VALENCIA. No somos ni Madrid ni Barcelona. No tenemos por qué ser el hermano pequeño de nadie. No tenemos porque aspirar a ser como nadie. La presentación de José Miguel G. Cortés como nuevo director del IVAM fue una reivindicación del sentido común, de lo obvio, de descubrir, en la práctica, el Mediterráneo.
La alocución de G. Cortés fue clara y concreta. En su primera presentación pública formal, el responsable del instituto avanzó su intención de abrir el centro a la sociedad, a los colectivos, y anunció su firme intención de crear algo especial, "hacer que la ciudad se sienta orgullosa del IVAM", dijo.
El que fuera director del Espai d'Art Contemporani de Castelló, quien pidió los 100 días de gracia ("de aquí a 100 días hablaremos") sí avanzó que se habían acabado los viajes al extranjero, "el papanatismo cultural" y la xenofilia. "Está bien conocer gente de fuera, difundirles, pero hay que valorar igual a lo local", comentó.
"Aprovechemos que somos mediterráneos", dijo, y adelantó su intención de apoyarse en ciudades similares a Valencia, entre las cuales citó expresamente a Nápoles, Marsella y Argel. Hizo también menciones indirectas a las exposiciones en China, los viajes al extranjero tan queridos por Consuelo Císcar. Son cosas del pasado. Son historia.
No es la única ruptura con la herencia recibida. De manera explícita y gráfica anunció un cambio de tendencia en el que el centro valenciano apostará por la seriedad y el trabajo riguroso. "Se ha acabado el això ho pague jo!", dijo. Se han acabado pues las exposiciones creadas sólo a base de talonario y se inicia una época de austeridad, que no está reñida con la creatividad ni la experimentación.
Sobre las exposiciones temporales anunció que habrá "menos pero mejor trabajadas", porque "no se trata de rellenar en una carrera frenética a ver si conseguimos salir en el Guinness; vamos a sustituir ese proceso por uno de estudio y análisis, para que cada exposición sea única".
Su intención es crear un programa de actividades culturales, que recuperen el sentido de instituto que da nombre al IVAM, con seminarios y talleres de todo tipo, en el que los creadores tengan un gran protagonismo. "Se acabaron los coffee tables", dijo. Pero no será una tabula rasa. De hecho avanzó que se respetará la programación heredada, "todas las exposiciones", siempre y cuando "no rompan el presupuesto".
En su intervención, en el salón de actos, con todo su equipo en las primeras filas, y todos los conservadores escuchando atentamente, G. Cortés presumió y alabó tanto a la colección permanente como la valía profesional de los trabajadores del museo. Así, señaló que "nunca la colección ha estado permanentemente exhibida" y apuntó que ése sería uno de sus objetivos: difundirla de manera ordenada.
Pero sobre todo, G. Cortés apuntó que su intención era mirar al futuro, no al pasado. Con espíritu crítico. "El director es el primero en equivocarse", avanzó. Y con un objetivo en mente: ganarse a las nuevas generaciones, los nuevos públicos. El IVAM, dijo, debe "explosionar de cara al exterior" aumentando su presencia en redes sociales para darse a conocer. "Hay que abrir las puertas y las ventanas para que entre el aire fresco y tenemos una oportunidad de oro con la revolución tecnológica. No se trata de hacer populismo barato, sino de no perder el tren", sentenció.
No conozco a este tío, ni conozco su trayectoria profesional, pero ya me cae bien por lo que dice y cómo lo dice. Suerte al IVAM. Ojalá se convierta en eso que dice.
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