VALENCIA. "Él estuvo a 30 kilómetros del frente; era demasiado importante como para morir en la guerra". Sin ánimo de minimizar su valor, pero con el deseo de dejar claro cuál fue el verdadero papel de Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867; Menton, 1928) en la Primera Guerra Mundial, el cineasta Enrique Viciano matizó este miércoles las vivencias del novelista valenciano durante la contienda bélica. Porque es cierto que pasó hambre, frío, que estuvo cerca de la desolación, pero no le dejaron aproximarse al frente. Valía demasiado. Era demasiado importante. Era el cronista oficial. De ahí que no haya muchas imágenes suyas en primera línea.
Blasco tenía un protector excepcional, el presidente de Francia entre 1913 y 1920, Raymond Poincaré. En una carta remitida a su editor Francisco Sempere, el novelista le relata a su amigo y sufrido colaborador su encuentro de una hora, en plena contienda bélica, en el que el hombre de Estado francés se mostró "muy amable, extraordinariamente amable; y eso que es muy serio y nervioso". "En la entrevista no hicimos más que hablar de mí", comenta el periodista y escritor valenciano. "Resulta que me conoce mucho, pues es amigo de mi traductor Hérelle, y que ha leído Sangre y Arena", añade.
Viciano sostiene que la obra más célebre del novelista, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, surgió precisamente por sugerencia de Poincaré, quien le habría propuesto hacer algo más que una crónica periodística, algo que permaneciera en el tiempo. Blasco Ibáñez asimiló la idea y habló en primera instancia de una trilogía de novelas "serias y artísticas". "Estoy con más ganas de trabajar y con más fuerza que nunca. Pero ya saben que el trabajo me ha de dar dinero", le escribiría a su editor.
En ese sentido Los cuatro jinetes... funcionó porque le dio dinero y notoriedad mundial. La traducción al inglés fue el libro más vendido en Estados Unidos en 1919, según Publishers weekly, y su celebridad se incrementó exponencialmente tras la adaptación cinematográfica que realizó Rex Ingram en 1921 y protagonizó Rodolfo Valentino.
Blasco Ibáñez vivió la Primera Guerra Mundial con gran pasión, como cronista y como propagandista de la causa aliada. Fue quizás el español que mayor implicación personal tuvo en ella. Es por ese motivo que, coincidiendo con el primer centenario del conflicto, el Centre del Carme en Valencia ha organizado un congreso, Arte, Literatura y Cine, en el que el autor de clásicos como La Barraca ocupa un papel destacado. No es el protagonista, en sentido estricto, pero como si lo fuera.
El congreso dirigido por Viciano se iniciará este jueves y dentro del mismo se ha programado una pequeña exposición de fotografía en el dormitorio del antiguo convento. La muestra se compone de imágenes de la contienda bélica, grabados y fotografías seleccionados a partir de reproducciones y textos que figuran en los nueve tomos de la Historia de la Guerra Europea de 1914 escritos por Blasco Ibáñez y publicados por la editorial Prometeo entre el 17 de noviembre de 1914 y el 28 de julio de 1919, cuando se firmó la Paz de Versalles.
Hay pocas imágenes de Blasco Ibáñez y sí muchas de la guerra, duras, etnológicas, curiosas como la de la catedral de Amiens llena de sacos terreros. Algunas son impactantes y todas son libres, porque como se encargó de recordar Viciano, Blasco tenía bula para publicar lo que quisiera. Poincaré le admiraba. Ése era su salvoconducto. Junto a ellas, otras más convencionales, protocolarias, del káiser, de generales, y grabados de soldados marchando al frente. Es una pequeña síntesis del conflicto bélico con el que se inició el siglo XX, es la guerra tal y como la reflejó él. De ahí que aunque sea una muestra modesta haya despertado el interés de diferentes universidades estadounidenses. Así, la exposición, que se podrá contemplar en Valencia hasta el 16 de noviembre, está previsto que viaje a universidades como las de Tulsa, Los Angeles, Lewiston, Nueva York y Miami, junto al documental El quinto jinete que han dirigido Viciano y la actriz valenciana Rosanna Pastor y que se estrenó el pasado 2 de octubre en el Palau de les Arts.
El congreso aprovechará la oportunidad de la efeméride de la Gran Guerra para reflexionar colectivamente sobre la incidencia de los procesos artísticos en el primer cuarto de siglo, haciendo hincapié en aquellos movimientos de vanguardia o no vanguardia que alimentaron el espíritu prebélico, ayudaron a que se produjeran profundos cambios sociales y condicionaron la vida de millones de seres.
Entre los participantes, la Generalitat anunciaba este miércoles la presencia de Rafael Chirbes, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Narrativa en la jornada de literatura, o de la guionista y directora de cine Yolanda García Serrano, en la jornada de cine. Asimismo, intervendrán los expertos Facundo Tomás, David Pérez y Javier Pérez Rojas, catedráticos de Historia del Arte, además de Amalia Martínez, profesora del departamento de Historia del Arte de la Politécnica; el profesor de Literatura Española, Javier Lluch; las profesoras de Filología Inglesa y Alemana, Ana Calero y Carmen Manuel; la profesora de la UNED, María Rossell; además de Rosa María Rodríguez Magda, Juan Miguel Company, Jenaro Talens y Carlos Cuéllar de la Universitat de València.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.