a pintadas, así como roturas de elementos de la obra.
Fue a proposición de Císcar, entonces en el Consorcio de Museos, que se planteó instalar dicha escultura en la explanada del museo, en una suerte de desagravio por todos los daños sufridos. Bonet, se opuso firmemente. La obra se instaló pese a su negativa y el director elevó una queja por el incidente. Se produjo una gran polémica periodística a nivel nacional. Sanleón, "muy afectado por lo sucedido", en palabras de Ruiz, ordenó la destrucción de la escultura para evitar más discusiones. Era el jueves 23 de marzo.
Al día siguiente se celebró un consejo rector de urgencia. Antes de entrar, Císcar depositó un ramo de flores sobre los restos de la escultura. Repitió el gesto para un fotógrafo de un diario local. En la cita se formalizó una suerte de pacto entre Bonet y Tarancón. Sin embargo, la suerte del director del museo estaba echada. Apenas dos meses después, a principios de junio se hacía oficial el nombramiento de Kosme de Barañano como nuevo director del IVAM. Bonet había encontrado acomodo en el Reina Sofía de Madrid.
4. EL CIERRE DEL CENTRE DEL CARME (2002)
La sala paralela del IVAM cerró en julio de 2002 para transformarse en el Museo del XIX. Este proyecto museístico nunca se llevó a cabo, pese a que se presentaron costosas maquetas, presupuestos detallados e incluso se consiguió un compromiso verbal de colaboración por parte del entonces todopoderoso secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés.
El cierre del Carme nunca fue aceptado por el director del museo, De Barañano, quien evidenció su oposición al mismo organizando una de las mejores exposiciones del año en ese espacio, una gran selección del artista alemán Markus Lüpertz. Al director del IVAM se le garantizó que se realizaría una ampliación que, doce años después, sigue parada.
Por si fuera poco, buena parte de la sociedad civil acusó al catedrático vasco de haber aceptado la clausura y surgió entonces un grupo crítico que, con la denominación Ex Amics del IVAM, evidenciaba la fractura que se podía perciber entre sociedad e institución.
5. LA COMPRA DE ANTONIO DE FELIPE PORQUE QUISO CAMPS (2003)
A Antonio de Felipe le molesta que se lo recuerden, pero aquel día estaba ufano, contento, satisfecho. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, había ordenado, porque le gustaba él como pintor, que se compraran doce cuadros del pintor valenciano, doce retratos de Marilyn Monroe, para que formasen parte de la colección del IVAM. La presentación de la compra tuvo lugar el 19 de diciembre y el entonces conseller de Cultura, Esteban González Pons, fue el encargado de defenderla posteriormente.
La adquisición, polémica por haberse realizado saltándose todos los protocolos, fue inmediatamente criticada por galeristas y profesionales ya que no se había realizado por criterios museísticos, sino simplemente porque era el pintor favorito de Camps, una persona sin ningún tipo de formación artística. La asociación de galeristas llegó incluso más lejos y realizó un duro ataque personal a De Felipe, al que llegó a calificar como "uno de los peores artistas valencianos".
6. LA COMPRA DE OBRA DE GERARDO RUEDA (2004-2007)
Se trata de una de las adquisiciones más importantes de la historia del IVAM. El museo compró entre 2004 y 2007 al heredero del artista Gerardo Rueda ocho obras de arte por valor de casi tres millones de euros. A cambio de la compra, el instituto recibió en 2006 una donación de 77 piezas del madrileño entre las que se hallaban esculturas, pinturas, óleos o collages que el museo tasó en 21,3 millones. La primera compra, un gran relieve, se realizó en 2004 y supuso un gasto de 360.000 euros. En 2006 fueron adquiridas otras dos obras por algo más de un millón de euros. Finalmente, el IVAM adquirió en 2007 cinco piezas por valor de 1,5 millones. Entre obras donadas y compradas, el IVAM se quedó con más de 100 piezas y se ha convertido en uno de los centros de referencia para entender la obra del madrileño.
La presencia de Rueda en el IVAM estuvo vinculada durante los últimos años por deseo expreso de Císcar de la mano del periodista madrileño Rafael Sierra, quien fue comisario de una exposición en China. Sierra se convirtió en el hombre de confianza de la directora del museo.
Con todo la relación del artista con el IVAM venía de antiguo, de los tiempos de Yvars y ya expuso con Bonet. El IVAM no pagó las exposiciones itinerantes de la obra de Rueda, que tuvieron que ser abonadas por el hijo del escultor, José Luis Rueda, según relato del heredero del artista.
7. LA COMPRA DE ARTE A GAO PING (2008)
La compra más polémica ha sido, sin duda, la adquisición de 61 obras de arte al galerista Gao Ping, presunto líder de una trama de blanqueo de capitales que fue desarticulada en la Operación Emperador. La compra fue puesta en duda desde el primer día y en ella también intervino Sierra, o más concretamente su hermano, abogado, quien fue el encargado de gestionar la adquisición de tal modo que respondiera a la legalidad.
Aunque oficialmente se sostuvo que fue realizada con la aprobación del Consejo Rector, la realidad fue muy diferente, según fuentes consultadas del gabinete de la entonces consellera, Trini Miró. El entonces secretario autonómico de Cultura, Rafael Miró, ordenó expresamente que no se realizara. Císcar hizo caso omiso de las indicaciones que le llegaban desde la Conselleria de Cultura y siguió adelante con la operación.
Cuando se tuvo conocimiento de la misma, la oposición en bloque saltó. En las Cortes el diputado socialista Juan Soto denunció que el proceso de adquisición de estas obras había sido "un campo minado de gravísimas anomalías, ilegalidades, irregularidades y favoritismos", e incidió en el hecho de que se había comprado "un batiburrillo de obras de autores muy diversos a un único galerista". Soto llegó a calificar el contrato de " nulo de pleno derecho".
Por su parte, el parlamentario de Esquerra Unida Lluís Torró lamentó que el IVAM se hubiera convertido en "un nido de presuntas corruptelas", mientras que el representante de Compromís Josep María Peñella se preguntó qué había "escondido" para que no les dejasen ver los informes sobre la compra.
8. LOS VIAJES A USUHAIA PAGADOS POR EL IVAM (2011)
La directora del IVAM fue nombrada comisaria de la Bienal del Fin del Mundo que se celebra en la ciudad argentina de Ushuaia. Císcar fue hasta la ciudad, la más al sur del mundo, cerca de la Antártida, al frente de una comitiva compuesta por 16 personas. Según la información que facilitó el año pasado la diputada de Compromís, Mónica Oltra, el viaje sólo en billetes de avión costó 42.006 euros. El billete más caro fue el de la propia Ciscar, que ascendió a 11.227 euros.
Junto a Císcar viajaron el arquitecto y actual miembro del consejo rector del museo, el arquitecto José María Lozano, el arquitecto y artista portugués Júlio Quaresma, el pintro José Cosme y, de nuevo, Rafael Sierra. En la comitiva se encontraba también una sobrina de la directora.
9. LA POLÉMICA DE NAVARRO, GRAN AMIGO DE CÍSCAR (2014)
La polémica surgida tras la decisión de Cortés de retirar la exposición permanente de Miquel Navarro tiene este jueves una cita decisiva en el consejo rector que se celebrará a primera hora de la tarde en el IVAM. El consejo, según explicaron fuentes consultadas de la Conselleria de Cultura, tenía otra razón de ser pero se aprovechará su celebración para intentar llegar a un acuerdo.
La consellera de Cultura, María José Català, se mostró confiada este miércoles de que se alcanzará una solución consensuada entre el director del museo y el artista. En principio se respetará la decisión de Cortés de liberar la galería 1 y se buscará una salida que contente a todos. Si finalmente se llega a esa entente cordial, el IVAM habrá sorteado un nuevo escollo que añadir a su larga lista de bretes. Casi seguro que no será el último.
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