VALENCIA. Ya se ha convertido en una costumbre reestrenar clásicos sólo unos días en versiones remasterizadas, probablemente pensando en la versión Blue Ray. Hace unAs semanas fue Cinema Paradiso (Guiseppe Tornatore, 1988) y la siguiente, en noviembre, será 2001. Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick. De momento, sólo está previsto su estreno en Gran Bretaña. Estas son algunas de las anécdotas que rodean al que quizás sea el mejor título de ciencia ficción de todos los tiempos.
1.- Casi fracasa: En los primeros pases privados, el público se salía de la sala. Entre ellos estaba el actor Rock Hudson, quien confesó que no había entendido nada. Los espectadores no estaban acostumbrados a una película de unas dos horas y media y en la que hay 88 minutos en los que no se pronuncia ni una sola palabra (la primera no llega hasta el minuto 25). Los escritores de ciencia ficción se dividieron entre los que no quedaron muy impresionados (a Ray Bradbury le parecía que le faltaba humanidad) y a los que les encantó (Isaac Asimov). Las críticas de New York Times y Variety coincidían en señalar que era muy aburrida. Tras el estreno, la recaudación no cumplió los pronósticos de la MGM, que pensó en retirarla pero los exhibidores le recomendaron no hacerlo ya que el boca-oreja estaba funcionando de maravilla. Cuenta la leyenda que la gente iba de tripi para alucinar con las escenas finales y eso contribuyó al éxito.
2.- La versión alternativa: Según el director y técnico en efectos especiales Douglas Trumbull (Naves Misteriosas, 1972) el material total filmado es 200 veces la duración de la película. Así, no extraña que a muchos se les hiciera larga. De hecho, Kubrick cortó 19 minutos de la primera versión (la de la premiere) para hacerla más ágil. Luego, como solía hacer, quemó ese metraje pero recientemente apareció una copia en una mina de sal de Kansas. De momento, no hay ningún proyecto para aprovecharlo en un director's cut y se cuentan con los dedos de una mano los que lo han visto. Otras ocurrencias -desechadas- incluían iniciar la película con la pantalla en negro durante ocho minutos mientras sonaba Así habló Zarathrusta.
3.- Efectos especiales: En contra de lo que pueda parecer, el número de efectos especiales utilizados en la película es relativamente limitado: 205 (en La Guerra de las Galaxias (1977) se usaron 350). Algunos son tan curiosos como el bolígrafo que flota en la estación espacial que, tras varios intentos fallidos, se solventó pegándolo a un trozo de cristal y haciéndolo colgar de un hilo. Otros ejemplos reflejan el frikismo del autor, que hizo importar a Inglaterra toneladas de arena y pintarlas de azul para simular la superficie lunar a partir de fotografías de la NASA. El de efectos especiales fue el único Oscar que ganó la cinta de las 13 nominaciones que tenía. Kubrick se anotó todo el mérito, lo que indignó a sus colaboradores.
4.- La secuela: Tras el éxito de la película, la Metro Goldwyn Mayer se planteó hacer una segunda parte, algo que no gustó nada al director británico. Para dejar clara su opinión, envió una carta a James T. Aubrey, uno de los capos de la productora MGM, en la que -tras reconocer que legalmente no existía ningún impedimento- le decía: «Quiero que sepas que guardo el hueso de tapir de 2001, el que [el primate] "Moonwatcher" lanza al cielo. Si intentas hacer una secuela, te voy a meter ese fémur tan dentro de tu culo que hará falta una super-inteligencia alienígena todavía por descubrir para poder sacártelo. En serio, no me jodas. Saludos cordiales». En 1984 se estrenó 2010. Odisea Dos y no ha trascendido si cumplió su amenaza.
5.- Una de marcianos: Arthur C. Clarke, guionista y autor de la novela en la que se basa la película (El Centinela, 1951), contó en una entrevista que Kubrick, meticuloso hasta la médula, intentó suscribir una póliza en la aseguradora Lloyd's para protegerse en caso de que se descubriera vida inteligente en el espacio antes del estreno. El científico Carl Sagan dijo que, de ser verdad, la firma perdió la ocasión de ganar dinero fácil ya que en aquella época no había ningún proyecto para buscar vida extraterrestre. Hay quien cree que fue sólo un truco publicitario. El director también pensó en empezar la película con unas escenas en las que varios científicos discutían sobre la posibilidad de vida extraterrestre o que aparecieran alienígenas en los minutos finales. Todo se desechó y se optó por que los espectadores sacaran sus propias conclusiones.
6.- La conspiranoia: 2001 fue la última película de astronautas que se rodó antes de la llegada del hombre a la Luna. En 2002, el realizador William Karel estrenó el falso documental Operación Luna en la que se especulaba con que las imágenes del alunizaje de Armstrong y Aldrin habían sido rodadas por el británico por orden del presidente Nixon para emitir en caso de que la misión Apolo XI fuera un fracaso o que las imágenes no llegaran. Aún hay gente que se lo cree.
7.- Los porno-monos: La escena inicial (El Amanecer del Hombre) dio lugar a una curiosa anécdota. El diseño inicial de los trajes de Stuart Freeborn estaba inspirado en el ‘hombre de Pekín', el antecesor del Homo-Sapiens. El problema es que se les veía totalmente desnudos, y la MGM temía que eso se tradujera en que la película fuera clasificada ‘X'. Al final, decidieron optar por primates. Uno de ellos es el actor Danny Glover en uno de sus primeros papeles (pero no aparece acreditado). Como a Kubrick le daba miedo volar, la escena se filmó en Londres utilizando fondos grabados en África por la segunda unidad y con el sonido de fondo que sobró de Mogambo (John Ford, 1953).
8.- La huella de IBM: No es ningún secreto que el ordenador de la nave se llama HAL 9000 en honor de la famosa empresa informática: sólo hay que buscar la siguiente letra de cada una de las que forman el acrónimo y aparece la marca. Además, el logo de la firma norteamericana aparece varias veces en la película. Arthur C. Clarke siempre aseguró que lo del nombre es casualidad, y que las siglas corresponden a Heuristic Algorithmic Computer. Otras marcas que aparecen son Bell System, RCA o Whirpool en lo que fue un festival de product placement. Por cierto, Kubrick quería que todos los ordenadores siguieran pareciendo realistas en 2001 y sus expectativas se cumplieron con creces: cuando Appel denunció a Samsung por la patente del iPad, la firma coreana alegó que el diseño de la tablet ya aparece en la película. No coló.
9.- Banda sonora: Se rumorea (aunque no está claro que sea cierto) que Kubrick intentó que la mítica banda Pink Floyd se encargara de la banda sonora. No pudo ser. Los de Roger Waters, que sólo habían publicado hasta la fecha The Piper at the Gates of Dawn (1967), estaban inmersos en la grabación de A Saucerfull of Secrets (1968). Sin embargo, hay quien sostiene que los británicos decidieron rendir un homenaje a la película y que su tema Echoes (la cara B del disco Meddle, de 23:44 minutos) se ajusta perfectamente al fragmento Jupiter y Más Allá del Infinito (el último segmento). Vamos, una variante de la leyenda urbana que dice que Dark Side of The Moon (1973) está sincronizada con El Mago de Oz (Victor Fleming, 1939) Los propios miembros de la banda se ha encargado de desmentirlo. Lo que sí es cierto es que Kubrick rechazó incluir Atom Heart Mother (1971) en La Naranja Mecánica (1971).
10.- Frases míticas: La famosa frase "Buenos días, Dave" no se pronuncia nunca en la película. Otra conocida cita, "nos vemos el próximo miércoles" (cuando el astronauta habla con su hija a través de un paleo-Skype), aparece en varias películas de John Landis a modo de homenaje.
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