Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Heródoto, el clásico que nos enseñó a entender al otro
• Nolan, interesado en un remake ‘humano' de Akira
• Las óperas de Palermo y Montecarlo se suman al festival del Mediterráneo

VALENCIA. En 1983 Freddie Mercury era la voz, rostro y actitud poderosa de Queen. La banda británica estaba llamada a arrasar con las listas de éxitos, en su esplendor oneroso de los 80, y por aquel entonces el jovencito y a la vez curtido Michael Jackson todavía no había mostrado todo su potencial como músico, compositor e imagen de marca.

Con Thriller coleando desde 1982, al parecer Mercury quiso compartir con el ex miembro de Jackson 5 unas horas en la mansión del estadounidense. Allí, grabaron hasta tres canciones que durante décadas han dado mucho que hablar. De hecho, fragmentos troceados de aquellas cintas que se guardaron en la mansión durante años, han ido haciendo su aparición por YouTube y otros sitemas de reproducción.

Sin embargo, es ahora que los dos han fallecido cuando una de ellas, ‘There Must Be More', sale a la luz tal y como fue grabada:

Lo cierto es que los dos astros del pop y el rock de los 80 fueron ‘empujados' por managers y diferentes interesados a grabar un disco juntos. Cuando pudieron hacerlo, en tan solo seis horas, recogieron tomas de voz sobre bases no definitivamente elaboradas y grabaron tres canciones. Estaba previsto, según ha circulado durante años, que aquella unión derivara en un LP, pero las excentricidades de Jackson, presentes desde siempre en su conducta atormentada, hicieron insostenible la creación.

Según se ha publicado a colación de esta ‘revelación' musical, Jackson quiso que su mascota preferida de aquel momento en el rancho, una llama, entrara en el estudio. Mercury empezó a no entender nada y se las ingenió para abandonar la casa y un proyecto al que no regresaría jamás.