VALENCIA. En el centro de la defensa está Jaiyah, al que llaman Johnny, pero cuando se dirigen a él con nombre de hombre no gira la cabeza. Ella realmente es Jaiyah, el primer transexual que se ha alineado en una competición oficial de fútbol. Juega con el pelo recogido y, si bien no tiene un lenguaje corporal balompédico muy ortodoxo, por las imágenes de los resúmenes de los partidos vemos que es certero en el cruce y la recuperación de balón.
El documental es Next Goal Wins, lo tenemos en la plataformas digitales de Canal +, y el equipo es Samoa Americana, hasta hace poco la peor selección de todos los tiempos. Los directores del filme se colaron en su singular vestuario y editaron estos simpáticos 90 minutos.
¿Es interesante un documental sobre el fútbol de Oceanía? Pues depende cuándo haya nacido usted. Si tiene alrededor de 35 años es seguro que jugó al Football Manager 2 de Kevin Toms, sobre el Mundial de Italia de 1990, para el que uno podía jugar la fase de clasificación de Oceanía, del Caribe u otros retos ilusionantes. No es baladí el asunto de esta generación.
Si mira la edad del voto a Podemos en la encuesta del CIS, los de 45 años, los de la Movida madrileña, se inclinan por votarlos más que los de 35, cuando se supone que ese partido tiene tirón entre los jóvenes. Se nota ahí, no podría ser otra cosa, quién ha jugado al PCFútbol de esas dos generaciones, quién ha tenido por tanto una temprana experiencia en la gestión o quién, dicho de otro modo, sabe lo que supone gastarse toda la pasta en Kanchelskis.
En cualquier caso, el documental lo puede ver cualquiera. Trata de cómo una selección de inútiles arrima el hombro y consigue alcanzar un mínimo de nivel competitivo. Podría ser una película americana de los ochenta, podría ser la nueva Invictus, pero se queda en un documental de fútbol salvado por el transexual en el centro de la defensa.
Todo comienza con el recuerdo de la derrota ante Australia, la más abultada de la historia. 31-0. El portero de ese once todavía no se ha recuperado del susto y dice que no abandonará el fútbol hasta que no consiga que, al menos, ya no vengarse de los australianos, conseguir ganar un mísero partido.
Para ello traen a un entrenador holandés cedido por la Federación de Fútbol de Estados Unidos -Samoa Americana es un "territorio no incorporado" de Estados Unidos. El míster impone mano dura desde el primer momento y toma decisiones difíciles: a partir de ahora se irá a la Iglesia a las siete de la mañana y punto final. Lo que hay que hacer con el Buddah y el Sutton Club en Madrid y Barcelona, en Samoa Americana es con las misas.
El principal problema que se encuentra es que los jugadores no tienen forma física. Mención especial para el transexual, quien declara sorpresivamente "no me siento hombre o mujer, sólo jugador de fútbol". Y como jugador de fútbol, tampoco es profesional. Ninguno de sus compañeros. Son artesanos, obreros, curritos que defienden los colores de su país y, sobre todo, van a misa todos juntos.
Lo segundo que les pone la Federación es un psicólogo deportivo. Llega y les cuenta la historia de un ciego que escaló el Everest. Cuando bajó y le preguntaron cómo lo había hecho, contestó: "paso a paso". ¡Oh! Todos se embargan ante la revelación, la epifanía. Que se parece mucho al "partido a partido" de Simeone, que tampoco es que hubiese inventado nada que no se hubiese dicho anteriormente. Lo suyo ha sido convertirse en gurú del Management y la motivación con un eslogan que no desmerece aquellos "No, sí, no... o si no sí" de Raúl González Blanco que ya terminarán en libros de autoayuda, al tiempo.
Vemos también cómo antes de un partido contra la temible Nueva Caledonia van todos a misa y el cura les motiva con una homilía. Luego el gobernador de la isla es más prosaico y les dice "cuanta más sangre encontréis en el camino más éxito tendréis". Así sí. El equipo se marca el reto de que no les metan más de 9 y sólo les enchufan 8, un éxito.
El técnico Thomas deja también lecciones de clase. Le dice a uno de los jugadores "Tú no eres técnico, tienes que jugar fuerte, lanzarte a por el balón". Todo rezuma la savia de nuestra 2ªB, de nuestra Regional, todas esas categorías en las que no ha penetrado el virus del tiqui-taca.
En la Fase de Clasificación del Mundial, tras dos fichajes medio profesionales, y unos ejercicios físicos entendemos que extenuantes, el equipo se presenta en la liguilla de grupos con otra cara. Aunque el entrenador advierte "para ellos lo importante es estar juntos y cantar canciones". Visto lo visto, aunque al Jaiyah, el transexual, no le daban minutos pero era muy importante para todo el equipo, según explican, lo ponen de titular en el centro de la defensa. Ríanse, pero tiene intervenciones decisivas.
"Yo me cortaría el pene por jugar un partido de clasificación de un mundial", les grita el entrenador en el vestuario. Hasta ese momento el documental ha transcurrido sin pena ni gloria. Y no es que este enfrentamiento contra la selección nacional de Tonga suba las revoluciones, pero es la recta final del documental y la parte más intensa.
Samoa Americana se adelanta con un disparo lejano que golpea en la cara del portero de Tonga y entra. El dos a cero es una vaselina majestuosa. Los calambres entonces empiezan a aparecer, el equipo no tiene fuerzas, se echa atrás. Tonga marca de cabeza un balón a la olla. Parece que van a palmar, pero Jaiyah salva bajo palos. Suena un piano a lo Elton John, es la primera victoria de toda su historia. En el siguiente partido, contra Islas Cook, también están a punto de ganar, pero les empatan por un autogol.
Todo queda para el encuentro fraticida contra Samoa (a secas). Thomas para motivarles les dice que es como "el clásico" que se juega en España entre el FC Barcelona y el Real Madrid. Y además, de los años de Mourinho, hemos de añadir: Nada más pitar el árbitro, vemos a Jaiyah meterle a un samoano a secas una entrada por detrás de espanto. Y la derrota, al final, es dolorosa. Tiran a puerta los samoanos americanos en el último minuto, da al palo, todos lo lamentan, unos se tiran al suelo, cogen el balón los samoanos a secas y gol entre las piernas del portero. Así es el fútbol. También "minuto a minuto".
Qué decir del documental. Está bien para echar el rato. Lo más significativo es que como película no habría tenido mucho interés fuera de Samoa Americana y lo del tranny no se lo hubiera creído nadie. Pero como documental al menos fija la vista del espectador en un Samoa Americana - Tonga como si le fuera la vida en ello. Sólo lo había logrado hasta ahora el mencionado el genio del CPC, Kevin Toms. Por lo demás, que una cámara al hombro valga más que una película, prueba de que como dijo el sabio, la realidad supera a la ficción porque la ficción no tiene por qué esforzarse en parecer real.
"Se nota ahí, no podría ser otra cosa, quién ha jugado al PCFútbol de esas dos generaciones, quién ha tenido por tanto una temprana experiencia en la gestión o quién, dicho de otro modo, sabe lo que supone gastarse toda la pasta en Kanchelskis" Y merecía la pena, menudo crack que era ese tío en el PCFutbol 2 (o quizás 3). Siempre he pensado que después de jugar a todos los PCFutbol y todos los Civilization, un puesto de manager de lo que sea en cualquier empresa debería ser pan comido, pero no sé si los de selección de personal están muy convencidos con la idea.
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