VALENCIA. Es uno de los negocios de moda en España y en Europa, pero el la Comunidad Valenciana está de capa caída. Eso es lo que aseguran desde la Asociación de Peritos Colaboradores con la Administración de Justicia de la Comunitat con respecto al sector de las antigüedades. El sector emplea a 12.000 personas en España, con 4.000 negocios que se derivan inevitablemente de ser -todavía- el segundo país con el mayor patrimonio artístico catalogado.
No obstante, este contraste de tendencias "viene de lejos", tal y como apunta Javier Andreu, historiador de arte y perito tasador en antigüedades: "la aristocracia y la nobleza es clave para que se cree cultura en torno a ello. En el caso del arte, por ejemplo, en Valencia hay una gran cantidad de obra de unos pocos artistas, cuando por ejemplo existe muy poca obra de otros nacionales o internacionales que en su día se encontraba al mismo precio".
El caso del arte es un tanto más conocido, pero las antigüedades se topan con una situación especialmente anómala en la Comunitat Valenciana: el legado de mobiliario y el legado de cerámica. "Poseemos una importante herencia de objetos valiosos que no encuentran salida aquí. La internacionalización son una opción e Internet es una herramienta interesante, pero la proximidad a los objetos, la posibilidad de ver su estado y controlar el proceso por parte de las partes caracteriza al sector".
Esa es precisamente, según el estudio de los peritos, la principal opción de negocio: la venta fuera del territorio valenciano, "ya que los que se han quedado aquí trabajan por debajo de costes". Esto contrasta tanto con la materia prima -el patrimonio- como con la mano de obra: "en el caso de los restauradores, por ejemplo, los valencianos son reconocidos en campos como el textil. De hecho hay interesantes salidas en objetos como el metal, que tradicionalmente no estaría ligado a nuestro pasado".
La realidad es que entre 2012 y 2013 la mitad de las tiendas de antigüedades en Valencia han echado el cierre. La especial caída del poder adquisitivo de la sociedad valenciana, la inquietud "por decoraciones minimalistas", por parte de los jóvenes y, especialmente, la falta de cultura por estos objetos llevan a la Comunitat a vivir su momento más bajo.
Lo que sí funciona, en detrimento de este mercado que crece en regiones como Andalucía, Madrid o Cataluña o ciudades como Bilbao y Santander, son "aquellos objetos más próximos a las tiendas de decoración", apunta Andreu. Se refiere a los elementos publicitarios antiguos y al mobiliario menos tradicional y más vinculado a tendencias de decoración actuales, aunque sean originales de épocas como los años 40 o 60, y que, además, no suelen provenir de la Comunitat o de España.
Sin embargo, esto no es lo que se entiende técnicamente por por antigüedad: cualquier pieza artística o decorativa que supera los cien años de edad y que posee cierto valor estético o histórico. Es importante la cantidad de años, pero también la calidad, los materiales y estilo de las piezas.
En la Comunitat "existen -según Andreu- numerosas familias propietarias de este tipo de mobiliarios, lámparas o porcelanas que no le dan valor. No existe tradición histórica de reutilización de estos enseres o intercambio de los mismos en mercados tradicionales como ocurre en espacios como Camden Town en Londres, ni la existencia por tanto, de ferias de relevancia internacional como la de Antigüedades de Paris o la TEFAF de Maastricht. Aquí en el mejor de los casos los muebles acaban en el rastro," dice Andreu.
ÉPOCA DE VAGAS GORDAS EN EUROPA
Lo que llama la atención es el contraste entre la realidad valenciana frente a un mercado que vive de nuevo sus días de vacas gordas en Europa. Las ferias -cabe destacar que los eventos son claves a la hora de generar negocio para los sectores- mueven la economía y la vinculan con otros sectores, como el turismo, para expandirla.
Londres acoge ferias como la Masterpiece que aglutina más de 3.000 años de historia, lujo y diseño. París recientemente ha concluido su Bienal de Anticuarios considerada una de las mejores del mundo en su género. ARCO en Madrid aglutina visitantes de alto nivel que realizan desembolsos no solo en la feria sino en los demás servicios auxiliares.
Por el contrario en Valencia la feria de antigüedades paso de ser un evento que congregaba a galeristas, coleccionistas, amateurs y autores, a dejar de celebrarse. Recientemente y durante dos ediciones Curiosity Antic pretendió despertar un sector aletargado por la crisis. Pero los bellos tesoros siguen atrincherados en el olvido mientras en otras ciudades españolas se recrean y exportan a otros países. Otras opciones, como la que se celebra mensualmente en el Mercado de Tapinería, cobran a su ritmo valor como evento paralelo tras la desaparición de la feria.
No obstante, el propio Andreu recuerda otro motivo que no convierte a la región valenciana en la más interesante para la transacción y colección de objetos: "El arte por su propia naturaleza, sigue al dinero; pero ambos siguen a los incentivos fiscales, que son los que han convertido a algunas ciudades, (Nueva York, Hong Kong y Londres) en epicentros artísticos por excelencia".
LA TASACIÓN DE OBJETOS, UN TRÁMITE ACCESIBLE
Aun así, los peritos aceptan que existe cierto desconocimiento y miedo a que la tasación de objetos suponga un coste desmesurado con el precio por el que finalmente pueden ser vendidas las antigüedades. De hecho, reconocen cierto desconocimiento en torno a en qué consiste su labor: "Consiste emitir un juicio objetivo sobre el calidad y valor económico de una obra. La tasación de una obra es una puesta en valor del patrimonio mueble porque da la posibilidad de conocer el valor artístico-económico de esta. Asimismo, el tener documentada y valorada una pieza es importante para aseguradoras, siniestros, robos y herencias," dice Aná Jordán Hernández, Perito tasador judicial licenciado en Historia del Arte y Bellas Bellas Artes.
Existen numerosos métodos de valoración y tasación económica. César Tello Garrido, historiador del arte y licenciado en Derecho, destaca entre los distintos métodos de tasación y valoración económica de obras de arte el método sintético o comparativo, porque consigue determinar el valor con un menor margen porcentual de error. Este método se sirve de procedimientos matemáticos, estadísticos y de un amplio conocimiento del mercado de obras de arte de donde obtiene sus referencias. Y posibilita conocer con certeza, por ejemplo, el valor de una obra de arte heredada o el de una antigüedad que deseemos adquirir en un anticuario.
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