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'DISEÑO PARA EL PENSAMIENTO'

Diseño: de Valencia al resto del mundo

XAVI CALVO. 22/09/2014 Una decena de diseñadores formados en Valencia y ahora establecidos en el extranjero cuentan sus experiencias profesionales.

VALENCIA. No es extraño ver o leer en medios (cada vez más generales) que empresas valencianas relacionadas con el diseño gozan de buena fama en el extranjero. Casos de éxito que traspasan fronteras como los de Gandia Blasco, Actiu o Viccarbe en la industria del mueble o TomásLlavador, Ramón Esteve, y CuldeSac en la ingeniería, arquitectura y diseño respectivamente. Y es que la Comunidad Valenciana tiene solera en esto de la creatividad, cuna tanto de una industria dependiente del diseño para su competitividad como de buenos diseñadores.

La exposición 'From Valencia with Design' llevada a cabo por la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana en colaboración con el centro Las Naves fue buena muestra de la internacionalización del diseño valenciano, con más de un centenar de piezas de gráfico o de producto diseñadas desde la Comunidad Valenciana para compañías extranjeras. Piezas que a su vez contaban las cien historias de cómo un diseñador desde Valencia producía para fuera de España. 

Y es esta creatividad valenciana la que, por unos u otros motivos, más estamos exportando ahora al extranjero y no sólo mediante la exportación de empresas de aquí, sino también a través de diseñadores que bien como freelance o como empleados de grandes empresas extranjeras están desarrollando ahora mismo sus carreras profesionales fuera de España. Los valencianos tenemos cierta magia que queda reflejada en los oficios más creativos, y estos diseñadores están esparciendo esta magia por el mundo.

Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, China o Australia son algunos de los destinos que las últimas generaciones de diseñadores formados en Valencia han tomado para iniciar o continuar su labor profesional y si bien la fórmula hace unos años era la de valencianos que se formaban fuera para luego volver a Valencia (exitosos Pepe García y Alberto Martínez de CuldeSac, Héctor Serrano o Inma Bermúdez), las condiciones actuales en España parecen ser uno de los determinantes para que esta ecuación haya cambiado.

Con el fin de obtener una visión global y contrastada del modo de entender el diseño en algunas ciudades del extranjero, conversamos con trece profesionales para hacer balance de cómo le va a un diseñador que, tras formarse en diseño en Valencia, sale al extranjero a buscar su futuro.

LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS.

Conociendo de sobra la problemática valenciana, intuyo que el problema de reconocer una profesión como el diseño en una ciudad determinada depende de la cultura del diseño que haya en esa región. En primer lugar me lo confirma Paz Martínez desde Londres: "Hay muchas diferencias en el valor del diseño entre España e Inglaterra. Principalmente aquí se entiende y valora de una manera positivamente diferente".

Desde Australia, Pedro Mérida destaca que incluso una especialidad como el diseño de envase "es una profesión totalmente normal y respetada como cualquier otra", pero esta normalidad del diseño no corresponde a una fórmula exportable ya que cada país, o incluso cada ciudad, tiene sus circunstancias: "Para que la fórmula de aquí funcione en España habría que empezar cambiando desde el más nimio detalle, lo cual sería inviable". 

Cuando María Nicolás vuelve de visita a Valencia es lo primero que nota en las calles: "Donde para mí antes todo era normal ahora falta algo, me falta vida por todas partes, se evidencian las carencias que existen en Valencia al no contratar a profesionales del diseño en el ámbito público. En base a mi experiencia pienso que posiblemente los turistas que van a Valencia perciban lo mismo". ¿La solución? "Si se invirtiera más en el diseño a nivel público, mejoraría la cultura del diseño, algo muy necesaio en nuestra sociedad".

Elena Veguillas reconoce que hay muchas diferencias entre Inglaterra y España: "Para empezar hay una tradición de imprenta que no hay en España, y una aceptación del trabajo profesional que nosotros no tenemos. El diseño gráfico se entiende como una profesión".

El temor de Sara de la Mora ante la posibilidad de volver algún día pasa por volver a tener que lidiar con la ingenuidad que hay en España en torno a la profesión del diseño. "¡Te acostumbras pronto a lo bueno! En España necesitamos madurar como sociedad en muchos factores, y en Reino Unido el diseño es un claro reflejo de la importancia que las instituciones públicas y organismos oficiales le dan a su uso para obtener una mejor comunicación". Un dato curioso como nexo entre el mundo empresarial y el diseño en Inglaterra lo aporta Carlos Martín: "Aquí te encuentras a directores de empresas de cualquier sector que tienen perfil de diseñadores". Así, todo es más fácil de entrada hablando el mismo lenguaje como proveedor con tu cliente.

No es muy diferente a lo que cuenta Ana Criado desde California en Estados Unidos: "Aquí nunca he tenido que explicar en qué consiste mi trabajo, si bien esta es una zona dedicada en cuerpo y alma al cine por lo que la gente está bastante familiarizada con todos los ángulos del business".

También destaca que el cliente en Estados Unidos está más concienciado del valor del diseño como herramienta para poder vender su producto y por eso es más confiado para trabajar con un diseñador, pero "le importa lo mismo a un empresario de Oklahoma que a uno de Puertollano: nada, y salvo honrosas excepciones en USA lo ven como un peaje que pagar por poner su producto en el mercado". Ahí se notan también los años de retraso en España en lo que a consumismo respecta, como añade Criado "España está en una batalla que en el extranjero se peleó mucho tiempo atrás".

Un aspecto importante que Ana Criado destaca que debería cambiar en España es el trato entre jefe y empleado. Le gusta de su experiencia californiana "la ausencia de pudor de los jefes que creen que incentiva mucho más destacar lo que haces bien en el trabajo que lo que haces mal. En España resulta inconcebible que un jefe te llame a su despacho para decirte lo contento que está con tu trabajo".

Los miembros del estudio Voltio lo tienen claro: "Aquí en Londres el oficio de diseñador está mucho más consolidado, desde poder escoger ‘diseñador' como oficio en cualquier organismo oficial (cosa que en España no siempre es posible) a hablar con la gente de la calle y que no pongan caras raras cuando les dices a qué te dedicas". 

"El respeto por nuestra profesión forma parte de la evolución como sociedad. Desde el Reino Unido nos hemos dado cuenta de lo destructiva que es la sociedad valenciana con el patrimonio gráfico y tipográfico de la ciudad. Hay un legado gráfico de la ciudad que perdura por las calles".

Sara de la Mora cree que está tremendamente relacionado con el respeto hacia el diseñador que de forma general percibe en el Reino Unido: "Personalmente encuentro reconfortante poder decir a lo que me dedico y que no suene a chino. Aquí está claramente más extendida la cultura del diseño".

Dice Chayto Lleó que "el diseño en China se concibe como algo imprescindible para todo lo que va a producirse, y aunque el diseño no haya entrado en todos los campos, el chino por lo general quiere que todos sus productos estén firmados por un diseñador, como pasa por ejemplo con la moda, pues también en el industrial". En China saben de sus propias carencias en diseño, y Lleó lo justifica así: "No es raro que cuenten con diseñadores europeos, saben que están preparados, pero los exigentes tiempos y plazos de China queman a los diseñadores".

El diseño en Holanda, para David Ortiz, tiene un status a años luz de España. "La sociedad de aquí sabe la función del diseño y no tienes que explicar constantemente de qué se trata, hay conciencia social de que el diseño está en nuestras vidas y eso es porque, en su día, las instituciones gubernamentales apoyaron y confiaron en el diseño y en la labor del diseñador". 

Elena Veguillas no cree que la receta inglesa se pudiese exportar, y lo argumenta: "En el caso de Inglaterra lo que hay es una tradición de democracia de 400 años ininterrumpidos, de derecho de huelga cuando nosotros apenas sabíamos leer, de tasas de alfabetización del 90% a finales del siglo XIX, de una cultura de información y de comunicación, etc". Devastadora comparación que lo dice todo.

Desde Reino Unido, Holanda o Australia, vemos cómo en España hay muchas cosas que deben madurar, ya que no tenemos la tradición de cultura y artes que en otros países, y la que tenemos, nuestros gobernantes la están destruyendo. David Ortiz señala el factor de que "ahora con todo el tema de la austeridad que nos han encasquetado en Europa, esa sensibilidad hacia la cultura y la educación se está viendo perpetrada, y veremos cómo afecta a éstas y al diseño".

EMPEZAR A TRABAJAR LEGALMENTE POR TU CUENTA SIN PALMAR PASTA POR EL CAMINO.

Respecto a la burocracia, según Sara de la Mora, en Inglaterra encontró todos los procesos administrativos más rápidos y fáciles de gestionar: "Se pagan impuestos en función de lo que factures al final del año fiscal, por lo que lo tienes muy fácil para darte de alta y no tienes que pagar una barbaridad cuando estás empezando. En la misma situación en España no habría podido permitirme trabajar como freelance". Como dice Elena Veguillas, "es más sencillo y fomenta la actividad, además las fórmulas son más flexibles trabajando como autónomo y para una empresa y todo se puede pagar online, sin colas y con modelos de formularios cada vez más sencillos". Hasta los aburridos papeleos de la burocracia están mejor diseñados, ¡ay!

Paz Martínez fue durante un año freelance desde Londres, y destaca esa gran ventaja de pagar en relación a la que ganas, sin más, con lo que se fomenta comenzar realmente desde cero. Lo resume Carlos Martín en que la cultura británica deja bastante libertad al emprendedor.

En Sidney Pedro Mérida se dió cuenta de lo diferente que es respecto a España el mundo freelance: "Hay una bolsa de freelancers con diferentes habilidades, desde retoque fotográfico a bocetos para presentar ideas, y una empresa puede contratarlos por semanas, días o incluso por horas a través de agencias de reclutamiento". En Inglaterra, Carlos Martín apunta que también allí hay muchas empresas de recruitment especializadas.

En el polo opuesto de la sencillez administrativa para inmigrantes están los Estados Unidos, y aunque el caso de Ana Criado, como ella cuenta, fue excepcional por cómo su empresa le facilitó las cosas, "casi siempre llegar a los USA supone un mar de burocracia que no siempre termina de la mejor manera, y un desembolso importante de dinero".

Tampoco en China es fácil, como dice Chayto Lleó, "el tema está más complicado y controlado en China, donde el autoempleo siendo extranjero es muy difícil ya que necesitas a un chino para poder trabajar y funcionar en temas fiscales".

Por esto Lleó trabajó con un socio chino para varias empresas, y ahora intenta montar una empresa en España para seguir trabajando en temas creativos, manteniendo el vínculo Asia-Europa como una de sus prioridades.

MORRIÑA DE FAMILIA Y AMIGOS, PERO TAMBIÉN DE PAELLA, HORCHATA Y... MERCADONA.

Todos echan de menos de España, en primer lugar, familia y amigos. Pero la terreta deja huella, y los componentes de Voltio ya empiezan a sentir nostalgia por la dieta mediterránea, la paella y el sol. Ana Criado añade la horchata y trabajar para vivir en lugar de vivir para trabajar, y María Nicolás disfruta del amplio abanico de posibilidades a nivel cultural y social que ofrece Londres, pero echa de menos también tópicos como la comida, clima y playa en verano, familia y amigos.

Sara de la Mora echa en falta el tiempo libre de España, y particularmente la buena calidad de vida y el sol, como David Ortiz que desde Holanda contesta al topicazo de qué echar de menos con el topicazo del buen clima, aunque Carlos Martín, en Londres, es positivo y dice que hay vida después del sol.

Elena Veguillas echa de menos lo fácil que es la vida en España, "llegar al bar y preguntar qué hay de comer o qué me podéis hacer, y no que todo venga envuelto en un plástico". Hacia lo mismo apunta Paz Martínez, quien incluso afirma echar de menos el Mercadona. También Martínez echa de menos el arroz valenciano, harta de arroz basmati, aunque por otro lado (literalmente al otro lado del planeta) Chayto Lleó se queda con el arroz blanco chino.

A 17.500 kilómetros de Valencia, Pedro Mérida describe una escena bien valenciana: "Llorar de risa con mis amigos o mi familia en un restaurante cerca de la playa, en primavera con una paella recién terminada". 

Salir de España sin la seguridad de una liana a mano a la que agarrarse es de valientes. Y que estos valientes, además, estén haciendo buen diseño por todo el mundo es Marca España de la de sentirse orgulloso, más allá de millonarios futbolistas, políticos corruptos, cuentas en Suiza y relaxing cafés con leche.

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6 comentarios

Elena Veguillas escribió
24/09/2014 11:57

Hola, Gracias Xavi por el artículo. Es cierto que con tanta información es muy difícil escribir en profundidad, para eso tendría que dedicar un texto completo por persona. Este primer texto deja claro que las cosas son muy diferentes en el extranjero, estoy deseando leer la continuación y ver si eso se puede remediar.

Xavi Calvo escribió
23/09/2014 18:11

Víctor y Miguel Ángel, muchas gracias, aunque el mérito de este artículo es de las 13 voces protagonistas.

Xavi Calvo escribió
23/09/2014 18:09

Jaime, gracias por el comentario. Gracias al tiempo dedicado por los 13 valientes tengo "chicha" que, spoiler alert, pronto dará continuidad a este artículo. El inconveniente del planteamiento que sugieres para un reportaje así es que 13 experiencias personales (13 historias) en una única pieza es demasiado texto para el enfoque de estos artículos. Lo dicho, gracias por tu opinión, y por leerme ;)

Jaime Aguiló escribió
23/09/2014 12:08

La verdad es que esperaba más del artículo: joder, teniendo a 13 tíos que han salido de España a currar esperaba algo más de 'chicha'. Sin embargo, el artículo pronto ha caído en el clásico de que todo se hace mejor en el extranjero que en España (por no mencionar el cierre con queja política que a nada venía a cuento). Hubiese sido genial leer sobre cómo decidieron irse, por qué, si se arrepienten o no, qué hicieron para llegar allí, qué dificultades se encontraron y cómo las salvaron, qué recomiendan a los que están pensando en hacer las maletas... una información más personal y menos clásica. Me queda la sensación de que este artículo ya lo había leído. No obstante, ¡sigue escribiendo, Xavi! ¡Te leemos! :)

Víctor escribió
23/09/2014 10:39

Buena colección de experiencias Xavi, congratulaciones por el texto.

Miguel Ángel escribió
22/09/2014 10:41

¡Muy bueno!

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