VALENCIA. El selfie, pan nuestro de cada día en Instagram y sus millenials -ya saben, jóvenes que tienen en la cabeza todo lo contrario de lo que ambicionaba la generación de sus padres, por ejemplo vivir de alquiler sin la necesidad de vehículo propio- tiene sus posados.
Estos varían desde los morros apretados para reducir moflete a los #uglyselfie de quienes no quieren posar para la foto como marcan los cánones, pasando por un sinfín guiños, ceños fruncidos y hasta ojos que miran a Cuenca en lo que dura el flash del smartphone de turno. Y el gesto de la 'uve'.
V de... y acabe la frase como quiera, porque según la cultura en la que se encuentre y la forma en la que sitúe la mano, podría estar saludando o mandando a alguien a freír espárragos. Estos son los orígenes y significados de un gesto que no quiere decir lo mismo para todos:
V DE VETE (A LA MIERDA)
Puño recogido salvo los dedos índice y corazón que, abiertos, apuntan al cielo en forma de uve con la palma de la mano hacia adentro. Una descripción muy literaria, pero le acaban de decir a usted que se vaya por ahí si es que está en Australia, Irlanda, Nueva Zelanda, Sudáfrica o Reino Unido. Para los españoles, el gesto equivaldría a una castiza peineta.
Como muestra, la uve que Robbie Williams le dedicó a un fotógrafo que presumiblemente le estaba molestando:
V DE VICTORIA
Posiblemente, la más extendida en Europa. La única diferencia con la ofensiva uve anterior es que en esta la palma de la mano apunta al público.
Winston Churchill se llevó la fama de 'ideólogo' del gesto tras aparecer en decenas de imágenes de la II Guerra Mundial haciendo la uve de victoria, pero la realidad es que fue el exiliado Ministro de Justicia de Bélgica Víctor de Laveleye quien explicó en la BBC en 1941 que ese símbolo serviría para recordar al invasor nazi que en los territorios ocupados permanecían miles de ciudadanos esperando la 'victoire' en cuanto flaquease, tal y como recoge la trascripción de 'V-Campaign'.
V DE PAZ, AMIGOS
El respiro de libertad que significó el triunfo aliado en la II Guerra Mundial dotó de positivismo al símbolo de la uve de victoria, que en las últimas décadas ha servido al pueblo como gesto reivindicativo de la paz o la amistad, por lo que es frecuente ver este gesto en protestas y manifestaciones.
ORÍGENES Y OTROS SIGNIFICADOS
El gesto, siempre con la palma de la mano apuntando al espectador, también puede ser interpretado como el número dos, la letra del abecedario o, si se hace con movimiento, expresa que se debe prestar atención a algo.
Los orígenes de este símbolo son inconcretos, si bien están ligados a la cultura anglosajona. En su día circulaba la leyenda -nunca demostrada- de que en las batallas entre franceses e ingleses del siglo XIV, los primeros cortaban estos dos dedos a los arqueros ingleses tras capturarlos, por lo que aquellos que todavía estaban vivos mostraban ese símbolo al enemigo.
El primer documento gráfico del gesto de la uve es de 1901, también en Inglaterra, de un obrero que estaba siendo filmado y mostró su descontento a la cámara de esa manera, tal y como recoge el portal Icons.
Para los asiáticos, el gesto de la uve se popularizó a raíz de los Juegos Olímpicos invernales celebrados en 1972 en Japón. La patinadora estadounidense Janet Lynn, favorita al oro, se fue al suelo en una prueba y perdió sus opciones de proclamarse campeona. La revista Time cuenta que, lejos de romper a llorar, se levantó y saludó al público sonriente.
Este gesto sorprendió a los japoneses, más dados a la inexpresión en público, por lo que se convirtió en un fenómeno de masas en los días siguientes y 'lanzó' uves a muchos de los fotógrafos que la seguían a todas parte. Unas instantáneas que quedarían grabadas a fuego en la memoria colectiva.
Ajenos a todo, los millenials continúan haciendo la uve en sus selfies como muestra de rebeldía -con lengua-, de ser cool -cabeza inclinada y boca tipo oh my God!- o de lo que a ellos les parezca, que para eso son la generación smartphone.
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