VALENCIA. Sólo un 20% de las películas y series que estudian rodar en España acaban finalmente desembarcando en el país. El porcentaje lo da el productor español Fernando Victoria de Lecea, quien suele trabajar con Francia. Este año 2014, relata, de los doce largometrajes que le propusieron venir al país, sólo acabaron haciéndolo dos. Uno de ellos, la tercera parte de Venganza, con Liam Neeson, que se filmó en Murcia y Alicante.
Esta semana una confusión por los comentarios realizados por los productores de la serie Juego de Tronos en Sevilla ha puesto sobre el tapete, una vez más, los problemas que supone traer una filmación al país. En concreto se trata de una declaraciones realizadas por David Benioff y Dan Weiss, quienes hicieron ver que rodar en España es "caro", algo que se interpretó como una amenaza de que no volverían.
Si bien los propios productores de Juego de Tronos salieron al paso y desmintieron esto, sus declaraciones, dicen desde la industria audiovisual española, al menos han servido para que se vuelva a plantear la urgencia de un cambio en las condiciones de rodaje. La ausencia de incentivos fiscales, los problemas burocráticos y la escasa colaboración por parte de las administraciones hacen que rodar en España sea una cuestión de fe.
En este sentido, un responsable de la Spain Film Commission señaló que, en el caso de Juego de Tronos, si la serie se ha rodado en nuestro país es "porque el reino de Dorne, tal y como está descrito en los libros de George R. R. Martin, o se filma aquí o en el Norte de África". Aunque con la actual coyuntura política España sigue siendo la opción más segura, esto no basta.
La Spain Film Commission elaboró el año pasado un profuso informe en el que se señalaba que España deja de ingresar 900 millones de euros al año por la falta de una política de incentivos fiscales adecuada. Las oportunidades perdidas se acumulan. Un ejemplo de la misma serie, Juego de Tronos: los productores ya estuvieron en España analizando la posibilidad de convertir a la localidad de Peñíscola en Desembarco del Rey, propuesta que se fue al traste porque, a diferencia de España, Croacia sí ofrecía unos incentivos fiscales atractivos.
La carencia de estos incentivos viene de antiguo. Como comenta un productor español, no ha sido hasta la llegada de Cristóbal Montoro que se han planteado por primera vez medidas legales concretas. "Parece mentira que Ángeles González-Sinde, siendo cineasta, no los pusiera en marcha cuando era ministra de Cultura", dice. Montoro sí lo ha hecho pero los resultados, aseguran fuentes del sector, han sido insatisfactorios. En la práctica, como si no existieran. "Es muy triste que después de tantos años no sea como el resto de Europa", se lamenta Victoria de Lecea.
EL PROBLEMA DE LOS INCENTIVOS FISCALES
"Necesitamos una nueva política", dice el valenciano Pedro Pastor, quien ha trabajado entre otros con Jean-Jacques Annaud. Una nueva política que, curiosamente, no exige grandes estudios legales y de mercado ni grupos de trabajo. "Ya lo decía Luis García Berlanga: Lo único que necesita España para tener más rodajes es una secretaria que traduzca el modelo francés. No queremos más, ni menos. Sólo lo mismo que nuestros vecinos", explica.
En concreto, Pastor incide en que en Francia los incentivos fiscales a rodajes son un 20% del gasto local y van desde un mínimo de un millón de euros hasta 10 millones. En España sólo se ha previsto que las producciones que pasen por España se podrán descontar un 15% del gasto local, con un mínimo de un millón de euros y un máximo de 2,5 millones. Y a partir de enero de 2015. No antes.
Por si fuera poco, España tiene que sufrir la competencia no sólo de Francia e Italia, sino también de pequeños países como Malta o Irlanda. Los incentivos y condiciones de rodaje en Malta hicieron que por ejemplo el cineasta Alejandro Amenábar rodase su superproducción Ágora en la isla y no en España, como era su deseo. El propio Juan Antonio Bayona, cuando conoció los incentivos fiscales propuestos por Montoro, dio por seguro que era imposible rodar la secuela de World War Z en España. La diferencia de venir aquí o trabajar, por ejemplo, en Canadá, pueden ser millones de euros.
"Nadie hace nada por solucionar esto", se queja Victoria de Lecea. "No quiero que España sea un país bananero donde cualquiera pueda rodar como le dé la gana, cortando carreteras o autopistas, pero tampoco que todo sean problemas. Nadie parece darse cuenta del impacto económico y mediático que conllevarían estas producciones. A todo el mundo le parece bien las ayudas del plan PIVE pero a nadie le parecen bien los incentivos fiscales al cine", añade.
CENTENARES DE MILLONES EN INCENTIVOS EN EEUU
Y es que, como señala el productor bilbaíno, normalmente las propuestas encaminadas a aumentar los incentivos fiscales suelen encontrarse con la oposición de sectores conservadores contrarios a un supuesto mantenimiento artificial de la industria audiovisual. Unas críticas que suelen realizarse sin tener un somero conocimiento de la realidad en el resto del mundo. En Estados Unidos, cuna del liberalismo, el estado de California ha decidido incrementar el plan de incentivos fiscales para el cine hasta los 330 millones de dólares para cinco años. Y lo ha hecho para competir con el Estado de Nueva York, que lanzó el suyo propio, agresivo, encaminado a retener el mayor número de rodajes.
Mientras se aprueban deducciones fiscales de todo tipo para la agricultura, la industria, y cualquier sector económico, el cine en España se encuentra atrasado legal y financieramente respecto a sus vecinos europeos, Estados Unidos, Canadá o Australia.
Las cifras hablan. El rodaje este invierno de Exodus de Ridley Scott dejó solo en Fuerteventura más de siete millones de euros. En toda España, la producción también pasó por Almería y Lanzarote, se estima que la cifra ascendió a más de cuarenta millones de euros. De esa cantidad más de ocho millones de euros fueron abonados como cuotas para la seguridad social, IVA, retenciones de IRPF, y más de un millón y medio se gastó en catering. Otro tanto pasó con el largometraje Tomorrowland de Brad Bird que protagoniza George Clooney. La película dejó en España cinco millones de euros, de los cuales uno fue para IVA, seguridad social y retenciones de IRPF. Y sólo estuvieron dos semanas.
El cálculo que ha llevado a los estadounidenses a apoyar los rodajes de manera mucho más decidida que los políticos españoles es que por cada dólar que se da de incentivo fiscal, éste revierte del orden de seis a diez. Desde la Spain Film Comission, órgano que pretende favorecer los rodajes en España, se insiste en este hecho, idea que comparte el actual director de CulturArts, José Luis Moreno, quien recuerda que en la Comunidad Valenciana se intentó implantar el sistema de ayudas a rodajes.
Fue precisamente por este sistema que se rodó en Alicante, en Ciudad de la Luz, la película Lo imposible. De no haber contado con la ayuda del gobierno valenciano, el film de Bayona, que recaudó en todo el mundo más de 180 millones de dólares, jamás se habría rodado en España. El largometraje dejó casi diez millones de euros en la Comunidad Valenciana, además del gasto indirecto (restaurantes, compras que realizan los actores y técnicos...) mucho más difícil de cuantificar.
LA BUROCRACIA ESPAÑOLA, ESE LABERINTO
Otro gran problema que tiene España es la burocracia. En todos los niveles. Desde la petición de permisos hasta la devolución de impuestos. Rodar en determinados espacios, atractivos para los cineastas, es prácticamente imposible. Ridley Scott, posiblemente el cineasta internacional que más veces ha rodado en España, se ha quedado sin poder filmar en la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. Y lo ha intentado en dos ocasiones, al menos.
Y lo más curioso es que, cuando llega la hora de la verdad, los rodajes suelen encontrar todo tipo de facilidades. Ese fue el caso de Victoria de Lecea con Venganza 3, que se rodó en el Aeropuerto de Murcia-San Javier, que es militar y civil. "Tuve una colaboración excepcional, tanto por parte de la Academia General del Aire como de AENA, y también de la Dirección General de Carreteras de la Región de Murcia, sin los cuales no se hubieran podido rodar las escenas de acción complicadas, que llevan su tiempo para prepararlas". Pero hay muchos que no tienen tanta paciencia y ante la menor complicación, deciden desestimar la localización.
En Francia, explican Pastor y Victoria de Lecea, los productores disponen de toda clase de ayudas desde el principio. Los cineastas, cuando negocian con los gobiernos locales, reciben un listado con localizaciones que incluye parques naturales, edificios abandonados... La colaboración llega de todos los estamentos, desde la Gendarmerie hasta el Ejército. En España no. "Rodar en España en una playa, un palacio o en una carretera es a veces una pesadilla", asevera Victoria de Lecea, quien entre sus créditos cuenta con la cinta de acción Noche y Día, protagonizada por Cameron Díaz y Tom Cruise, que llevó los encierros de San Fermín a las calles de Sevilla.
La burocracia también afecta a la devolución del IVA. Así, Pastor relata como Annaud, tras grabar Su Majestad Minor en España, tuvo que esperar dos años a que se le abonara por parte del Gobierno español las compensaciones por las diferencias del IVA entre España y Francia. "Se alargó demasiado poder recuperar ese gasto", comenta. "Con una política adecuada de incentivos fiscales y una mayor seguridad financiera, seguramente habrían vuelto más veces", agrega. Aunque las devoluciones de IVA se han agilizado en los últimos años, este problema se ha convertido en un prejuicio difícil de superar en algunas negociaciones.
Hay intentos para solucionar esta situación. Así lo indica Moreno, de CulturArts, quien relata como en el Instituto Valenciano del Audiovisual han creado un decálogo que pretende homogeneizar todos los aspectos de un rodaje, facilitarlo. Dicho decálogo se le hará llegar a los ayuntamientos para que, cuando se les plantee la posibilidad de albergar una producción, sepan a que atenerse. "Pero hay cosas a las que no llegamos, como por ejemplo Costas", explica. Rodar pues en una playa seguirá siendo un enigma dentro de un laberinto.
NADIE SABE NADA PORQUE NADIE LO HA CALCULADO
Un obstáculo que se encuentran los productores españoles es, sorprendentemente, el desconocimiento por parte de las administraciones de cuál es el impacto económico real de los rodajes. En España, excepción hecha de los estudios realizados por el IVIE con los rodajes en Ciudad de la Luz y de la propia Film Commission, no han existido análisis desde las instituciones de lo que supone el cine en términos cuantitativos. Si estimaciones, cálculos sueltos, pero, por ejemplo, Valencia no sabe lo que le supusieron los 144 rodajes anuales que albergó en 2012.
Por los estudios del IVIE se sabe que el rodaje de Astérix en los Juegos Olímpicos dejó en Alicante más de 38 millones de euros. Como quiera que la Generalitat aportó cinco millones de euros, la estimación que se realiza es que por cada euro que se concedió se generaron ocho; una cifra que entra en la horquilla que en Estados Unidos se considera rentable. No se puede saber si los rodajes que ha albergado Valencia han sido igual de eficientes, si podrían serlo más.
Después están las tasas locales. En Valencia mismo este año ha cambiado el precio por la ocupación de la vía pública. Si hasta ahora costaba 0,29 euros por metro y día, la nueva tasa es de 2,33 euros por metro cuadrado y semana o fracción. Esto ha encarecido los rodajes, explican los productores valencianos, hasta el punto que pueden costar 1.000 euros diarios. Y aunque Valencia es una ciudad en la que suelen ser habituales las filmaciones, esas 144 de 2012 antes mencionadas, está muy lejos de los 600 rodajes diarios que tienen lugar en Nueva York, incluyendo reportajes fotográficos y todo tipo de filmaciones. En Nueva York, curiosamente, se planteó hace unos años subir la tasa a los rodajes a 300 euros... por película o temporada de serie. Es más barata que Valencia.
Durante una visita a Valencia con motivo de la Campus Party de 2006, el ex alcalde Rudolph Giulani aseguró que le encantaba que se rodasen películas en su ciudad porque, dijo, "son la mejor publicidad". Una política que ha fomentando su sucesor Michael Bloomberg. El rodaje de películas y series en su ciudad deja ingresos de hasta 7.100 millones de dólares anuales. La actitud es muy diferente a la de las autoridades locales españolas.
Por último, los productores lamentan la falta de una promoción adecuada de España y sus escenarios como localizaciones. No existen catálogos como los franceses. Apenas hay oficinas para rodajes. Los productores extranjeros muchas veces no saben a quien acudir. No se ha potenciado lo suficiente, en definitiva, la Spain Film Commission. De hecho sólo existe un vídeo institucional realizado por esta entidad. Es un verso suelto.
"La calidad de los técnicos y profesionales españoles es magnífica", dice Victoria de Lecea. "En todos los rodajes me lo dicen. Tenemos un potencial increíble, con unos hoteles que son los mejores por su relación calidad precio, como no hay en ninguna parte. Pero a nivel administrativo estamos años luz. No hay una ventana a la que llamar. Hablas con el Ministerio de Cultura y te remiten a Hacienda. Hablas con Hacienda y te remite a Cultura. Y mientras, estamos perdiendo grandes oportunidades", concluye.
Juego de Tronos es una excelente producción que se ha ganado el reconocimiento del público, cada temporada siempre sorprende. Me encanta verla y ahora que ya se estreno la quinta <a href="http://www.hbomax.tv/game-of-thrones-5/" >temporada en HBO</a> no dejaré de verla , ni me perderé ningún detalle.
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