VALENCIA. Josep Ramón Lluch aceptó hace tan solo unos meses el reto de reavivar para Televisión Española una franja perdida tras la inversión de audiencias entre Amar en tiempos revueltos (RTVE, La 1) frente a El secreto de Puente Viejo (Atresmedia, Antena 3): la sobremesa. El principal canal de la televisión pública, en una pronunciada y continua caída de seguidores tras el cambio en el Gobierno del Estado a finales de 2011, ha ido acumulando pérdidas de share en todas su franjas y en la última propuesta de la productora Proamagna, T con T, presentada por Toñi Moreno y con Lluch al frente como director, no ha logrado revertir la situación.
El profesional valenciano, con una dilatada experiencia en este tipo de programas -magacín de actualidad y entretenimiento para la sobremesa entre semana- asegura que no le han faltado "ni recursos económicos ni humanos. En estos tiempos, considero que hemos tenido lo necesario para sacar adelante el proyecto". Se rodeó de dos profesionales de contrastado nivel como Antonio Robles (codirector y presente anteriormente en otras sobremesas de éxito de Antena 3) y Raquel Alapont, profesional de su total confianza y todavía subdirectora del programa hasta el próximo 28 de noviembre.
Esa es la fecha en la que RTVE ha programado el final del espacio, que no alcanzará el trimestre de emisión y que en el caso del valenciano Lluch ha supuesto "el proyecto más frustrante en el que he trabajado". Desde el control técnico, el máximo responsable del programa comprobaba cómo cuando sus competidores daban paso a publicidad apenas generaban picos por minuto en los análisis de cada jornada.
Las dos temporadas anteriores, Proamagna había logrado mejorar la situación de la sobremesa para TVE aunque nunca sin amenazar el liderazgo de Antena 3 o el segundo escalón comandado por Telecinco (Mediaset). Esta mejora se hizo con Entre todos, un programa que generó numerosas quejas a la defensora del espectador del propio ente público y un sinfín de quemazones en las redes sociales online por su carácter solidario que fue interpretado por muchos como una normalización de los recortes en materias como Sanidad o Educación.
"Cuando me ofrecieron el proyecto algunos amigos me decían que estaba loco, pero yo venía de hacer espacios con buen rendimiento para televisiones con menos recursos como las autonómicas de Baleares, Castilla-La Mancha o Extremadura", apunta. "Sin embargo, veíamos que pese a la calidad técnica y a tratar de seducir a la audiencia de los otros canales, nunca lográbamos arañar a los que cambiaban de canal durante la publicidad".
Lluch cita un especial OT "en el que tuvimos a todos los ‘triunfitos' " como otra de las referencias en las que descubrió que era imposible generar una cuota satisfactoria de share: "logramos un 5,7 y empecé a aceptar que ya no era una cuestión de calidad en la producción o una cuestión técnica, que era algo que tenía que ver con el conjunto del programa o la cadena". El ya exdirector del programa apunta otros motivos como "el tono" del ente y la necesidad de cubrir un espacio geográfico amplio en el que tienen cabida todo tipo de sensibilidades.
Como ejemplo concreto, Lluch destaca: "cuando Javier Limón, el marido de Teresa Romero, dio una rueda de prensa al recibir el alta, solo dos cadenas estábamos retransmitiendo en directo en ese momento. En esa rueda de prensa estaba laSexta y cuando fueron a publicidad pudimos comprobar que no habíamos ‘arañado' ni uno solo de sus televidentes".
"A lo largo de mi vida he llegado a controlar dos programas diarios y dos semanales a la vez y nunca he trabajado tanto y de forma tan apasionada como con T con T. De alguna forma, parece que todo lo que rodeaba a sus posibilidades era una tormenta perfecta, porque éramos incapaces de recuperar la atención de los telespectadores ", añade. Algo para lo que el programa tampoco escatimó con colaboradores externos, especialmente en las tertulias y con las entrevistas y visitas de famosos, constantes y a través de los cuales trataban de acaparar a diferentes sectores de público.
La 1 de Televisión Española emitirá ahora, entre las 16:20 y las 18 horas, una película extranjera para la sobremesa. Una decisión que Lluch considera "temporal, mientras encuentran otro tipo de contenido, porque es imposible aceptar que la televisión pública se resigne a informar y ofrecer entretenimiento de calidad y competir con las grandes". Él acepta en este caso no haber conseguido su objetivo, aunque aduce a problemas en cadena para hacer sobrevivir el programa, que van más allá de las cuestiones técnicas o la calidad de los contenidos, pero del que sí se considera "el máximo responsable porque he sido el director".
Por su parte, Lluch es consciente de que su futuro "sigue más próximo a Madrid que a Valencia" tras el cierre de RTVV. Un cierre que afirma ha generado "una frustración cívica y ha dejado a la valenciana como la única autonomía que ha cerrado su televisión, pese a tener una lengua propia en la que expresarse". El director y realizador valenciano, además, desacredita las iniciativas Alfonso Rus, para abrir una televisión financiada por la Diputación de Valencia, y la idea de Alberto Fabra para reavivar la opción de recuperar Radiotelevisió Valenciana, y las considera "movimientos únicamente de propaganda, para ocultar la realidad política".
El problema principal no era la presentadora, que también era un problema. El problema principal era la dirección. Pone como ejemplo de decepción el especial de OT. Llevando a los participantes de un concurso que se canceló por agotamiento de la formula es evidente, como cualquiera que trabaje en el medio sabe, que no ibas a atraer una audiencia que ya había sentenciado el formato. Y la rueda de prensa de Javier Limon la emites por "servicio publico", pero esta claro que su publico objetivo no es el que esta viendo TVE a esas horas. Era otro fracaso de audiencia cantado. Que el director del programa no sepa ver esto. O, lo que es peor, se escude detrás de esto, lo explica todo.
El problema, es obvio, es Toni Moreno
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