VALENCIA (CP/EP). "Por lo que respecta al talento de Vives, me alegro que tu parecer coincida con el mío. Vives está en el número de aquellos que han de oscurecer la fama de Erasmo. A nadie procuro favorecer en mayor grado que a él, y te aprecio doblemente al saber con cuanta sinceridad te interesas por su porvenir". Erasmo (Róterdam, 1466 -Basilea, 1536) le habló así a Tomás Moro (Londres, 1478-1535) sobre Juan Luis Vives (Valencia, 1492-Brujas, 1540) en una carta. Los tres tejieron una honda y sincera amistad intelectual que todavía hoy, cinco siglos después, sigue siendo recordada.
Una exposición en el Centro del Carmen sirve para rememorar específicamente la relación que mantuvieron durante muchos años el Canciller de Inglaterra, Tomás Moro, y Vives, quienes se conocieron en 1523. En ella, "por primera vez en la historia se hermana" a estos dos nombres fundamentales de la historia intelectual europea y se les reivindica como "modelo de valores sociales" aplicados a la gestión pública en una época salpicada por informaciones sobre casos de corrupción.
Así lo ha puesto de relieve el comisario del proyecto, el investigador del CSIC Enrique García Hernán, que ha presentado la muestra en una rueda de prensa a la que también han asistido la consellera de Cultura, María José Català; la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Julia Climent; el director-gerente del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, Felipe Garín, y la administradora de la Fundación Jaume II el Just, Anabel Trujillo.
España e Inglaterra. Juan Luis Vives y Tomás Moro exhibe en la capital valenciana hasta el próximo 11 de enero, a continuación se mostrará en el Instituto de Estudios Históricos de la Universidad de Londres, la primera exposición organizada en torno a los dos pensadores y las relaciones entre España e Inglaterra en el siglo XVI en la época de Enrique VIII y Catalina de Aragón, popularizadas recientemente por la serie Los Tudor.
Para reconstruir la relación del pensador valenciano y del inglés, la selección recoge piezas de hasta 13 prestadores, entre ellos el Museo del Prado, Patrimonio Nacional y el Colegio del Patriarca, entre otros. La colaboración de todos ellos permite contemplar "auténticas joyas", ha recalcado el comisario, como piezas bibliográficas como la primera Utopía en castellano, manuscritas como la carta de Catalina de Aragón a Carlos V, y pinturas de autores como Rubens, Vicente Macip o Antonio Ricci.
DE FORMA CRONOLÓGICA
Organizada de forma cronológica, el itinerario expositivo se estructura en tres secciones: política, espiritualidad y educación, precedidas por una introducción donde se explica a los personajes y un colofón con un encuentro entre Shakespeare y Cervantes, herederos del pensamiento de uno y otro. En cada sección se incluyen frases de ambos autores y se proyecta un audiovisual dramatizado donde los propios protagonistas, Vives y Moro, cobran vida y explican al espectador quiénes son.
Los retratos de Tomás Moro (en un cuadro pintado por Rubens a partir de la obra que Hans Holbein el Joven realizó en 1527) y Juan Luis Vives (en una pintura atribuida a Joan Ribalta) abren la exposición que los sitúa en el entorno de los humanistas del siglo XVI y en Europa. En el ámbito político llama la atención dos reproducciones exactas de las banderas con los escudos de armas de Catalina de Aragón y María Tudor. Aquí se presenta también el retrato de Carlos V de Ricci. En cuanto a las piezas bibliográficas destaca un ejemplar único nunca expuesto, se trata del manuscrito de la primera traducción al castellano de la Utopía de Moro.
Además, se muestra un ejemplar de esta misma obra de 1548, con las anotaciones y firma por Francisco de Quevedo. A lo largo de toda la exposición aparecen numerosos ejemplos como éste, de la influencia de ambos y de su pensamiento en la vida intelectual y social de la época y de generaciones posteriores.
ESPIRITUALIDAD
En la parte de Espiritualidad aparecen los grabados de otros pensadores en los que influyeron como Fisher o Pole; el Ecce Homo de Vicente Macip además de dos de las piezas más importantes de la exposición desde el punto de vista científico: el Relicario que conserva el Real Colegio del Corpus Christi donde se encuentra la obra original del Tristitia Christi, (aquí se expone un facsímil de la misma cedido por la Biblioteca Valenciana). Sin dejar de lado el contexto político de la época otra pieza destacada es el tapiz que perteneció a Juana la Loca.
En la sección de Educación se explican los modelos educativos desarrollados por ambos. De un lado Tomás Moro propugnaba el papel educador de la familia, Vives por su parte fue un gran pedagogo, fue el primer catedrático de Humanidades en el College del Corpus Christi de Oxford y un gran defensor de la educación y también de los más desfavorecidos, de los pobres y de los discapacitados de quienes dijo que tenían derecho a estudiar y a trabajar. Defendió el derecho a la sanidad y a la seguridad social, llegando a diseñar un hospital. En la exposición se muestra un mapa de planta del hospital Tavera inspirado en la obra de Vives.
Completan esta categoría otras piezas relevantes como la carta manuscrita de la Reina Catalina a su sobrino Carlos V o el retrato de Gregorio Mayans, la primera persona que se preocupó por recuperar la figura de Vives. La exposición finaliza con un encuentro entre Cervantes y Shakesperare, máximos exponentes de la literatura española e inglesa. Ambos fueron herederos del penamiento de Vives y de Moro y desde la literatura también afrontaron la cultura hispano-inglesa y el tiempo histórico de los protagonistas de esta exposición.
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