VALENCIA. Pasada (o, al menos, atenuada) la vorágine de clónicos festivales indies, el mismo recinto que acoge el FIB se prepara para recibir a la comunidad reggae europea. El Rototom Sunsplash convierte Benicàssim en una colonia jamaicana durante ocho intensos días, en los que el protagonismo principal se lo llevan los conciertos, pero que también incluyen estimulantes propuestas culturales (mesas redondas, debates, charlas, talleres) entre las que, desde 2013, se desarrolla un modesto festival de cine, que este año será el marco de la premiere mundial de títulos como Poetry and Reggae en São Luís (Christoph Janetzko, 2014), acerca de la llegada del reggae a la ciudad brasileña en los años setenta, o Escape to St. Croix (Tom Caruana y Antoine Alazard, 2014), sobre la escena reggae de la isla caribeña homónima, donde destacan grupos como Midnite y artistas como Dezarie o Pressure.
También se podrá ver, en rigurosa primicia, Living in Waterhouse (Rafael Marín, 2014), centrada en el día a día del gueto jamaicano del que provienen personajes como King Tubby o King Jammy, entre otros grandes del reggae. Además, el estreno en España de Journey to Jah (Noel Dernesch y Moritz Springer, 2013), producción alemana sobre Gentleman y Alboroise, dos artistas de origen europeo seducidos por los ritmos jamaicanos; More Than Twenty (Tomasso D'Elia y Silvia Bonnani, 2014), que cuenta la historia del Rototom Sunsplash (y que ya se puede ver por capítulos en la web del festival); Born in Trenchtown (Greg Pond, 2012), acerca del barrio marginal de Kingston, tan violento como importante en la difusión de la cultura jamaicana; y I Am The Gorgon. Bunny 'Striker' Lee & The Roots of Reggae (Diggory Kenrick, 2013), que repasa la figura del legendario productor.
MÁS DURA SERÁ LA CAÍDA
La relación entre reggae y cine se remonta a la película Caiga quien caiga (The Harder They Come, Perry Henzell, 1972), la primera producción jamaicana de la historia. Una cinta de ficción, aunque lejanamente inspirada en la figura de un gangster de los años cuarenta llamado Rhygin, que mató a tres policías antes de ser abatido cuando intentaba huir de Jamaica con destino a Cuba. El film cuenta la vida de Ivanhoe 'Ivan' Martin, un sencillo muchacho del campo que llega a Kingston en busca de trabajo y, ante las dificultades que encuentra para conseguirlo, decide dedicarse a la música. Pronto descubre que la industria del espectáculo está tan corrompida como el resto de la sociedad, y termina convertido en un forajido al margen de la ley.
La película, rodada en las calles y guetos de Kingston, desprendía un realismo y una autenticidad en la que también tuvo mucho que ver la elección del cantante Jimmy Cliff como protagonista. Cliff, que es una de las estrellas del Rototom este año, volcó en la historia muchas de sus propias experiencias en el mundo discográfico jamaicano, que unidas a una banda sonora mítica (el propio Cliff, Desmond Dekker, The Maytals y su "Pressure Drop"), convirtieron la cinta en un éxito y contribuyeron a la expansión global del reggae. De hecho, uno de los impulsores del proyecto había sido el británico Chris Blackwell, fundador de Island Records y responsable en gran medida del impacto internacional de Bob Marley.
Para hacerse una idea de su importancia, vale la pena acudir a Culture Clash: Dread Meets Punk Rockers, el libro autobiográfico escrito en 2007 por el músico y cineasta Don Letts en colaboración con David Nobakht: "La película Caiga quien caiga me dio un verdadero sentimiento de fuerza. Otorgó a los negros británicos una sensación de identidad mucho más relevante que títulos como Shaft o Superfly. Caiga quien caiga me enseñó mucho sobre mi cultura, cosas de las que no había sido consciente hasta ese momento. Ya sabía del elemento musical de la vida en Jamaica, pero la película me ofreció el elemento visual". El entonces disc jockey acabaría convertido también en director de cine, y el film de Perry Henzell se convirtió en el primero de los muchos otros que plasmarían la realidad jamaicana en la gran pantalla, como Smile Orange (Trevor D. Rhone, 1976) o la estupenda producción estadounidense Rockers (Ted Bafaloukos, 1978)
CINE Y RASTAS
Veinte años después, Blackwell y Letts trabajarían juntos. El primero puso en marcha la productora Palm Pictures, que financiaría La reina del baile (Dancehall Queen, 1997), un largometraje codirigido por Letts y Rick Elgood que se puede considerar como la versión femenina de Caiga quien caiga. La protagonista es Marcia (Audrey Ried), una humilde vendedora de los suburbios que logra una vida mejor a partir de su inmersión en el mundo del dancehall. Aunque el argumento puede interpretarse como una lectura contemporánea de Cenicienta, el rodaje en Kingston fue, en palabras de Letts, "como un cruce entre el carnaval de Notting Hill y una zona de guerra". La película logró una notoria aceptación en Jamaica, provocando incluso altercados callejeros en su estreno, y propició la continuidad de Palm Pictures.
Poco después llegaría Third World Cop (Chris Browne, 1999), un thriller con canciones de Sly & Robbie, Beenie Man y Luciano, entre otros, mientras que Don Letts volvería a formar tándem con Rick Elgood en 2003, para rodar One Love, un musical con guión de Trevor D. Rhone (Smile Orange) y un reparto en el que destacaban los nombres de Ky-Mani Marley (hijo de Bob) y Cherinne Anderson (que había debutado en La reina del baile). Una feel good movie que cuenta la historia de amor entre un músico rasta y una cantante de gospel que se conocen participando en un concurso celebrado en Kingston.
Hay muchos otros ejemplos de cine de ficción reggae, aunque proporcionalmente sea mayor el número de documentales relacionados con el género musical jamaicano por excelencia. Entre ellos, aquellos que se detienen en su gran figura icónica: Bob Marley. Aún no ha aparecido el director capaz de convertir su historia en un biopic, aunque en abril de este año se anunció que el guionista Barry Morrow (Rain Man) y la productora Cathy Schulman (Crash) estaban trabajando en un proyecto para Mandalay Pictures, titulado Buffalo Soldiers, y centrado en sus años junto a The Wailers. Se concrete o no, siempre se puede echar mano de Marley (Kevin Mcdonald, 2012), un completo (y complaciente) recorrido por su vida, o buscar las impresiones personales de Rita Marley en el libro No Woman No Cry: My Life With Bob Marley, coescrito con Hettie Jones en 2004 y actualmente en proceso de conversión en película.
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