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MADRID (EP). La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) destinó el año pasado casi 13,25 millones de euros a retribuir a su plantilla, que como media contó con 126 empleados entre directivos, jefes, técnicos, administrativos y comerciales, lo que conlleva una media salarial de 105.000 euros anuales.

Una cifra que el presidente de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en el Congreso, Cayo Lara, considera excesiva para una empresa de participación pública, ya que equivale a "casi cinco veces el salario medio" de los españoles.

Por eso, el líder de la coalición preguntó por escrito sobre este asunto para saber si el Ejecutivo "considera adecuado el gasto en personal" del llamado 'banco malo' el año pasado, sobre todo teniendo en cuenta que al final del ejercicio arrojó 216 millones de euros en pérdidas.

"EN LA MEDIA" DEL SECTOR

En su respuesta, que recoge Europa Press, el Gobierno explica que "las remuneraciones de Sareb a sus empleados están en la media de los sectores financiero e inmobiliario en los que está presente, dada la cualificación técnica necesaria de los mismos".

Y, además, recuerda que el 'banco malo' se puso en marcha a finales de 2012, por lo que durante los primeros meses del pasado ejercicio se contrató en primer lugar a los "directivos de mayor nivel", que tienen un suelo superior, lo que "sesga el salario medio al alza".

Así, no fue hasta la segunda mitad de 2013 y principios de 2014 que los miembros de los órganos de administración de la Sociedad fueron conformando sus equipos, hasta cerrar el año con 194 empleados que, en mayo de este año, cobraban un sueldo bruto anual "por debajo de los 80.000 euros".

Por otra parte, el Ejecutivo también destaca que la Sareb cuenta con una "estructura pequeña y eficiente" pero no con una "red territorial de gestión propia" ya que eso "elevaría con mucho los costes", por lo que en la plantilla del 'banco malo' sólo hay lo que en otras empresas serían cuadros medios y altos, mientras que la actividad más técnica está externalizada, lo que también eleva el coste salarial medio.