VALENCIA. Hace tres años, en la última edición de la Mostra de Valencia, la Film Symphony Orchestra ofreció su primer concierto. Fue en la Plaza de la Virgen, en abril de 2011, con las músicas compuestas para la serie James Bond por John Barry, en una suerte de homenaje al compositor británico, que había fallecido tres meses antes. En aquella ocasión contaron con la colaboración de cantantes como Ángela Muro. Fue su alternativa.
Al año siguiente realizaron su primera gira, que les hizo recorrer toda España. En esta ocasión lo hicieron con bandas sonoras de otro John, Williams, compositor de melodías como las de Tiburón, La guerra de las galaxias o En busca del arca perdida. Fue también un éxito. Desde entonces hasta ahora, el cálculo que manejan en la Film Symphony Orchestra es que les han visto en directo 35.000 personas.
Para 2014 la formación que lidera el director Constantino Martínez-Orts tiene retos mayores. La Film Symphony Orchestra iniciará en un par de semanas una nueva gira, la tercera en su historia, que les llevará a diez ciudades. Comenzará el próximo 26 de septiembre en la plaza de Las Ventas de Madrid, un espacio que tiene un aforo de 20.000 personas. Dice el maestro valenciano que no aspira a llenar, que con 10.000 espectadores se sentiría satisfecho, pero sabe, está convencido, de que va a ser un espectáculo extraordinario. "Me gustaría que todo el mundo pudiera venir porque esos conciertos son especiales", apunta.
Encuentros en la Tercera Fase, Lo que el viento se llevó, El Señor de los Anillos, Regreso al futuro, Piratas del Caribe, Harry Potter o La guerra de las galaxias serán algunas de las composiciones que se podrán escuchar en el programa de un concierto que también se celebrará en el Palau de la Música de Valencia el 1 de noviembre, tras haber visitado antes ciudades como Sevilla, Bilbao o Zaragoza.
INICIATIVA PRIVADA; SIN DINERO PÚBLICO
La Film Symphony Orchestra es una iniciativa privada, sin participación pública, y está desarrollando toda su gestión sin más colaboración que la cesión de espacios. Se trata, además, de la única orquesta profesional en Europa que hace giras dedicadas exclusivamente a la música de cine. Su caso es encomiable. Con una plantilla de 70 profesores, la Film Symphony Orchestra trabaja por acercar al gran público la música sinfónica a través de las bandas sonoras, en un esfuerzo a mitad camino entra el amor a la arte y la aventura empresarial.
La formación se ha labrado un prestigio considerable pese a su juventud. Considerada como un fenómeno en España, el público la ha podido ver en programas como El Hormiguero, donde Harrison Ford les dirigió, sin mucho acierto, todo sea dicho. "En tres años hemos conseguido consolidar lo que comenzó siendo un sueño. Pretendíamos crear una gran orquesta sinfónica, con formato Hollywood, especializada en proyectos cinematográficos, tanto para ofrecer conciertos de música de cine como para grabar bandas sonoras. Queríamos posicionarnos como un referente en el sector en España y poco a poco lo estamos consiguiendo", explica su director Martínez-Orts.
Formado en Valencia, Martínez-Orts ha obtenido numerosos galardones como el Gran Premio de Dirección de Orquesta de Moldavia en 2011, el segundo Premio en el Concurso Internacional de Dirección de Orquesta en Craiova en 2009 y el segundo Premio en el Concurso Internacional de Dirección de Orquesta Maestro Ferríz en 2003, entre otros.
Profesor en la Berklee College of Music, Martínez-Orts, también compositor, es el ideólogo de esta orquesta que también quiere reivindicar el valor artístico de la música de cine, la cual considera que se interpreta muy "esporádicamente, está maltratada...". "El concierto de bandas sonoras suele ser demasiado relajado, se relajan hasta en las interpretaciones, y nosotros queremos que se respete la música de cine porque creemos que hay compositores de bandas sonoras a la altura de Puccini o Mozart que merecen ser interpretados con la misma seriedad que las grandes óperas", dice.
"El cine es el espectáculo de masas por excelencia y su música se ha convertido a su vez en la música clásica del gran público. Llega a más gente. Mientras la ópera se ha convertido en un género de minorías, como el jazz, las bandas sonoras son música sinfónica para todos los públicos. La música sinfónica convencional se está alejando del público en general, pero la música de cine aún mantiene ese contacto con la gente y no queremos que eso se pierda", concluye.
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