VALENCIA. Al veterano director valenciano Enrique Belloch hay una figura mitológica que se le ajusta perfectamente: la del ave fénix. Tras un lustro de silencio, en el que se ha visto obligado a cerrar su empresa y en el que ha vivido la ruina económica y la tragedia personal, con las sucesivas muertes de su hermano mayor y su hermana, regresa a la escena pública por partida doble. En teatro con la obra Teresa de Ávila, basada en la vida de Teresa de Jesús y escrita por José María Rodríguez Méndez, que llegará al teatro Talía de Valencia el 3 de septiembre donde se representará hasta el 14 de este mes; en cine con Soc la Margot (serio de día y coqueta de noche), un documental sobre el personaje del mundo del espectáculo que está rodando con su amigo el periodista y escritor valenciano Rafael Marí.
A Belloch le gusta esa comparación con el ave fénix porque, como comenta, este último lustro "han sido cinco años en las cenizas". Los impagos de Canal 9, que tanto daño hicieron a la industria audiovisual valenciana, acabaron con su productora. A ello siguió su propia tragedia personal.
Pero Belloch tenía un as en la manga, sus amigos que hicieron honor a este nombre. "Me quedaban ellos que tanto me quieren. Son cinco pero me han ayudado tanto que no viviré lo suficiente para poder compensarles", comenta emocionado. "No tuve que buscarles, vinieron a mí", añade. E inconscientemente cita a Quevedo y su famosa frase: "El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar que le llamen." Así ha sido en su caso.
Uno de estos amigos le dio un regalo inesperado hace cinco años. El autor José María Rodríguez Méndez le legó a su muerte, en 2009, los derechos de sus obras. Una de ellas es precisamente Teresa de Ávila, construida en formato de oratorio dramático en cinco actos, que se nutre de textos escritos por la Santa y que incluye sus más renombrados versos. "Sus obras", dice Belloch de Rodríguez Mendez, "derrochan cultismo y chanzas barriobajeras, y mezcla frivolidades del señoritismo más vicioso y elegante con verdades gangrenadas de poesía". Ahora Belloch siente como su "destino", su "meta", transmitirlas al público.
UNA ACTRIZ LABORIOSA, CAPAZ
La elección de Teresa de Ávila para regresar a las tablas, obra a la que describe como "drama ácido, histriónico e histórico y epidérmicamente terrible", le vino sugerida por la actriz Blanca Beneito, protagonista del montaje. Recién salida de la Escuela del Actor, le propuso poner en macha la producción. Belloch tuvo sus dudas pero, tras unas pruebas con ella, decidió dar el paso. "Vi que era laboriosa, capaz, estudiosa, vi que el personaje podía cobrar una personalidad propia con ella".
Al proyecto, inicialmente modesto, se fueron incorporando algunos de sus nombres habituales, todos ellos amigos. Francis Montesinos en el vestuario, Ángel Aguadé en la escenografía, Paco Belda en la iluminación, Julia Grecos, el cineasta José Enrique March en la producción... El propio Belloch decidió incorporar los personajes de dos pícaros, que encarnan Pablo Carbonell e Isidoro Gasque, para darle "más forma de espectáculo". "Así le damos más agilidad", explica; "todos los cambios de vestuario se efectúan en directo, lo que le da un carácter más vivo a la representación".
Los ensayos en Llíria, donde fue fundamental la colaboración del ayuntamiento que les cedió los espacios, el estreno en esta localidad y su posterior viaje a Ávila fueron los prolegómenos a su llegada a Valencia de la mano de la familia Fayos que le abrió las puertas del Talía. Belloch sólo tiene palabras de agradecimientos para ellos, para su tocayo Enrique y su hermana María Ángeles, de quienes destaca que están haciendo una labor que transciende la iniciativa privada para ser casi un servicio público.
Y CON LA MARGOT LLEGÓ EL ESCÁNDALO
Al mismo tiempo, el destino tiene esos caprichos, a Belloch le surgió la posibilidad de ponerse tras las cámaras como director gracias a otro amigo, Marí. El periodista y escritor valenciano le acompañó cuando asistieron al regreso de la Margot en La Rambleta de la mano de Tonino Guitián. Fue él quien asistió primero al montaje y le recomendó al periodista verlo.
Tras asistir al espectáculo, Marí le planteó la idea de rodar juntos una película sobre la Margot. Belloch, gran admirador de Antonio Campos, nombre real del transformista, coincidió en que la figura de la cantante era metafórica de cómo se había desarrollado la Transición en España.
"A través de este personaje del submundo que trabajaba en antros, antros en los que nos reuníamos la gente de ‘mal vivir' de la época, los intelectuales, escritores..., reflexionaremos sobre el momento sociopolítico", explica. Porque, y ésa es una de las claves del documental, personajes como la Margot ayudaron a crear un clima de libertad, fueron "puntas de lanza" con las que abatieron fantasmas del pasado.
Por el momento llevan rodadas casi una decena de horas de material, al que quedan unir los planos recursos y una última entrevista. La intención de Marí y Belloch es realizar dos versiones, una de cincuenta minutos para televisión y otra de cerca de ochenta que se exhibirá en los cines valencianos y participará en festivales, para dar a conocer una figura única, singular, que forma parte ya del imaginario popular valenciano, un personaje con el que Belloch siente una afinidad especial. No en vano ambos han regresado desde el abismo, han renacido de nuevo, son aves fénix.
Como me alegro de ver de nuevo a Quique en acción Un abrazo
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