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VALENCIA. El Columpio Asesino es uno de los conciertos más esperados de este viernes en la jornada inauguración del Deleste. Si los miembros de la banda fundada en Pamplona fueron los primeros sorprendidos tras la publicación de su álbum Diamantes (2011), todavía se muestran más impactados por el buen recibimiento de su último trabajo Ballenas muertas en San Sebastián (2014).

Este último trabajo, críptico, denso y cargado de mensaje, ha ido digiriéndose a lo largo de los muchos festivales en los que han actuado. Espacios en los que ‘Toro', una canción incluida en el ya citado disco de 2011, ha servido de ariete sumar públicos y continuar con una carrera llena de cambios de carril en lo que a estilos y sonidos se refiere.

Cristina Martínez, Daniel Ulezia, Iñigo Sola, Raúl Arizaleta y su hermano Álbaro -que atiende a ValenciaPlaza.com- subirán a la 1:45 al Escenario Jagërmeister del festival gourmet valenciano. A Valencia llegan tras oxigenarse de la correspondiente ola de festivales con una mini gira por México en la que han vivido experiencias como hacer sold out (todo vendido) en una sala importante de su capital.

-Quince años de trayectoria ascendente. ¿Qué une esta larga etapa para El Columpio Asesino?
-Hemos sido bastante eclécticos y hemos afrontado cada uno de los discos sin prejuicios, sin miedo a mezclar las cosas. Con el tiempo pierdes cierta frescura, pero aprendes a acorralar un poco más tu sonido. Queríamos ser una banda capaz de dar pequeños pasos pero sólidos y creo que lo hemos conseguido.

-Y, de repente, Diamantes.
-Nunca nos hemos planteado ‘petarla' con un disco. Los objetivos eran a corto plazo, conseguibles, porque en la música la frustración puede ser muy grande. Lo importante es que el público haya entendido esta evolución y haya llegado a Diamantes como ha llegado.

-Con Ballenas muertas en San Sebastián volvéis a darle una vuelta a vuestro sonido, pese a la buena acogida de Diamante.
-Éramos conscientes que después de Diamantes, gracias al cual ha llegado la mitad o más de nuestro público, queríamos hacer un disco totalmente diferente. Queríamos un disco arriesgado. Y la reacción de la gente ha sido positiva porque hemos notado que hemos dado un paso importante sin perder a la gente que ahora nos sigue.

-Gente que en gran medida os ha conocido gracias a la canción ‘Toro'.
-‘Toro' ha sido muy importante para nosotros, pero fue algo totalmente inesperado. Es curioso porque hasta en el mismo estudio estuvimos dándole vueltas al tema y cuando publicamos Diamantes no la veíamos como una canción que destacara dentro de su conjunto, por eso nos sorprendió y nos gustó lo que ha sucedido con ésta.

-En definitiva, Ballenas... es un disco denso líricamente, intrincado. No sé si una parte de vuestro público esperaba algo más ligero o divertido, que reflejase lo bien que os lo habéis pasado -como hemos visto- durante los dos últimos años sobre los escenarios.
-Es un disco fiel a lo que sucede en este país. Está condicionado por lo que la sociedad vive, por el malestar y lo que vemos y vivimos como individuos. Eso está en el sonido y en las letras y pese a lo bien que han ido las cosas durante estos dos últimos años hemos vivido la calle. Ballenas... trata de reflejar esa tensión, esta mala época que estamos viviendo.

-De hecho es un disco bastante comprometido con unas letras duras.
-La carcoma de este sistema está por todos lados y percibimos -como todos, supongo- la mala hostia que hay en el ambiente. En este sentido, es nuestro primer disco acercándose a una idea conceptual, global. Es el disco más radical y más redondo en ese punto de vista.

-¿Habla de la sociedad y habla de vosotros?
-Esa ballena muerta es la sociedad varada, pero también es El Columpio Asesino.

-¿En una especie de vía muerta?
-En una crisis también. Con Ballenas... llegamos por primera vez a vernos con los discos anteriores, a reflejarnos y por primera vez no notar que estamos haciendo algo que verdaderamente nos lleva a otro sitio. Hemos acabado una etapa y personalmente me pregunto si cuando acabe esta gira seguiremos o no. Sin duda, habrá gabinete de crisis.

-¿Es una situación que tiene una componente personal?
-Mi relación con la música siempre ha sido un poco extraña: o me sumerjo y me obsesiono con algo y tengo que escucharlo a todas horas o no me apetece escuchar nada.

-En esas situaciones de apatía por escuchar música hay artistas que hacen un esfuerzo por dejarse llevar por la corriente y se fuerzan a ello. ¿Es tu caso?
-Es cierto que cuando te profesionalizas con este trabajo piensas ‘tengo que escuchar cosas'. Te obligas a meterte la cucharada, pero no me apetece eso de ‘estar al tanto'. Necesito desconectar también.

-Supongo que la situación del entorno no ha ayudado, que hay mucho de toda esa "carcoma" de la que habláis en el disco.
-Hay una falta de inspiración notable, de estímulos interiores. A mí personalmente me hace falta ese disco que me inspire y ahora mismo no lo encuentro. Me gustaría escuchar algo y decir, vamos a ir por aquí o por allí, pero si siento que he entrado en un ciclo de repetir cosas... ¡estoy a la espera de ese disco revelador!

-¿Cuál fue ese disco clave para Ballenas... y para Diamantes?
-Supongo que hubo varios, pero si tuviera que destacar uno elegiría Third (2008) de Portishead. Condensaba una serie de conceptos que me fueron iluminando.