X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
Jueves 21 noviembre 2024
  • Valencia Plaza
  • Plaza Deportiva
  • Cultur Plaza
culturplaza
Seleccione una sección de VP:
LA PANTALLA GLOBAL

Como dos gotas de agua: los gemelos en el cine

EDUARDO GUILLOT. 14/11/2014 Se estrena 'The Skeleton Twins', nueva vuelta de tuerca al tema de los mellizos que fue galardonada con el premio al mejor guión en Sundance

VALENCIA. Hoy llega a las pantallas españolas The Skeleton Twins (Craig Johnson, 2014), una comedia dramática protagonizada por dos gemelos que, tras estar distanciados durante diez años, se reencuentran de manera inesperada viviendo una situación al borde de la muerte, lo que les obliga a enfrentarse a sus fallos y fracasos. Galardonada en Sundance, donde recibió el premio al mejor guión en la sección competitiva americana (sí, hay otra para las películas del resto del mundo), está protagonizada por Bill Hader y Kristen Wiig, por lo que los gemelos no solo distan mucho de ser idénticos, sino que incluso son de diferente sexo.

Sin embargo, en la historia del cine abundan los ejemplos contrarios, los de actores que se han duplicado en una película para incorporar a dos personajes diferentes, pero de idéntico aspecto. Y una de las primeras ocasiones de las que se tiene noticia fue un auténtico tour de force, ya que se hizo por partida doble: En Dos pares de mellizos (Our Relations, Harry Lachman, 1936), tanto Stan Laurel como Oliver Hardy tenían su respectivo hermano gemelo, lo cual propiciaba diversas situaciones cómicas entre los cuatro personajes. Adaptación libre de The Money Box, un relato de W.W. Jacobs, la película es una de las más inspiradas de la simpática pareja.

DESDOBLAMIENTOS DE TODAS CLASES

Desde que aquellos populares cómicos duplicaron su presencia en la pantalla, no han sido pocos los actores que han seguido el mismo camino, generalmente considerado un reto para el intérprete que lo afronta, puesto que debe asumir dos roles diferentes en la misma historia, y a menudo compartir plano consigo mismo. Los ejemplos son numerosos, pero es probable que el más impactante continúe siendo el de Jeremy Irons en Inseparables (Dead Ringers, David Cronenberg, 1988).

Irons consiguió el papel tras los rechazos de William Hurt y Robert de Niro, y logró una de sus mejores interpretaciones dando vida a los gemelos Mantle, dos prestigiosos ginecólogos cuyas vidas cambian radicalmente al conocer a Claire Niveau (Geneviève Bujold), una paciente muy peculiar que los arrastra a una turbulenta relación compartida. Una de las obras maestras de Cronenberg, que utiliza la figura del gemelo como encarnación del doble, del mismo modo que en otros casos se plantea como la representación de una personalidad escindida. Por ejemplo, en El ladrón de orquideas (Adaptation, Spike Jonze, 2002).

La película obtuvo diversos premios de interpretación (Oscar para Chris Cooper, Globo de Oro para Meryl Streep), pero ninguno recayó en Nicholas Cage, el único actor que encarnaba a dos personajes: El guionista Charlie Kaufman (nombre real del autor del libreto) y su hermano Donald, una proyección de sus aspiraciones y frustraciones.

Cage ha comentado que se enfrentó al reto experimentando con diferentes técnicas. "Opté por el estilo de la escuela británica", aseguraba, "creando los personajes desde un primer nivel externo y después trabajándolos en el interior. Lo preferí a la Escuela del Método, donde se trabaja de dentro hacia fuera". Según Jonze, director de la cinta, "Nicholas se movió con mucho esfuerzo entre la ansiedad y la neurosis de Charlie y la tranquilidad y la felicidad de Donald. Era como tratar con un esquizofrénico".

El actor rizó el rizo cuando decidió pasar algún tiempo con el Charlie Kaufman real: "Fue una experiencia surrealista: Mientras yo lo examinaba a él, al mismo tiempo él me examinaba a mí, para ver cómo lo iba a interpretar. Algunas veces lo pillé imitándome. Y cuando visitaba el set de rodaje era una locura. Se sentaba detrás de la cámara y me observaba detenidamente interpretarlo en las escenas que él había escrito; solo que no era él realmente, sino una proyección de sí mismo". Un proceso apasionante, que se traslada a la película.

Recientemente, Viggo Mortensen también ha afrontado el reto de desdoblarse en la pantalla. En Todos tenemos un plan (Ana Piterbarg, 2012) interpreta a un personaje que asume la identidad de su hermano para emprender una nueva vida y retornar a la región del Delta del Tigre (Buenos Aires), donde transcurrió su infancia. El actor recordaba así la experiencia: "Lo que me interesó fue el guión, no el hecho de que se tratara de gemelos. Luego, como actor, me preocupó cómo se hacía eso, porque no lo había probado antes. Había que diferenciar sin exagerar, que se pudiera creer que eran personas distintas, con puntos de vista y maneras de hablar diferentes. Una cosa que me ayudó fue hacer el rodaje de cada uno de ellos por separado, cuando están con otros personajes. No fue hasta el final cuando hicimos las escenas en las que aparecen juntos. A esas alturas ya los conocía por separado a los dos y no fue tan difícil como había pensado".

La irrepetible Bette Davis tuvo su oportunidad de interpretar a un par de gemelas, aunque no cosechó muchos halagos. "Ya se sabe que hay dos tipos de personajes que la señorita Davis suele representar en sus films: las chicas buenas, altruistas y resignadas al sufrimiento, y las chicas malas, inclinadas al despecho y la codicia. Pues bien, la dama nos ofrece aquí ambas posibilidades con la ayuda mecánica del trucaje fotográfico, y la ilusión es más óptica que dramática cuando las dos aparecen juntas en pantalla", fue el comentario que le dedicó el crítico del periódico The New York Times a Una vida robada (A Stolen Life, Curtis Bernhardt, 1946), remake americano de la producción británica Vida robada (Stolen Life, Paul Czinner, 1939), protagonizada por Elisabeth Bergner.

Leonardo di Caprio, en El hombre de la máscara de hierro (The Man in the Iron Mask, Randal Wallace, 1998) o Andy García en Días de fortuna (Steal Big Steal Little, Andrew Davis, 1995), son otros actores que han interpretado gemelos en la gran pantalla, pero ninguno ha llegado a batir el récord de Michael Keaton en Mis dobles, mi mujer y yo (Multiplicity, Harold Ramis, 1996), donde un hombre que no dispone de tiempo suficiente para dedicarse a su trabajo, su esposa y su hija recurre a un experto en genética para clonarse. Aunque si se trata de encontrar al director que más ganas tuvo de complicarse la vida a la hora de filmar gemelos, ese es David Fincher, que en lugar de buscar a unos hermanos reales para incorporar a Cameron y Tyler Winklevoss en La red social (The Social Network, 2010) cargó con el muerto al actor Armie Hammer, excusa perfecta para que el cineasta realizara una de sus habituales piruetas técnicas.

LA INEVITABLE RACIÓN DE CASPA

No puede faltar tampoco en un reportaje sobre gemelos de cine la cuota de títulos de ínfimo interés relacionados con el tema. ¿Que interpretar un doble papel es complicado? Pues hagamos que Lindsay Lohan debute en el cine a lo grande. Es lo que debió pensar la productora de Tú a Londres y yo a California (The Parent Trap, Nancy Meyers, 1998), que la escogió cuando solo tenía una escasa experiencia televisiva para protagonizar el relamido remake de Tú a Boston y yo a California (The Parent Trap, David Swift, 1961), film contra el divorcio de la factoría Disney donde la repipi Hayley Mills había dado vida por primera vez a las gemelas McKendrick.

El premio a pareja de mellizos más esperpéntica es, sin duda, para la formada por Danny Devito y Arnold Schwarzenegger en Los gemelos golpean dos veces (Twins, Ivan Reitman, 1988), producto de un experimento genético tan fallido como la propia película. Le sigue de cerca Jack y su gemela (Jack and Jill, Dennis Dugan, 2011), donde Adam Sandler incorpora a una pareja mixta y aprovecha para sacar a relucir su lado femenino. Y otro actor dotado para las interpretaciones complejas, el belga Jean-Claude Van Damme, tampoco se quedó con las ganas de desdoblarse. Lo hizo en Doble impacto (Double Impact, Sheldon Lettich, 1991), cuya originalidad empezaba y terminaba en la elección del título.

Pero ya que nadamos entre cenagales, permítannos terminar con la aportación patria al asunto: ¡Vaya par de gemelos! (Pedro Lazaga, 1978), una de las innumerables películas protagonizadas por Paco Martínez Soria, cortadas siempre por el mismo patrón reaccionario y destinadas a circular de manera cíclica por ese reducto televisivo del cine español más casposo que es Cine de barrio. Y sí, ya sabemos que también existe una revista musical titulada Vaya par de gemelas y con ración doble de Lina Morgan, pero vamos a llevarnos bien, ¿de acuerdo?

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad
publicidad
C/Roger de Lauria, 19-4ºA · Google Maps
46002 VALENCIA
Tlf.: 96 353 69 66. Fax.: 96 351 60 46.
[email protected]
quiénes somos | aviso legal | contacto

agencia digital VG