VALENCIA. El 29 de octubre de 2009, el periodista y escritor Ignacio Carrión (San Sebastián, 1938), escribió en su diario: "La sobriedad del ciprés. Su color verde oscuro que jamás hiere a la vista. Un ciprés hay que mirarlo de frente, de tú a tú". Podría ser una metáfora para describir con qué animo hay que afrontar la lectura de sus Diarios, de frente, sin miedo. Porque Carrión escribe así, sin miedo. Como bien señala Enric González, como si estuviera muerto, sin temor a las consecuencias, libre. Y lo hace también con sobriedad. Es un ciprés.
Tras la repercusión de su anterior volumen, La hierba crece despacio (1961-2001), que suscitó una tensa polémica y en el que no minimizaba sus críticas a numerosas personalidades públicas, el ex redactor de El País y ganador del premio Nadal con Cruzar el Danubio, ha vuelto. Y lo ha hecho de la mano de la editorial Reino de Cordelia, donde ha publicado una selección de sus diarios más recientes editados por María Robledano.
Molestia Aparte es el nombre con el que sale a la venta esta segunda entrega que abarca el periodo comprendido entre 2006 y 2010. En este libro el escritor se muestra de nuevo con una sinceridad infrecuente en España. No corrige nombres. No oculta hechos. El suyo es un retrato tan honesto como demoledor de la España reciente, un documento fidedigno redactado desde la más pura subjetividad, quizás la única objetividad posible.
Un buen ejemplo de esto es la franqueza con la que trata, por citar dos casos, la muerte de Francisco Ayala a los 103 años de edad, hace ahora un lustro, y la del actor José Luis López Vázquez, ambas acaecidas en la misma fecha. "Su obra no me interesó", dice de Ayala. "Tampoco me interesó nunca el otro conocido fallecido del día: José Luis López Vázquez, actor. Hablaban pestes de él. Mientras hacía reír a media España (la franquista), sus parientes lloraban", añade.
Su pluma acerada señala sin conmiseración. Sus enfados con las columnas de prensa que lee (de una de Javier Marías dice que es "un artículo colilla"), sus críticas a determinados autores o partidos políticos (del PP dice que está "putrefacto"; a Esperanza Aguirre la califica de "bruja"; a Mariano Rajoy, de "débil y manipulador"; a Rodríguez Zapatero, de "necio charlatán"), se cruzan con asuntos más próximos como la muerte de conocidos y compañeros como el fotógrafo Koldo Chamorro, amigas como Carmen Ramos, la muerte de famosos (la muerte, en general, está muy presente en estas anotaciones), salpimentando todo con pequeñas vivencias personales.
Redactados en Nueva York, ciudad en la que se refugió tras la polémica provocada por La hierba crece despacio, París y Valencia, entre otros lugares, en estos diarios ocupa un espacio muy relevante la memoria, tanto desde un punto de vista íntimo (precioso el fragmento dedicado a la fotografía antigua de su madre que le encuentra su pareja, Chus Duato), como general.
Pero hay también un lugar para la nostalgia, que se deja entrever en sus referencias a su casa en Colón 74; para la presunción, al narrar determinades vivencias personales íntimas; para la duda, al hablar de su carrera literaria; y, por supuesto, para la crisis económica, que acapara buena parte de las páginas. Su última anotación, del 27 de diciembre de 2010, es tan ácida como certera: "Parados. Gordos. Un país de viejos. Un monarca inflado como una burbuja a punto de reventar. Finanzas decrépitas. El Gobierno en caída libre. Pero, ¡qué bien se vive en el paraíso del ladrillo!".
Bravo amigo, las cosas se dicen de frente que es como tu las dices. Claro y sin medias tintas. Si todos fueran tan sinceros como tú nos iría mucho mejor a los españoles, entre otras cosas porque ya no tendríamos a los políticos que tenemos. Mi felicitación más sincera. JUANMI.
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