VALENCIA. El virus del ébola no solo mantiene en jaque a la opinión pública mundial sino también a los mercados en general y, muy especialmente, a las cotizadas con medicamentos que buscan erradicar curar tan terrible enfermedad aunque de momento no consiguen dar con la tecla.
Ahí está el caso de la biofarmaceútica estadounidense Chimerix, cuyo fármaco Brincidofovir recibió ayer un durísimo castigo en el Nasdaq tras confirmarse la muerte del paciente Thomas Eric Duncan, la primera persona diagnosticada con ébola en Estados Unidos y tratada con dicha medicina.
LA HISTORIA SE REPITE
Las acciones de Chimerix, que desde su debut en abril del pasado año han más que duplicado su precio, sufrieron un desplome a doble dígito, lo que las apeó de la zona de máximos históricos donde cotizaban estos días ante las expectativas de un resultado favorable en la cura de Duncan.
"Es lo que pasa con las empresas biofarmacéuticas no solo las vinculadas al ébola sino a otras enfermedades como, por ejemplo, el llamado 'mal de las vacas locas' donde el fracaso del medicamento pasó rápidamente factura en bolsa", apuntan desde una mesa de intermediación bursátil madrileña consultada por este diario.
"Pero no hace falta irse fuera de España porque casos así los hemos visto con la gallega Zeltia y sus medicamentos Yondelis y Aplidin cuando los ensayos clínicos no terminaban de dar sus frutos, pero eso sí en menor medida de lo que está sucediendo con Chimerix e incluso con Tekmira Pharmaceuticals", añaden.
Se refieren a otra biofarma, pero en este caso canadiense, que también se ha visto previamente beneficiada por las altas expectativas de que su medicamento TKM-Ebola tuviera el efecto deseado, pero que de momento no es así y el mercado está penalizando también con fuerza las acciones de dicha empresa. En ambos casos -Chimerix y Tekmira Pharmaceuticals- se ha repetido la historia en las últimas semanas, es decir, fortísima subida previa para caer con fuerza aunque en el primer caso bastante más que en el segundo.
BATACAZO EN TODA REGLA DE LONDON MINING
"En bolsa cotizan las expectativas y si no se cumplen llegan las fuertes correcciones", recuerdan las mismas fuentes contactadas por Valencia Plaza. "A buen seguro que más de una farmacéutica en estos momentos sigue trabajando en el tratamiento del ébola, pero no hay que olvidar que hasta que este recibe la pertinente autorización de las autoridades transcurre un tiempo. Ahí está el caso del famoso Yondelis de Zeltia", recuerdan.
Pero más allá de estas cotizadas también hay otra que está sufriendo de lo lindo en el parqué de la 'City' londinense: la compañía minera británica London Mining, cuyas acciones se desplomaron ayer miércoles todavía más (77,4%) ante la imposibilidad de conseguir la financiación que necesita por el avance del brote de ébola en Sierra Leona donde está presente.
En un comunicado, el consejo de administración reconoce que el capital de la compañía y otros valores en cotización del grupo tendrán "poco o ningún valor" según las opciones propuestas en sus negociaciones que ha mantenido con potenciales inversores y el grupo de banco acreedores.
En concreto, explica que, aunque los acreedores siguen apoyando este proceso, no se prevé que aporten ningún tipo de financiación en el corto plazo, que procedería de un inversor estratégico si las conversaciones tienen éxito. "No hay certeza sobre la probabilidad o el calendario de esta inversión", admite.
"TENSIÓN FINANCIERA"
La compañía explica que con el precio del mineral del hierro en sus niveles más bajos desde 2009, sus operaciones en Marampa (Sierra Leona) sufre una "considerable tensión financiera", a la que se ha añadido el brote de ébola en el país.
"El estallido del brote del ébola en Sierra Leona ha introducido desafíos significativos tanto en el proceso estratégico de inversión que la empresa comenzó en mayo, como en el comportamiento operativo del negocio, donde su equipo en Sierra Leona continúa mostrando un compromiso ejemplar en estas circunstancias", subraya.
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