VALENCIA. Suenen las trompetas y las fanfarrias: Valencia tiene un nuevo restaurante de moda. Pero yo no voy a hablar de gastronomía, que de alta cocina sabe mil veces más el crítico de ValenciaPlaza, Sergio Adelantado. En esta sección, que es más de andar por casa en zapatillas de paño y bata de boatiné, encaja mejor el hombre de moda de la cocina valenciana, Valentín Sánchez Arrieta. En menos de dos años, ha creado un concepto gastronómico que ha revolucionado la franja media de la hostelería valenciana. El éxito de su primer restaurante, Valen & Cía, superó cualquier expectativa y la forma en que Valencia lo abrazó demuestra lo ávida que está la ciudad de un barniz de modernidad. Acaba de abrir su segundo restaurante, Al Tun Tún, y ya se ha convertido en el sitio de moda.
La fiesta de inauguración congregó al todo Valencia. El arquitecto Ramón Esteve, el diseñador de moda Valentín Herráiz, el notario Chimo Serrano, Vicente Morata, Jacobo Vila, Víctor García, Juan Lagardera, los hermanos Pablo y Antonio Jordán, Amparo Biot de Alfredo Esteve, José Tamarit y Ana Varela de Chapeau, Joseca Arnau, Patricia Zaragozá y Pato Caffarena, nieta del cardiólogo José Mª Caffarena... Y es que Valentín Sánchez, además de cocina, proporciona ocio. Al Tun Tún es el único restaurante de la ciudad que cuenta todos los días con un coctelero y con música en directo del dj Álex Font, habitual en las fiestas de Ibiza y Londres, quien también animó el cóctel de apertura. Más invitados que asistieron: Coqui Vallés, Gerónimo Grollo, Tino Biendicho, Rocío Andrés, María González, empresarios como Vicente Pechuán, Raúl Aznar, Moisés Juanes, Coqui Vallés y Óscar Nácher con su mujer Cristina, el crítico gastronómico Pedro G. Mocholí, así como los empresarios Koko y Pablo Larrey.
Del mundo de la hostelería acudió una buena representación con Arturo Belenguer, Guillem Querol y Nawfel Caribbean, además del gerente de Dicoval, Javier Monedero. Y, sobre todo, muchas (y guapas) féminas como Verónica Jordá, Regina García, Fuensanta Betoret, Ruth Renart, María Serrano, Sara Salvador, Sarah Guazo y Marta Clérigues, que ejerció de anfitriona junto a Valentín Sánchez.
Hay que decir que al auge del local también contribuye su decoración, que firma un peso pesado del interiorismo patrio: Sandra Tarruella, responsable de la decoración del grupo Tragaluz, una referencia en cuestiones gastro-chic. Tarruella ha transformado un antiguo garaje de coches en un espacio acogedor que reinterpreta los muebles domésticos de los años 50, con predominio de madera y elementos industriales. No es ni ‘de diseño' ni parece fabricado en serie por los decoradores de siempre. Y lo mejor es que cuenta con una gran barra de bar y una cocina abierta en la que se ve a los cocineros trasteando con ollas, batidoras y todos esos instrumentos que manejan. Cachivaches que aunque no sepa qué hacer con ellos, aunque no me los compre porque son caros o aunque sean decididamente inútiles, me encanta mirarlos, un vicio nefasto.
¿Pero qué se puede pimplar allí? Pues vino, champán y cócteles, básicamente. Como los que bebimos en la inauguración, elaborados por los súperpremiados mixólogos (así los llaman los sabios) Iván y Héctor Talens. De ésos que saben a algún tipo de chuchería, subclase gominola, como las que engullías en tu infancia. Cócteles no aptos para los amantes del calimocho y que amenazan con superar en sofisticación a la mismísima cocina. O casi.
¿Y de comer? Pues nada de tonterías, sino jamón de bellota cortado a cuchillo, huevos de caserío con chistorra y raciones de clásicos como la tortilla de patatas o la ensaladilla rusa con huevas de salmón. También tiene tostas de pato braseado o escalivada. Con pan de verdad. Y los platos vermuteros de toda la vida como las anchoas de Santoña, la sepia con mayonesa y demás parientes. Ahora bien, no son ésos mis platos favoritos de Al Tun Tún. Lo que comería sin interrupción en los próximos dos años sería el tataki de atún rojo. Es uno de esos bocados que tardas en olvidar, cuyo recuerdo te ataca en los momentos de hambre y te deja, así, con la mirada perdida. Suena bien. Y sabe mejor.
Con esta oferta gastronómica, Al Tun Tún seduce por igual a políticos como la alcaldesa Rita Barberá, empresarios como Vicente Boluda, señoras de toda la vida del barrio del Ensanche, turistas accidentales y gente de la moda, como la bloguera María León. Y, encima, las noches son más animadas que muchas discotecas.
Hola, gustaría comentar que fui a beber unos cocteles y vaya sorpresa el bartender a cargo es Ramiro, me dijo, luego de haber probado un coctel exquisito; parece ser que los hermanos Talens solo estaban en la inauguración como representantes de una bebida. Recomiendo probar los cocteles de la carta de este chaval...son excelentes ; un hallazgo.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.