VALENCIA. Fiesta mayor en Villanolandia. Lo que no han logrado en más de medio siglo los Skrull, el Dr. Doom, Galactus o Namor lo ha conseguido Isaac Permultter, el máximo accionista individual de Disney y CEO de la Marvel. En abril de 2015, cuando concluya la saga The End is Fourever, Los Cuatro Fantásticos serán historia. Y no se trata sólo de una cancelación por motivo de ventas -escasas en los últimos tiempos- sino del último capítulo de la lucha entre Disney y la Fox.
La noticia, en forma de rumor, comenzó a circular a finales de mayo de este año cuando Bleeding Cool publicó un artículo en el se extrañaba que el profesor Reed Richards y sus compañeros, al igual que los miembros de los X Men, estuvieran ausentes del cartel que celebraba los 75 años de la Casa de las Ideas. En cambio, no faltaban secundarios como los Inhumanos.
SON RUMORES
La noticia la confirmó poco después la web CBR. Descubrió una circular interna que prohibía taxativamente utilizar a los personajes del universo FF en la baraja que celebraba los citados tres cuartos de siglo de Marvel. Por lo visto, Permultter ha obligado a retirar hasta los pósters de las paredes y, si ve uno, lo arranca. El rebote que lleva es de tal magnitud que hasta Diamond Select Toys ha anunciado que le han prohibido hacer más figuritas de los personajes hasta nuevo aviso.
El origen del conflicto es anterior a que Disney comprara Marvel Entertainment en 2009 por 4.240 millones de dólares. Un año antes, la compañía había decidido dar un giro a su estrategia en la gran pantalla y producir ella misma las películas sobre sus personajes y dejarse de coproducciones de las que apenas veía dinero. Los éxitos de taquilla de Iron Man (Jon Favreau, 2008) y Hulk (Ang Lee, 2008) demostró que la estrategia era la correcta.
LAS JOYAS DE LA ABUELITA
Desde entonces, ya bajo la batuta de Disney, Marvel se embarcó en un ritmo frenético de producir una o dos películas anuales (Thor, Los Vengadores, Capitán América, Guardianes de la Galaxia...), y con todas y cada una logró éxitos de taquilla.
Pero el problema venía de antes, de cuando Marvel se enfrentaba a su enésima quiebra y vendió los derechos cinematrográficos de algunas de sus joyas como X Men, Los Cuatro Fantásticos o Dare Devil (a la Fox), Spider-man (Sony), The Punisher (Lionsgate)... En otras palabras, que para recrear ahora el universo Marvel en la gran pantalla le faltan la mayoría de sus personajes más importantes.
Hasta ahora, el mayor quebradero de cabeza de Disney era X Men, pero poco puede hacer: las ventas van como un tiro, y las películas han contribuido a que vayan mejor. Pero Los Cuatro Fantásticos es otra cosa. Actualmente sólo tiene dos series en circulación y la popularidad está bajo mínimos.
NADA HASTA 2017
Además, tras dos películas (una con cierta gracia, otra muy mala), la Fox tiene previsto lanzar en 2015 un reboot de la franquicia. La cinta, dirigida por Josh Tank (Cronicle, 2012), está en postproducción y ya hay una secuela a la vista. Así, la orden de Permultter ha sido tajante: nada de promoción hasta, como mínimo, cuando la película llegue al DVD. Y entonces, ya veremos. Por ahora, como mucho, los Cuatro Fantásticos podrán ser secundarios en series de tercera, pero nada más.
De momento, la guerra de licencias parece que no afectará a Spider-man, cuyos derechos para la gran pantalla los tiene Sony. Su relación con Disney no es mala y esta produce sin problemas una serie de animación sobre el lanzatelarañas. El resto de productoras implicadas, de momento, no parece que tengan ningún interés en rodar nada.
LOS PRIMEROS DE LA CLASE
Cuando, en noviembre de 1961, se publicó el número uno de Los Cuatro Fantásticos, los tebeos americanos estaban estancados en su momento más bajo de creatividad. En 1954 las editoriales crearon un código de censura propio (el Comics Code Authority, CCA) inspirado en el Código Hays que la industria del cine había adoptado en 1930.
Así, de golpe y porrazo, desaparecieron de los tebeos los criminales carismáticos, los funcionarios corruptos, los zombies, las chicas insinuantes... La era de la editorial E.C de William Gaines (y todos sus imitadores) pasó a la historia. Así, las tiendas se llenaron de insulsos cómics de aventuras, vaqueros, piratas pensados única y exclusivamente para niños pequeños.
En eso que llegaron Los Cuatro Fantásticos y comenzó oficialmente la llamada Silver Age (Edad de Plata). Por supuesto ni fueron los primeros, ni siquiera los únicos superhéroes. De hecho, el proyecto fue una idea de Stan Lee (directivo de la editorial Timely) y se la encargó a su amigo Jack ‘The King' Kirby. Se trataba de copiar a la competencia -sobre todo, a La Liga de la Justicia de DC- pero dándoles un giro.
UN NUEVO PRINCIPIO
Así, los superhéroes dejaron de ser enmascarados de una pieza enfrentados a villanos malísimos pero tontos. La gran aportación de los Lee y Kirby fue introducir el realismo. Para empezar, el doctor Richards (Mr. Fantástico), Sue Storm (La Chica Invisible), Johnny Storm (La Antorcha Humana) y Ben Grimm (La Cosa) no sólo no ocultaban su identidad sino que tenían sentimientos: se enfadaban, discutían, y tenían los mismos problemas que cualquier otro mortal (amoríos incluidos).
La fórmula incluía también un nuevo tipo de villanos (Dr. Doom, Galactus, el Topo...), malos malísimos, pero carismáticos. No eran simples malvados sino auténticos genios del mal que multiplicaban por diez el interés de la serie. Por algo Lee incluyó en las portadas el famoso eslogan de "El mejor cómic del mundo", que se usó hasta los años 90.
Y había más. La acción no se desarrollaba en ciudades hipotéticas como las que salían en los cómics de DC, la eterna rival. Nada de Gotham o Metrópolis, los personajes de la Marvel vivían en Nueva York, cualquiera se lo podría encontrar por la calle. Además, las subtramas y las idas y venidas de los personajes (buenos y malos) permitía que los arcos argumentales se alargaran y crearan la necesidad de comprar el siguiente número.
TÚ TAMBIÉN PUEDES SER SUPERHÉROE
La fórmula fue todo un éxito y en poco tiempo Timely cambió su nombre por el de Marvel y empezó a crear superhéroes psicológicamente más complejos, como el atormentado científico Bruce Banner (The Hulk) o Peter Parker, el adolescente con problemas (Spider-man). Igual que Monseñor de Balaguer fundó el Opus Dei con la premisa de que cualquiera podría alcanzar la santidad con el trabajo diario, Lee convenció a millones de lectores que ellos también podrían ser un superhéroe. Excelsior!
Lee dio un paso más: reivindicar la autoría de los creadores. Así, nombres como el suyo o el de Kirby, o como los de Bill Everet, Larry Lieber, Steve Dikto, Joe Simon... se hicieron tan reconocibles entre los lectores como los de los propios personajes. El resto es historia.
Pero, ¿le ha llegado la hora a Los Cuatro Fantásticos? De momento, todo apunta a que sí. A largo plazo, probablemente no. Que nadie dude que cuando a Permultter se le pase el calentón, los inquilinos del edifico Baxter volverán a las andadas algún día. Un regreso que, por sí solo, será el reclamo perfecto para vender tebeos a capazos.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.