VALENCIA. El ascenso del dúo compuesto por Alejandro Costa y Cristina Manjón (Nita) se ha producido, precisamente, en un contexto de fuerte contracción para el sector. Condicionados por la piratería, lastrados por el IVA cultural al 21% (especialmente en los ingresos que se derivan de sus numerosos directos), Acosta enfoca cuáles han sido las claves para que -al fin- una propuesta musical surgida en España consiga cumplir el sueño de la internacionalización.
-Conciertos en Londres, París, Amsterdam o Berlín, pero también Argel, Maputo, La Habana, Pekín o Austin. ¿Qué habéis hecho para dar este salto en mitad de un erial de posibilidades?
-Aunque lo haya vivido, soy el primer sorprendido. Todo ha ido muy rápido y aún así no tengo la sensación de que haya sido un boom porque no han dejado de suceder pequeñas cosas que han derivado en otras más grandes.
-Pero si ha sido tan rápido, ¿qué elementos de partida han apoyado semejante suma de públicos?
-Quizá esa mezcla de estilos que está en la base de Fuel Fandango ha ayudado a llamar la atención o quizá que no haya tantas bandas que tomen ese riesgo o tengan esa inquietud. Lo único que aprecio es mucho trabajo a la hora de hacer conciertos.
-Hasta llenar escenarios como La Riviera en Madrid hay un camino que parte de la autoedición. ¿Os reconocéis como uno de los casos de éxito más destacados por esta vía cada vez más habitual para los músicos?
-Cuando estaba en Mojo Project no era tan habitual, pero con Fuel Fandango tuvimos que partir de cero y montamos un sello nosotros mismos. En este trayecto lo que tenemos claro es que de no ser por Internet, la web, nuestras redes sociales y el boca a boca, no habríamos llegado a ningún sitio. Obviamente, todo esto deriva en poder trabajar más adelante con una empresa de booking, ser acogido por una discográfica...
-Esa es la clave: ganar tiempo para el trabajo como artistas una vez que ya habéis demostrado que el producto funciona.
-Es complicado y a la vez gratificante. Todo parte de creer en tu proyecto, trabajar en el poniendo toda la carne en el asador y dejar que el resto llegue. Al principio, el tiempo de descanso con respecto a las cuestiones extramusicales del grupo era únciamente mientras estabas tocando. Afortunadamente, han ido llegando los socios, profesionales de cada una de las parcelas.
-Hablamos de la tocar y de la virtud de los directos en vuestro caso como ariete ante el público. ¿Ha influido el propio sonido del directo en Trece Lunas?
-Es que el sonido de la banda se generó con los conciertos. Nita había estado en proyectos que se curtían a base de hacer bolos y desarrollamos la idea del grupo a partir de esta premisa, perfilando los temas en los conciertos. Desde el principio, es como más cómodos nos hemos encontrado y es el directo un poco el que estira de nuestro sonido.
-Un sonido que ha logrado internacionalizarse. ¿El movimiento generado fuera de España sigue en aumento?
-Desde el minuto cero hemos tocado mucho fuera, pero con Trece Lunas todavía lo hemos hecho más. Lo más sorprendente ha sido girar por toda Europa recientemente con una gira de salas, yendo a taquilla, y que salga bien económicamente. Por otro lado, durante los últimos meses sí se han mejorado las relaciones con los promotores de zona que nos mueven tanto en Europa como en Asia.
-Y, sin embargo, sin haber pasado por Latinoamerica.
No, pero tenemos ganas y alguna posibilidad.
-¿Alguna alegría reciente en esta serie de bolos lejos de España, algún público o recepción que os haya sorprendido?
-Especialmente en Alemania, en ciudades donde hemos actuado en festivales y en salas, como en el caso de Hannover.
-Internacionales también son muchas de vuestras referencias más citadas, como las de Moloko, Bon Iver o Chet Faker.¿Os gusta más miraros hacia fuera?
-No es una cuestión de fronteras, porque en España hay proyectos buenísimos. A mí, como productor, este ámbito es el que más me atrae y por eso nos hemos fijado en producciones como las que citas u otras, como Florence + the Machine.
-De hecho compartís productor, Duncan Mills. Como productor, ¿qué ha sido lo que más te ha sorprendido de él?
-Supongo que ese sentido ingles de trabajar de una forma muy cuadriculada, muy responsable también. Son maniáticos en ese sentido, a la hora de trabajar 24 horas si hace falta para cumplir con un plazo de entrega... ¡eso les diferencia de nosotros! Aquí no es que nos lo tomemos a la ligera, pero tenemos ciertas libertades que son positivas en otros sentidos.
-Dentro de vuestra creación, Trece Lunas ha marcado una línea rockera importante en vuestro sonido. ¿Os apetece seguir por ahí?
-Yo tengo una vena rockera de siempre y en directo siempre lo hemos sido. Ahora creo que estamos virando más hacia la electrónica, pero una de las virtudes de Fuel Fandango es cruzarnos de un estilo a otro. Ahora estamos escuchando muchas cosas de música de baile, pero no podría asegurar que eso vaya a influenciar el proceso del tercer álbum.
Acosta añade que, una vez terminada la gira antes de las próximas Navidades, el dúo empezará a trabajar en ese tercer elepé.
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