VALENCIA. Dejarse barba y no parecer un dejado es un buen reto. Para muchos hombres que deciden una mañana deshacerse de la gillette o están pensando hacerlo, que tengan muy claro que entran en una nueva vida desde un punto de vista estético y cosmético.
Lo fácil, lo cómodo, lo sencillo era ponerse delante del espejo, aplicar la espuma y pasar la cuchilla. Una buen barba, sea del tipo que sea, requiere elegir una longitud, su perfilado y... su peinado, sí.
Si no se tiene la costumbre de salir de casa sin haberse pasado un peine por la cabeza, no es muy lógico olvidarse de hacerlo de orejas para abajo. Está claro que los remolinos en el pelo de la barba corta suelen notarse menos, pero cuando ya se alcanza una longitud media de una semana se deben tomar medidas.
NO TODOS LOS LEÑADORES SON ATRACTIVOS
Los leñadores de anuncio no existen. A partir de ahí podemos empezar a hablar. Dejarse crecer una barba imponente es una opción, pero debe mantenerse limpia y requiere un lavado habitual, como el de la cabeza. Expertos como José Miguel Hernández de TuBarba.com recomiendan hacerlo tres veces por semana para no dañar el pelo ni la piel.
Hay que tener en cuenta que al fumar, o simplemente comiendo, es fácil que se retenga olores incómodos, cuando no desagradables. Esto vale para cualquier país, pero se debe tener en cuenta especialmente en España, donde saludar con un par de besos a las mujeres es la costumbre y no es cuestión de que a la pobre saludada le entren ganas de salir corriendo.
A la hora de aplicar el champú, o un producto específico para barbas, hay que ser generoso en la dosis y masajear detenidamente hasta que la piel de debajo también se impregne con la espuma. Si se lleva poco tiempo, es mejor que se haga con vigor, ya que la piel no está acostumbrada y es habitual que se desescame algo más de lo habitual.
SECADOR Y PEINE, QUE TAMPOCO CUESTA TANTO
Lo mejor es empezar con agua templada y enjuagar con agua fría, pero lo que no se debe de olvidar es secarla bien. Si ya tiene una longitud, hay que evitar que se quede agua entre los pelos, porque irritará la piel y es necesario pasar el secador después de la toalla. La opción de hidratarla con productos específicos es más que recomendable.
De hecho, es después de su aplicación cuando se ha de peinar con un peine adecuado al espesor (a más tupida, más ancho entre púas) y no después de salir de la ducha. Parece lo más cómodo poner los pies sobre la alfombrilla y empezar a cepillar, pero en ese momento es cuando el pelo está más débil y resulta más habitual que se quiebre.
Además, nada de tirones. Hay que peinarla con cuidado y suavidad para poder deshacer los nudos y no convertir el aseo en una pelea con los propios pelos. Si la barba es corta, tampoco se debe dejar de seguir estos consejos: la piel también lo agradecerá y el barbudo se presentará en público con varios tantos a su favor.
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