VALENCIA. Si eres padre o madre, la música es tu aliada. El clásico de "la música amansa a las fieras" revisitado en los tiempos en los que una canción, como el clásico griego de Orfeo y Eurídice, puede ablandar un corazón (infantil) que permita, por un instante, salir del inframundo y disfrutar de la paz. La canción pacificadora puede ser igual el "Let it be" de los Beatles que el "Get lucky" de Daft Punk o el "Blurred lines" de Robin Thicke; en el peor de los casos, lo más probable es que sea alguna de Cantajuego o Los Lunnis. El regreso al inframundo está siempre a la vuelta de la esquina, pero hay alternativas.
Además de amansar los corazones salvajes, y de ser un pilar educativo desde los tiempos de Platón ("yo enseñaría a los niños música, física y filosofía, pero sobre todo música porque en sus patrones y en los de las artes están las claves del aprendizaje"), la música es un elemento beneficioso para el desarrollo humano en sus estadios iniciales. A pesar de que el Efecto Mozart -el estudio que publicaba Nature en 1993 sobre los efectos positivos en el razonamiento espacio-temporal de 36 estudiantes que escuchaban la sonata para dos pianos en re mayor- tiene tantos detractores (o más) como defensores, numerosos estudios revelan la importancia de la música en edades tempranas. La relación causal entre la música y el razonamiento espacial (Rauscher et al. 1993, 1997), la equiparación de la inteligencia musical a la lógica, la lingüística o la matemática (Howard Gardner, 1983), o la relación entre el entrenamiento musical y el desarrollo lingüístico (Anvari et al., 2002) y la memoria verbal (A. S. Chan, Y. Ho, & M. Cheung, 1998) son algunos de los hitos estudiados que hablan de la relevancia de la música en las etapas iniciales del ser humano.
CANTAJUEGO Y LOS LUNNIS: LOS GRANDES HITS DE SIEMPRE
Y, si la música es tan influyente en nuestra descendencia, ¿por qué abandonarla a las mismas propuestas de siempre? "En muchas ocasiones, cuando a los responsables de entidades culturales se les ocurre organizar un concierto para niños, suelen coincidir en la misma idea feliz: "hagamos ‘Pedro y el lobo' y ‘La sinfonía de los juguetes'". A esto se le llama éxito a cualquier precio". Así se pronunciaba el músico y pedagogo, Fernando Palacios, en su programa ‘El oído atento' de Radio Clásica en RNE. Durante un capítulo de su espacio dedicado a los conciertos infantiles a principios de año (‘¿Todos los conciertos para niños son un éxito?'), Palacios hablaba del debate de ofrecer lo que pide el público o proponer alternativas, y concluía que "no se debe ofrecer a los niños precisamente lo que les gusta, sino aquello que, sin ellos saberlo, necesitan y que difícilmente pueden llegar a conocer en los medios en los que se desenvuelven".
Aceptado esto, ¿dónde queda la locomotora de la industria del entretenimiento musical infantil en esta ecuación? Todo se aclara con un dato: CantaJuego inició en agosto del año pasado su particular Never Ending Tour, a lo Bob Dylan, y aún tiene pendientes 22 fechas hasta el 3 de enero en Santiago; con dos citas consecutivas en Madrid. El Palau de les Arts de Valencia acogerá el 22 de noviembre al Grupo EnCanto, responsable del espectáculo, que representará "los grandes hits de siempre y también muchas nuevas canciones de su DVD estrella para el año 2014" (como indican en su web). Los precios oscilan entre los 22 y los 30 euros.
Y no sólo CantaJuego explota esta ya tradicional vertiente de los conciertos infantiles. Sin ir más lejos, Juan ‘D' y Beatriz ha vendido todo el papel los días 4 y 5 de octubre en el Teatre El Musical de Valencia; el dúo, asiduo del canal infantil Clan TV, presentará su espectáculo junto a los también televisivos Lunnis (‘El cohete musical'). Esto entronca directamente con la reflexión de Fernando Palacios en su espacio, en el que hablaba de lo "acrítico" del mundo de los espectáculos infantiles: "debe ofrecerse calidad, auténtica cultura y educación allí donde escasea; lo espectacular, lo de todos los días, no debiera entrar en este campo de acción". Pero sí entra, y de tal manera que, por ejemplo, el hecho de que el musical de Violetta, la telenovela argentina de Disney Channel, no pase por Valencia genera drama social con vídeos de dudosa elaboración en YouTube reclamando su visita y peticiones en la plataforma Change.org.
ALTERNATIVAS CHILD-FRIENDLY
Por fortuna, en Valencia no toda la oferta de música en directo para niños queda en manos del lobby del entretenimiento infantil. Hay vida más allá del clasicismo institucional del Palau de la Música, que en su programa infantil 2013-14 (el llamado ‘El Palau dels xiquets' para niños de 0 a 16 años) recogía interpretaciones entre las que destacaba la mencionada ‘Pedro y el lobo' de Prokófiev. Una de esas propuestas al margen de lo establecido la llevan a cabo hace más de 15 años desde el colectivo Sedajazz. Esta agrupación de músicos independientes fundada en 1991 tiene entre su catálogo un proyecto en el que, bajo el título de ‘Jazzeando con bebés', ofrece un concierto interactivo para menores de 4 años en el que músicos con experiencia docente acercan a los niños a estilos con tan poco o nulo eco mediático como el jazz, el swing o la bossa nova.
Lejos de los canales habituales también se encuentran grupos como La POP (Petita Orquestra Peiotaire), Vol de Núvol o Marcel El Marcià. Todos ellos han pasado por el ‘Sona Baixet', el festival musicoteatral itinerante de LaCasaCalba que se desarrolla a través de la revisión de la música popular contemporánea. El hilo invisible de las alternativas infantiles pasa inevitablemente por Ruzafa, un barrio abiertamente child-friendly que cuenta con lugares como nANUFACTURE o Canguro Verde, y proyectos como Ruzafa Loves Kids que, durante unos días, toma ciertos locales del barrio para ponerlos a disposición de los seres humanos más pequeños; su nueva edición está prevista del 5 al 8 de diciembre y, aunque el programa de actividades aún no está publicado en su web, el año pasado ya hubo conciertos como los de Harmony & Dave en Dulce de Leche, Project Gospel-Sol en Ubik Café o los clásicos al piano para niños del Café Berlín.
LA TERCERA VÍA INFANTIL: SALAS Y FESTIVALES
Aunque la mejor noticia para la música en directo para niños y, de rebote, la mejor noticia para sus padres, es tanto la normalización de las versiones infantiles o para todos los públicos de algunos festivales, como la apuesta seria de algunas salas de la ciudad por los conciertos matinales. Entre los primeros, y en la línea de propuestas como el SonarKids (la versión infantil del Sónar de Barcelona), destacan algunos esquejes humildes como el Delestekids; como ya hicieron con anterioridad, la nueva edición del Deleste Festival reservará la jornada matinal del sábado 25 de octubre para abrir de forma gratuita las puertas de la Rambleta (donde aún existe la multidisciplinar Nanorambleta) y ofrecer los conciertos de Me and The Bees y Red Buffalo, además de actividades para los más pequeños. Entre los segundos destaca la programación matinal de la mítica sala El Loco de Valencia; sin ir más lejos, Stoneds, The Rubinoos, Cooper y The Blisters actuarán durante este mes en conciertos para todos los públicos.
Fuera de los límites de Valencia, pero aún en la Comunitat, germinan más semillas de la alternativa infantil. El SunGarden es una versión reducida del Rototom, festival de reggae de Benicàssim, con 8 días de actividades para todos los públicos en la zona de acampada del festival. En la misma población tiene lugar el Formigues Festival, "un evento 100% infantil", según cuentan los organizadores; tras el éxito de asistencia de su primera edición (más de 4.000 personas), repetirá los días 4 y 5 de octubre con conciertos (Candela y Los Supremos, Scuraplats, Sedajazz Kids Band, DJ Niño), teatro y talleres musicales. Y en Castellón se celebró en mayo el The Mamas & The Papas, una jornada de conciertos para toda la familia con grupos que, como Noesruido, redirigen su experiencia como músicos (deBigote, Los Reactivos) y técnicos de sonido hacia espectáculos para todos los públicos. Algo parecido tenían previsto los creadores del Happy Weekend de Morella, con conciertos de grupos como Dwomo, pero se vieron obligados a suspender su ‘family event' en agosto.
Son proyectos que en Valencia y la Comunitat, como sucede en otros puntos del país como Madrid (Malakids) o el País Vasco (Txikimusika), acercan la música a los niños de una forma diferente a la habitual. De la forma en la que la disfrutan sus padres en directo, y bajo el paraguas de la tercera vía, sin trucos vacuos ni muñecos o canciones instaladas en la televisión, sin el componente conservador. Sin el cómodo todo vale infantil. Proyectos valientes y platónicos en el más polisémico sentido de la palabra.
Hola, Andreu. La POP (Petita Orquestra Peiotaire), Vol de Núvol i Marcel El Marcià canten en valencià. D'altra banda, ací es parlava d'alternatives, no es pretenia fer una guia de totes ni molt menys. Ho lamente si no vas trobar la que a tu t'agradava. Gràcies pel teu comentari.
Ahir mateix, a Vivers ho va tornar a fer. Fa una setmana a Benimaclet, va deixar la lluerna sense entrades. Es diu Dani Miquel i allò on va, ho peta. Però clar, com canta en valencià, no existeix com a oferta musical. Valencia Plaza o Madrid Plaza?
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