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REVISTAS EN LA ENCRUCIJADA

La música también se
escucha en el papel

CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA. 27/09/2014 Los medios especializados afrontan nuevos retos ante un panorama difícil

VALENCIA. Posiblemente haya toda una generación irremediablemente perdida para su causa, pero el olor y el tacto del papel aún son un fiel recordatorio de lo que éste ha supuesto para la transmisión de ideas, conocimiento y cultura. Cuando los píxeles, los PCs, las tablets, los dispositivos móviles y los ebooks parecen haberse convertido ya en insustituibles apéndices de nuestras extremidades, parece casi un acto de anacrónica rebeldía reivindicar el rol de la prensa escrita (e impresa). No digamos ya si hablamos de música pop y rock, el sempiterno paria de la información cultural (que es, a su vez, el paria de la información general), en un país tan poco propenso al cultivo del intelecto como es el nuestro.

Rockdelux, Ruta 66, Mondosonoro, Efe Eme, Rolling Stone o Popular 1 son algunas de las principales cabeceras de ámbito estatal que aún pueden (con alguna salvedad) encontrarse en los kioscos, y su nombre resultará, sin duda, más que familiar para cualquier melómano con ciertas inquietudes, que se haya educado musicalmente con la lectura de sus páginas. Casi todas están pasando por dificultades, capeando el  temporal (el provocado por la crisis económica, la irrupción de los formatos digitales y esa tan extendida y nociva idea de la gratuidad en el acceso a cualquier bien cultural) como sus recursos les permiten. Pero algunas de ellas están de plena celebración, y no es un dato nimio en los tiempos que corren: Rockdelux cumple 30 años, Mondosonoro celebra los 20 y Ruta 66 está a punto también de festejar tres décadas.

Situadas en una encrucijada en la que la conmemoración y la mera supervivencia representan los dos extremos de tan contradictoria balanza, parece este un buen momento para tomar el pulso a un puñado de revistas que han supuesto una inagotable fuente de conocimiento para varias generaciones de lectores, que se han instruido y formado con ellas. Su eventual desaparición (crucemos los dedos) supondría un auténtico socavón en el hilo conductor de la cultura musical en este país, por lo que han significado y por lo que aún significan. Toda una forma de entender la vida a través de una de las fuerzas motrices con mayor capacidad de cohesión que nos legó la cultura del pasado siglo, generadora de una pasión que raya en lo febril: la música pop.

"Creo que hemos aportado un estilo personal de acercarse a la música, más desde las sensaciones o las emociones que desde la técnica. Un estilo literario mezclado con periodístico, que ha supuesto una influencia", nos comenta Santi Carrilllo, director de la barcelonesa Rockdelux desde su concepción, hace ya 30 años. "Una vez Loquillo dijo que éramos como una escuela de periodismo musical, y sí que creo que hemos creado una cierta escuela de la que muchos periodistas han mamado". Rockdelux, revista de referencia (con sus defensores y detractores) que siempre ha tratado de mantener un cierto equilibrio entre los gustos mayoritarios y los de vanguardia, es célebre también por su propensión a las listas, esos enormes desgloses numéricos de álbumes insignes que despachan en números especiales. El de noviembre, con sus mejores 300 discos de los últimos 30 años, será el próximo, para celebrar su 30 aniversario.

También radicada en Barcelona, Ruta 66 (surgida también de las cenizas de Rock Espezial, como Rockdelux) se apresta a soplar sus treinta velas, aunque aún no tienen claro si van "a hacer alguna fiesta o celebración del aniversario, aunque lo más probable es que sea en forma de concierto porque no somos tan modernos para montar una fiesta VIP con photo-call", tal y como nos comenta su director, Jorge Ortega, al tiempo que sentencia con orgullo el legado de "la marca Ruta 66, que ha dado mucho de sí y -sin querer sonar pretencioso-afirmo que ha sido como una escuela y en la que además aprovecho para reivindicar a las nuevas generaciones de colaboradores que se nos han incorporado en los últimos años, y que no lo tienen nada fácil para gozar de los 5 minutos mínimos de gloria". Promete un número de aniversario que "será un especial con mucha memorabilia", uno de los principales activos de una publicación aferrada a un concepto tradicionalista del rock, con mirada historicista.

La valenciana Efe Eme, por su parte, constituye una rara avis. Por valenciana, en primer lugar, y por el guadianesco trayecto que ha sufrido desde que irrumpiese en los kioscos en 1998. En 2007, debido a su dificultosa viabilidad, tuvo que recluirse en el formato digital. Siete años después, vuelve al papel (sin abandonar la web), pero lo hace de forma peculiar, con una entrega trimestral (la serie Cuadernos Efe Eme) que se concreta, en puridad, en un libro de más de 200 páginas que solo se puede adquirir a demanda a través de su web, que oferta contenidos en profundidad y con perspectiva histórica, y que constituye la excusa para incluirlos en este recuento de cabeceras señeras en papel.

Su director, Juan Puchades, detalla cuál era el objetivo inicial, hace más de quince años: "vimos que había músicas que no se cubrían desde la prensa especializada, esencialmente el pop y el rock español y latinoamericano y el rock clásico internacional, y desde ahí podíamos acercarnos también a músicas de países de la Europa continental que eran ignorados por esa prensa, aunque hoy dudo de todo porque en la red más que lectores tenemos visitantes, que no es lo mismo", comenta. En su caso, también hay un reconocimiento de "una generación de periodistas que se ha educado leyendo Efe Eme", aunque su descubrimiento haya llegado "de la mano de las redes sociales".

INTERNET: ¿ALIADO O ENEMIGO?

El tema de los seguidores por redes sociales y por sus páginas web y su más que improbable correspondencia con los lectores reales es uno de los nudos gordianos de la supervivencia de las revistas. Y casi todas las fuentes consultadas coinciden en lo mismo. ¿Hablamos también de públicos distintos, el que se engancha a ciertos contenidos que oferta la revista en digital y el que se empapa del papel? Santi Carrillo (Rockdelux) afirma que "si nuestros 40.000 seguidores de twitter se comprasen la revista no tendríamos ningún problema y viviríamos en la gloria, pero no es así, en gran medida porque ahora la gente está acostumbrada a tenerlo todo gratis y a que les generes información sin tener nada a cambio". Y pone ejemplo a sus palabras con el hecho de que "la gente se queja de lo caros que son los discos, pero la serie media de casi todos los músicos con los que te puedes hacer una discoteca básica, como Lou Reed, Springsteen, Led Zeppelin, Bowie, The Who o The Smiths están a 6'99 o 5'99 euros".

Rockdelux siempre ha apostado por una web centrada en contenidos alternativos a los de la revista, que no sea un mero reflejo de lo que expresa en su tradicional versión en papel: "nuestra web es muy paradójica, porque no queremos hacernos la competencia a nosotros mismos, y eso hace que seamos muy reacios-y por eso somos muy impopulares en este ámbito-a determinadas prácticas, porque no acostumbramos a seguir esa rueda, que lleva a la perdición: a trabajar más cobrando menos".

Iñaki de la Torre

De una opinión similar es Iñaki De La Torre, director desde hace solo un par de meses del mensual Rolling Stone, versión hispana de la veterana publicación norteamericana, que edita el grupo PRISA desde 1999: "el papel es un objeto de lujo, con el que no importa estar un cuarto de hora leyendo el mismo artículo, algo que sí resulta más complicado en un PC, por eso en la web el abanico de temas es mayor, y por eso creo que tenemos públicos diferentes para el papel y para la web, aunque no creo que la diferencia sea necesariamente una cuestión de edad".

El caso de la edición española de Rolling Stone es singular respecto al resto, ya que su pertenencia a un gran grupo de comunicación parapeta a la publicación ante los perturbadores vaivenes del mercado. Al menos eso es lo que piensa De La Torre cuando le consultamos sobre este punto: "siempre supone una cierta garantía porque tienes más apoyo en cuanto al acceso a paquetes de publicidad con revistas afines, más apoyo editorial por parte del resto de publicaciones del grupo, que se van a hacer eco de cualquier cosa importante que saques, y el know how de la empresa en temas de página web, que también es importante". Aunque no por ello piensa que la simbiosis entre la edición en papel y la digital haya sido más fluida que en otros medios: "al fin y al cabo, en año 99, todos estábamos en bragas respecto a la prensa en internet, ninguno de nosotros  hemos sido nativos digitales".

Jorge Ortega (Ruta 66) asume que "Internet ha mermado el interés de los jóvenes por leer (o más bien, por pagar) sobre música en formato papel, pero eso no deja de alentarnos a descubrir a chavales que conocen y siguen la revista con una mezcla de admiración y sorpresa como cuando nosotros éramos adolescentes, aunque no creo que haya edad definida: dentro de este mundo tan interconectado creo que hay espacio para la singularidad y encontramos de todo".

Joan S. Luna

Tres cuartos de lo mismo opina Joan S. Luna, redactor jefe de la revista mensual Mondosonoro, también editada desde Barcelona, que tiene la particularidad de ser gratuita. Este año cumple sus dos primeras décadas de vida, algo en lo que sus responsables nunca llegaron a pensar, ya que el trayecto de la revista comenzó "con un estilo muy fanzinero y con la intención de mejorar poco a poco, pero nos vimos inmersos en una época, la mitad de los 90, que es cuando la gente empieza a espabilarse en aventuras propias y a meterse en iniciativas de esta clase, y eso supuso un gran impulso".

Desde Mondosonoro también reconocen que el lector de la web y el lector en papel no responden al mismo perfil, asumiendo que es el público más joven el más activo en Internet. Su gratuidad les pone en cierto modo más a resguardo del embate de la crisis de la prensa, aunque Luna se afana en desmentir el estereotipo de que ese factor les genere una mayor dependencia de la publicidad: "mucha gente piensa que tenemos mayor dependencia de los anunciantes, por el hecho de ser gratuita, pero te puedo asegurar que esa supuesta dependencia no es mayor que en las revistas de pago, ya que tenemos una base de anunciantes muy consolidada-en la que no se notan tanto las bajas-y, a diferencia de lo que nos pasaba en nuestros inicios, la mayoría son festivales y no discográficas, con lo que no te pueden tratar de condicionar tanto como lo hacían aquellas. Tener tantos anunciantes nos ha dado libertad".

Las premisas desde las que opera Mondosonoro posiblemente faciliten el acceso a un público más amplio que el resto de cabeceras consultadas, ya que con frecuencia se la asocia (y no siempre de forma benévola) con el modelo del británico New Musical Express, que en los últimos tiempos ha ido virando hacia los sectores de público más joven. "Escuchamos la música fuera de elitismos y fuera de pretensiones, si buscarle una salida intelectual a lo que estamos haciendo", argumenta Joan S. Luna, blandiendo una apertura de miras que seguramente explique la buena acogida en nuestro país de bandas como Crystal Fighters, a la que ellos apoyaron sin reservas y de forma preponderante desde un principio. En todo caso, sobre la posible duplicidad de perfiles que ha traído consigo la era digital, asume que "existe una marcada caracterización del público de la web, por un lado, y el de la revista en papel por otro".

Juan Puchades (Efe Eme), por su parte, asume que "hay una generación (y lo digo generalizando, valga el retruécano) que le da poco valor a los objetos materiales, por lo menos a los que tiene a su alcance en la red. Los hábitos de consumo han cambiado, eso es todo".

Juan Puchades

DIFERENTES RECETAS

La clave de la supervivencia, al margen de la obviedad que supone dedicar el mejor de los empeños a una actividad tan escasamente crematística como es el periodismo musical, en el que la pasión desbordante de sus practicantes contrasta con la exigua remuneración económica que comporta, quizá resida en renovar el producto sin perder la esencia.

Ruta 66, por ejemplo, presume de tener uno de los públicos más fieles, quizá también como consecuencia de ser una publicación muy poco sujeta a las modas. Sobre esto último, Jorge Ortega nos dice que no cree "que sea necesario decir que en el Ruta no encontrarás páginas de moda juvenil", y esgrime que "una revista que vive 30 años es porque tiene lectores, algunos enfermizamente fieles a la causa y otros que se lo toman con más calma, y en ese sentido Internet no nos ha afectado en lo relativo a ventas aunque es posible que nos haya ralentizado la adhesión de nuevos lectores". Su receta para sobrevivir en los tiempos que corren, en los que la revista lleva ya unos cuantos años publicando en color (fue durante años emblema del blanco y negro), consiste en "combinar tradición con grupos actuales, y tener siempre claro que hay grandes bandas ahí fuera a descubrir, con las que seguimos ilusionándonos".

Cuadernos Efe Eme, la nueva aventura editorial de la cabecera que dirige Juan Puchades, afronta su recién estrenado porvenir con la ilusión propia de quien se reencuentra, si bien con un formato distinto, con el papel. Al respecto, Puchades se muestra esperanzado porque "la acogida, entendiendo que es un proyecto de vocación minoritaria y para un lector predispuesto, está siendo excelente".

Mondosonoro apuesta por continuar en la misma línea, aprovechando su 20 aniversario para echar la vista atrás con satisfacción: "nos acusan de apoyar determinados hypes, pero si uno se remonta a 1994 y se pregunta qué ha pasado, y repasa nuestras portadas, comprobará que en ellas está recogido todo lo que ha ocurrido en todos estos años", esgrime Joan S. Luna, argumentando el hilo narrativo que puede ostentar el trayecto de la revista para  explicar las últimas dos décadas: "desde el boom del crossover y el hardcore melódico, el rock alternativo guitarrero, la fiebre de la electrónica para rockeros de Prodigy o Chemical Brothers hasta el salto en popularidad de las últimas bandas de indie en castellano, pasando por el auge de las bandas del sello DFA: creo que hemos ido reflejando fielmente lo que pasaba".

Santi Carrillo también reconoce que la situación de la prensa musical escrita, en general, es "muy difícil, porque las ventas bajan, la publicidad baja, y eso no puede dejar de afectar a la prensa musical, y más en un país que no es especialmente musical ni cultural y el púbSanti Carrillolico que se mueve en estos circuitos no es precisamente mayoritario". No obstante, Rockdelux "intenta buscar un terreno intermedio que contente a los lectores pero también a nosotros", y está dándole mayor relevancia en sus contenidos a lo que Carrillo califica como "micro informes", especialmente presentes desde que comprobaron que "el número dedicado a Lou Reed justo después de su muerte vendió más de lo habitual".

Algo que les ha llevado a repetir la fórmula "con Nirvana, por el aniversario de la muerte de Cobain, con Damon Albarn, con quien hemos hecho algo parecido y que repetiremos con Morrissey en octubre, con entrevista exclusiva, despiece de discos y un cuestionario con músicos españoles hablando sobre él". Su propósito es firme, claro: "intentamos mantener la revista en los kioscos hasta que sea posible, porque hasta los kioscos van desapareciendo, al menos aquí en Barcelona, donde parece que el final solo van a quedar en pie los de las Ramblas".

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1 comentario

Paco Sexmero escribió
08/10/2014 12:55

Es una pena pero es otro daño colateral de los tiempos en que vivimos. Yo sigo comprando revistas en el kiosko , no todos los meses pero casi. De todas maneras nunca se han vendido muchas revistas de música en este país del mismo modo que no se vendían discos. Spain is diferent.

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