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MADRID (EP). La Sareb entrará en el capital social de Renta Corporación, en el que tomará un 4,99%.

Todo ello en virtud de su decisión de canjear deuda por acciones de la inmobiliaria que este jueves vuelve a cotizar en bolsa tras más de año y medio suspendida con motivo de su concurso de acreedores.

La entidad que preside Belén Romana es una de las que han optado por capitalizar deuda de la compañía, junto con ING, que tomará un 3% de la empresa, Banco Popular (3%) y Banco Caixa Geral, con un 2%. En el caso de la Sareb, la deuda que tiene de Renta Corporación es la que en su día le traspasaron las entonces Caja Madrid y Bancaja.

Así lo detalló el presidente de la inmobiliaria, Luis Hernández, que indicó que todas estas entidades, aunque no prevén ejercer sus derechos políticos, entran en la empresa con voluntad de permanencia, con el fin de vender en el futuro los títulos a un precio que les permita recuperar la deuda.

FREE FLOAT DEL 39%

Tras la entrada del 'banco malo' y el resto de entidades, Hernández diluirá su participación de control de Renta Corporación desde el 37,9% hasta el 32% del capital, y Blas Herrero, hasta el 8%. El 'free float' (capital a negociación en bolsa) será del 39%.

La compañía celebra el próximo 11 de noviembre una junta extraordinaria para dar entrada a las entidades a su capital mediante la capitalización de su deuda. Así, tomarán el 14% del accionariado (27 millones de euros) a 33 euros por acción, a través de una ampliación de capital.

La asamblea tendrá lugar casi dos semanas después de que este jueves la compañía vuelva a cotizar en Bolsa, donde estaba suspendidas desde que el 19 de marzo de 2013 solicitó el concurso de acreedores, proceso que superó el pasado mes de junio.

El presidente de Renta Corporación prevé una "positiva evolución" para sus acciones a medio plazo. Su objetivo es "situar la compañía donde estaba antes de la crisis, pero con la deuda y los costes de estructura controlados".

VOLVER A LA SITUACIÓN 'PRECRISIS'

Renta Corporación llegó a ganar 30 millones de euros en 2006, y ahora el beneficio operativo ronda los seis millones. Las acciones de la empresa llegaron a cotizar a 40 euros en los mejores momentos del sector, pero fueron suspendidas en 2013 y retomarán ahora la negociación a 0,57 euros.

Hernández ha señalado que el valor de las acciones de las empresas inmobiliarias en España es del 2% de lo que era en 2007, por lo que cuando se normalice el sector, "lo normal es que se recupere valor". Según asegura, Renta Corporación ya ha detectado "un mercado mucho más racional" desde septiembre de 2013.

Además, desde Renta Corporación asegura haber percibido "muchísimo interés" por invertir en la compañía por parte de inversores internacionales, especialmente del Norte y Sur de América y de Asia, pero también de nacionales que tuvieron participación en el pasado.

Los accionistas fundadores quieren seguir manteniendo el control de la inmobiliaria, pero no descartan que pueda entrar en el accionariado algún fondo de inversión con una participación superior al 3%.

TRANSFORMACIÓN, GESTIÓN E INTERNACIONALIZACIÓN

La compañía, especializada en la adquisición de activos inmobiliarios para su transformación y venta, también proseguirá tras la crisis con la gestión de activos para terceros aportando valor y su experiencia, y prevé cerrar 2014 con unas ventas de activos de 200 millones de euros, frente a los 150 de 2013, con la intención de tener siempre una cartera de entre 25 y 30 operaciones en curso.

Actualmente está centrada en Barcelona y Madrid, pero no descarta "volver con cuidado" a la actividad internacional, donde en el pasado obtuvo muy buenos resultados en París y Berlín, ha apuntado Hernández.

La plantilla actual es de 27 empleados y la empresa no prevé grandes contrataciones en el futuro, sino la contratación de servicios externos cuando sea necesario: "Tendremos menos de la que habíamos tenido", ha explicado Vila.

Preguntado sobre el debate independentista catalán, Hernández ha opinado que "no ayuda" en el negocio, y que Renta Corporación tiene relación con inversores internacionales enamorados de Barcelona que han puesto en espera sus proyectos de inversión para esperar a ver qué pasa en el ámbito político.