VALENCIA. Mario Alvarado es esa persona que sin tener ni un céntimo, sin haber demostrado jamás ninguna capacidad económica ni haber acreditado en ningún caso tener algún negocio, se presentó en Valencia asegurando estar esperando una transferencia de unos 3000 millones de dólares y que con ellos compraría uno de los equipos más grandes de Europa, compraría y remodelaría por completo el puerto de Valencia y además invertiría en el antiguo Banco de Valencia.
El costarricense vivió hospedado en el lujoso hotel balneario de las arenas más de un año y medio. Un año y medio en el que jamás pagó la factura, fueron muchos los que dieron la cara por él, y en el que nunca demostró tener ni un solo céntimo en el banco. Durante todo ese tiempo engañó a todos los que creyeron en él. Entre ellos hubo gente de muchísimo prestigio y auténticas leyendas del valencianismo.
Para comprender la historia de Mario Alvarado y su intento de compra del Valencia CF hay que conocer como llega a Valencia y acompañado de quién. El valenciano Eduardo Jarque, antiguo empresario que había dirigido diferentes concesionarios en la ciudad llevaba tiempo intentando encontrar un inversor para comprar el Valencia CF.
Fruto de esa búsqueda y después de contactar con diferentes bufetes de abogados para testear posibles inversores, uno de esos bufetes le pone en contacto con Mario Alvarado. Al centroamericano se lo presentan como un multimillonario con capacidad para hacer operaciones de un gran calado.
Según aseguran personas que han estado inmersas en ese proceso desde el primer día, Jarque quedó prendado de la oratoria de Alvarado desde el primer encuentro. Siempre se lo creyó. Jamás puso en duda su solvencia, pese a que nunca le dio ninguna muestra de tener ni el dinero, ni ninguno de los muchos negocios que poseía.
Jarque se creyó a pies juntillas al costarricense. Se lo creyó tanto que se presentó a varias reuniones con directivos del Levante UD, con la intención de comprar el club, cuando lo único que llevaba en la maleta eran unas garantías bancarias falsas. Como todas las que enseño durante los tres años largos que Alvarado ha estado rondando Valencia y sus clubes de fútbol.
El ex gerente de varias casas de coches pasó de comprar el Levante UD al verlo mucho más asequible ya que la deuda era infinitamente menor, a querer comprar el Valencia CF.
La historia comenzó a finales de 2011. En aquel momento se produjo el primer viaje hasta Costa Rica para empezar a preparar la operación con el supuesto magnate centroamericano. Alvarado le recibió en un hotel de lujo situado en la montaña. Aseguraba que el hotel era suyo. Vivía allí. Sin embargo, con los meses Jarque supo que el hotel no era de él, si no que había pactado su compra con el dueño y jamás pagó nada. Cuando pudo salió por la puerta de atrás y dejando una deuda que rondaba los 200.000 dólares.
En ese primer viaje Alvarado aceptó el reto que le propuso Jarque de intentar comprar el Valencia CF y dejar de lado la opción del Levante UD. Alvarado se veía fuerte. Aseguraba que sus inversiones ya habían dado sus frutos y que en breve sus socios le ingresarían una cantidad cercana a los 3000 millones de dólares, como ganancias de sus negocios. Para esa visita Jarque le llevó al costarricense un ninot de falla que era un jugador de fútbol con la cara de Alvarado que llevaba el número diez y el nombre del futuro ‘inversor' en la espalda.
Eduardo Jarque regresó a Valencia convencido de haber encontrado el mirlo blanco, o al menos eso le hizo creer a la mucha gente que convenció para que estuviera a su lado y empezara a patrocinar los muchos gastos que empezaría a generar el desembarco del costarricense en la ciudad. En esas semanas, antes de que Jarque se marchara a Costa Rica para traer a España a Alvarado, conoció al empresario valenciano Juanjo Marín. Persona ligada a la empresa Dalport, que en su día llegará a ser máximo accionista del Valencia CF sin pagar ni un céntimo. Marín le aseguró a Jarque que si traían 500 millones de euros la operación con Bankia estaba totalmente cerrada.
Esa seguridad con la que Juanjo Marín le aseguró a Eduardo Jarque que si traían el dinero se hacían con el control del club, justo en un momento en el que el presidente por entonces de la entidad, Manuel Llorente aseguró en varias ocasiones que la sociedad no estaba en venta, provocó que el intermediario no dudara en reunir los casi 8.000 euros que necesitaba para viajar hasta Costa Rica para recoger a Alvarado.
Ahí fue donde realmente comenzó la gran mentira de ‘Alvarado'. Jarque no había visto ninguna prueba de solvencia. No había hecho más que invertir dinero en comenzar a preparar un equipo que preparara un proyecto para el Valencia CF. Había tenido que juntar 8.000 euros, prestados, para poder traer al centroamericano, sin reparar jamás en que no era muy común tener que pagarle todo a un señor que en teoría contaba con unos fondos de 3000 millones de dólares.
Sin embargo, pese a las dudas de muchas de las personas que le acompañaban en la aventura, Jarque se embarcó en un vuelo hasta Costa Rica para traer hasta Valencia al supuesto multimillonario. Reservaron una suite de lujo en Las Arenas y le recogieron en un coche de alta gama, alquilado, para llevarlo hasta el hotel.
Desde su llegada a Valencia en el verano de 2012, Alvarado exigió a toda la gente que Jarque había formado como su equipo, que le llamaran ‘Don Mario'. Desde su aterrizaje se pasó casi dos años asegurando que el próximo martes llegaba el dinero. "Voy a cobrar ya, ahorita tendremos el dinero". Esa era su frase. Una frase que fue desquiciando con el paso de las semanas a todos los que estuvieron a su lado excepto al incombustible Eduardo Jarque.
Nada más aterrizar, comenzó la liga en la que Mauricio Pellegrino arrancó en el banquillo valencianista. El costarricense intentó contactar con el técnico para hacerle saber que si no ganaba al Barcelona en la tercera jornada de Liga no contaría en su proyecto con él, ya que iba a comprar el club en los siguientes días.
En el hotel tuvo innumerables reuniones con la dirección ante los continuos impagos. Puso miles de excusas para justificar que nunca llegará el dinero. Desde que su socio ruso que iba a llegar a Valencia con 300.000 euros en un avión privado había sido secuestrado, hasta que un hacker informático había tumbado toda la red de su banco inglés, el HSBC londinense. Según fuentes cercanas a Alvarado sólo en una ocasión entregó como depósito un diamante que él aseguraba estar valorado en unos 200.000 dólares y que el hotel parece terminó dándole un valor de unos 20.000 dólares. Eso fue lo único que entregó en casi dos años de estancia.
Siempre aludía a unos fondos que estaban a punto de llegar. Mostró múltiples documentos asegurando que disponía de fondos. En ocasiones eran de 3000 millones de dólares y en otras de cantidades inferiores pero también astronómicas. Como en el hotel le daban credibilidad a los documentos su equipo de trabajo seguía confiando en que antes o después llegaría el dinero.
El ritmo de gasto en el hotel era desenfrenado. Más de 600 euros diarios aseguran los que estuvieron cerca de él. Comidas por todo lo alto y siempre regadas de los mejores vinos y champagnes. A partir de media tarde solía beber coñac. Tenía obsesión por las mujeres. De hecho, hizo que le trajeran de Costa Rica a la que decía era su mujer, pero realmente luego supieron que sólo era un romance. Además, aprovechando que le traían a su ‘amiga' hizo que llegara hasta Valencia uno de sus muchos hijos a los que tenía totalmente desatendidos. Ambos estuvieron en el hotel a gastos pagados y haciendo uso desmedido de tratamientos spa, peluquería y diferentes compras.
Durante su estancia en el hotel se reunió con mucha gente. Entre ellos pasaron por su mesa algunos como el expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, el tenor Plácido Domingo, el cantante valenciano Francisco o el propio Juan Soler. Muchos de los que estuvieron cerca del costarricense aseguran que fue este último quien patrocinó varios pagos del hotel ya que Alvarado le prometió que le compraría todas sus empresas.
En noviembre de 2012, Mario Alvarado hizo su primera aparición en público. Ni corto, ni perezoso, se fue hasta la sede de Bankia en Valencia y presentó una propuesta por la deuda del club y de la Fundación Valencia CF. Eso sí, lo hizo con la documentación de unos fondos falsificados. El banco jamás se pronunció en publicó sobre aquella reunión pero en privado si que aseguró a este medio que los documentos carecían de cualquier validez.
Sin embargo, el hecho de que el banco no negara públicamente la validez de dichos documentos otorgó al supuesto inversor una credibilidad cara a su equipo y hacia el hotel que le sirvió para seguir ganando tiempo.
En aquella primera visita al banco le ayudó el prestigioso despacho de abogados, Baker&Mckenzie, pero estos le abandonaron en cuanto este no abonó la primera factura. Desde ese mes de noviembre pasaron muchos meses en los que el procedimiento fue el mismo. Cada semana aseguraba que llegaba el dinero. Pero el dinero nunca llegaba. Y la cuenta del hotel seguía corriendo.
De hecho, cada vez lo hacía más a lo grande. Con los meses en Valencia ganó confianza y en varias ocasiones se celebró por todo lo alto que el dinero ya había llegado a España. Esas celebraciones a las que acudían todo el equipo de Alvarado en España no había límites de comida ni de bebida. Todo estaba pagado por el supuesto multimillonario. Él firmaba todas las notas. Quizá la celebración más gorda fue la de su cumpleaños a la que invitó unas 40 personas y para la que cerró una sala privada del hotel.
En el verano de 2013, a finales de agosto, cuando el mercado de fichajes agonizaba, Mario Alvarado aseguró que ya tenía el dinero. Que todavía no estaba en España pero que ya podía hacer uso de los 3.000 millones de dólares. Eduardo Jarque se comunicó con Amedeo Carboni, persona en la que querían confiar la dirección deportiva -Intentaron convencer a Benítez para que fuera el entrenador- y el italiano se dejó sus vacaciones en Italia para plantarse al día siguiente en el hotel.
En aquella reunión Alvarado le encomendó a Carboni los fichajes de Ribery y Mario Gómez. No le tembló el pulso. Le aseguró que el dinero no era problema. Que los quería para dar un golpe de efecto y que podía pagar lo que fuera necesario por ellos. Carboni, aseguró que podía traer a Valencia por 35 millones de euros al delantero uruguayo Edinson Cavani. Alvarado le contestó que también lo quería, pero que cerrara los tres fichajes. El italiano salió de la reunión sin creerse nada. No le mostraron ninguna prueba del dinero y no movió ni un dedo porque no se los creía.
Sólo unos meses después llegó el momento del costarricense. Bankia puso el club en venta. Lo hizo público y ‘Don Mario' aprovechó ese argumento para seguir mintiendo en el hotel y a su gente. Eso sí, cada vez menos. Porque ya casi nadie le creía. Alvarado vio el momento de vengarse de la prensa que no le había dado ninguna credibilidad en su primera aparición pública. Se ganaba a Jarque asegurándole que sería el nuevo presidente del club y que le harían un monumento en Valencia. El valenciano casi creía en él por obligación, porque realmente ya sólo le quedaba confiar en que algún día llegara el dinero para poder devolver todo el que había pedido para sufragar la operación.
Alvarado acudió a Madrid a la sede de KPMG para presentar su propuesta por el Valencia CF. Aseguró tener 700 millones de euros en cash. Nunca le tuvieron en cuenta. Pero si le utilizaron para inflar el concurso. Su oferta estuvo entre las siete que se recibieron y se contabilizaron como buenas.
Las declaraciones de Goirigolzarri asegurando que había siete propuestas de envergadura hicieron que el centroamericano tomara fuerza de nuevo. Volvió a ser déspota con su gente y se mostraba altivo. Fue como una manera de demostrar que tenía el dinero, porque nadie había dicho que su oferta no fuera buena. Cuando en realidad jamás se le consideró.
Una vez la Fundación Valencia CF eligió a Peter Lim como nuevo dueño aún trató de convencer de que la operación no estaba cerrada y que en realidad con quien negociaba Bankia era con él. Pero ahí ya era demasiado tarde. Ya nadie le creía. Ni a él, ni a su escudero Jarque. El hotel por pura discreción no da una versión concreta sobre el supuesto inversor, ni aclara si se fue por su propio pie o por que terminaron echándole. Sin embargo, las personas más cercanas al costarricense aseguran que la factura impagada asciende a unos 300.000 euros. Y que fruto de tanto impago a mitad de la estancia le pasaron de una lujosa suite a una habitación de perfil más bajo.
Según personas que aún mantienen cierto contacto con Alvarado, a los que debe dinero por los servicios prestados, este se marchó a Barcelona con una señora que conoció en el propio hotel y a la que cautivó asegurándole ser un multimillonario. Eso sí, mantiene contacto casi diario con Eduardo Jarque y asegura tener el dinero, esta vez para intentar comprar el Málaga CF.
Llegó a España sin pagar. En casi dos años en Valencia nunca le vieron pagar ni un refresco. Vivió en un hotel de lujo y a lo grande durante casi dos años sin pagar nada. A todos los que conoció se les presentó como un hombre súper rico. Aseguró en miles de ocasiones y haciendo alusiones a la biblia que el dinero llegaría por ser él una persona elegida. Hizo creer durante meses a la gente que confió en él que compraría el club. Provocó que muchas personas dejaran sus trabajos para centrarse en el proyecto. El hecho de verle en un hotel de ese calibre durante tanto tiempo y de que Bankia no dijera que no tuviera dinero les hizo creer en él. Se aprovechó de toda esa gente, gente a la que dejó en la estacada sin darles jamás ninguna explicación. En definitiva. Sólo tenía oratoria. Una oratoria con la que consiguió engañar a muchos.
Ahora pasea por las calles de España. Unos dicen que en Barcelona y otros aseguran que sigue en Valencia escondido. Lo que todos ellos coinciden es en que el costarricense lleva tiempo sin el pasaporte en regla y en situación ilegal en el país.
INFORMACIÓN QUE ENTREGABA ALVARADO:
Tristemente circustancias cómo esta van a verse en muchos mas clubs del país...
Esto es de creíble como lo del pequeño Nicolás...
Solo por la combinación de camisa y corbata estaba claro que este señor era un farsante.
Buenos dias: España está repleta de pillos como este,en Marbella se tiene el "perfil" de estos personajes ya catalogado .Por lo general lo primero que alquilan es un Ferrari o algo parecido. Que en una ciudad como Valencia que, para negocios reales "no hay dinero" llega un personaje como este y todo el mundo se lo cree.-Realmente (y no se ofenda mucha gente) algunas veces se peca de "pardillo" o gente de pueblo" aunque la gente de campo es mas "sagaz" a la hora de reconocer a un timador de un trabajador "con o sin corbata".-Tenemos una imaginanción tremenda los españoles y es obvio que gente como esta se aprovecha de la situación. La historia del frances que vino en el 97 a comprar pagaré de RENFE es realmente para contarlo .A la hora de abrir una cuenta en un banco (por la tarde y con el banco cerrado se le abrio la cuenta para que no esperará hasta el día siguiente pues necesitaba enviar el número de cta de inmediato para "que llegarán sus fondos de Canada" )hubo que prestarle dinero porque no tenia Cash (fueron unos 3000 euros actuales) hasta las 4 de la mañana firmando protocolos en un despacho de intermediación financiera de Colon final de la historia NO TENIA NI UN DURO.- A cualquier valenciano que pretende conseguir fondos para un proyecto viable se le pide hasta la "virginidad de maria" a estos caraduras no se les mira ni de donde vienen.- Después nos sorprendemos de porque se tima a la gente.- En cualquier hotel a uno de aquí lo habrían sacado a patadas a la primera semana de no pagar. Alejandro Pillado Marbella 2014
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