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VALENCIA. La historia de su creación, su estrecha relación con el mundo de la cultura y su habitual presencia en los cafés de todo el país han conferido al carajillo un carácter genuino que ahora reivindican los espacios vinculados a las  últimas tendencias. Con un estilo un poco canalla y con aroma de bebida retro, Carajillo Magno dinamiza una ruta en la que participarán 50 locales de Valencia, del 14 de noviembre al 5 de diciembre.

La Ruta Carajillo está formada por espacios con una marcada personalidad, como Café Berlín, Cómic Café, El Desván del Café y el Ubik Café, que servirán el combinado caliente más representativo de la tradición española al precio de un café normal.

RAÍCES CON SABOR A CUBA

El carajillo que se consume en la actualidad supone una versión más sofisticada de la que nació de manos de los soldados españoles en la Guerra de Cuba, a finales del siglo XIX. En esa época, los soldados mezclaban el brandy español con el rico café de la isla para insuflar coraje a las tropas.

De ahí que la bebida resultante fuese bautizada como coraje o corajillo español. Las raíces históricas del carajillo fueron mezclándose con distintos ámbitos de la cultura española del café y la tertulia, en la que tuvo una gran presencia desde los años 60. Una década más tarde, su nombre se revistió de inconformismo gracias a dos fanzines alternativos que emplearon su nombre en sus respectivas cabeceras: Carajillo Vacilón y El Carajillo.

De igual forma, fue la bebida de los intelectuales de La Movida, ha estado presente en temas de Los Rodríguez y Sabina, y ha tenido un estrecha relación con el mundo del cine gracias a Buñuel, que se  bebía uno antes del inicio de cada día de rodaje de Viridiana. Ahora, el carajillo hecho con brandy continúa siendo una bebida con gran presencia en la cultura de bar y tertulia más genuina.